Crítica de Piraña (1978)
Dirigida por un primerizo Joe Dante y producida por el incombustible Roger Corman, «Piraña» se estrenó a apenas un par de años de distancia de «Tiburón», por lo que sus intenciones quedaban claras desde el principio: explotar el género de terror con bichos (acuáticos) que tan buen resultado había dado a la obra maestra de Spielberg.
Sin embargo, es justamente su nada disimulado afán de parecerse a ella (ojo al póster original) el mayor de sus lastres, al implicar un nivel de exigencia desorbitado para una película cuyo mayor atractivo se basa en la caspa, la parodia y el tufillo a serie Z tan característico de sus creadores. Pero no adelantemos acontecimientos.
Nos encontramos en una zona de la América profunda, donde se acerca la temporada estival y ya bulle el ambiente alrededor del río que cruza el territorio: los campamentos de verano para niños ya cuentan con clientes, y los laterales del río comienzan a llenarse de veraneantes deseosos de pegarse un chapuzón. Todos ignoran que río arriba, la presa contenedora de las pruebas químicas que llevaba a cabo el ejército falla (la hacen fallar, mejor dicho) y deja en libertad grandes bancos de pirañas de aguas dulces deseosas de carne fresca, viva… y humana, por supuesto.
Como buen exploit que es, puede apreciarse que el guión no esconde novedad alguna y sigue una a una las pautas clásicas del género, con un entramado in crescendo que de furtivos ataques a una o dos personas llevará inevitablemente a la esperada apoteosis carnicera -que supondrá el enfrentamiento entre la amenaza (en este caso pirañas, pero pueden sustituirse por cualquier otra criatura carnívora maligna) y la indefensa y rematadamente estúpida población- y al consecuente gesto heroico del/los protagonista/s para intentar ponerle fin al problema.
Por tanto, la sorpresa cabe buscarla en otros aspectos de la película, pues se encuentra oculta aquñi y allá a lo largo de todo el metraje (aunque sin ser nada del otro mundo, todo sea dicho). Así, «Piraña» consta de momentos, y perdón por la expresión, totalmente WTF(1) como pueden ser los situados en el interior del laboratorio en que se abre la película, con criatura bípeda y anfibia en stop motion completamente gratuita, o los fast motion automovilísticos que pueblan las escenas finales.
Dejando ya la terminología pintoresca, otro punto fuerte de la película reside en la antes citada casposidad imperante, capaz de provocar más de una risotada a través de las pirañas de plástico, los maquillajes churrescos o la torpeza de un Joe Dante aún falto de experiencia en esto de dirigir películas. En fin, lo que hoy en día se engloba en la clasificación de «entrañable».
Con todo, cabe reconocer que en determinadas ocasiones -muy puntuales- las pirañas logran causar algún temor principalmente debido tanto al buen número de integrantes de sus tropas como a sus objetivos, niños en su mayoría.
Lamentablemente, aunque me gustaría acabar aquí el comentario y dejar la obra de Joe Dante en un altar, lo cierto es que su «Piraña» hace aguas por todas partes, y de sus 94 minutazos, son muy pocos los que realmente se salvan de la quema.
Pese a todo su potencial, sus generosos momentos de acción y la cutrez general, la cinta ni aportaba nada en su momento ni lo aporta a día de hoy, convirtiéndose en un ejercicio de repetición algo tedioso y descafeinado que desaprovecha cualquier ocasión de pasarse al gore guarrete (que todos buscamos en películas de este tipo, no nos engañemos) en favor de una corrección moral a duras penas alterada.
Hay quien dice que en realidad el espíritu de la película es parodiar el género del que bebe, teoría que toma fuerza a tenor de la filmografía posterior del director de «Gremlins», pero lo cierto es que en bien pocas ocasiones se percibe cierta voluntariedad por arrancar alguna risa burlesca, siendo el resto de carcajadas provocadas por motivos a todas luces ajenos a sus creadores.
Así pues, en «Piraña» no se le ha perdido nada a nadie que no quiera revisionarla para recordar tiempos pasados (aprovechando su precio de saldo en tiendas), pues su intrascendencia la convierten en un producto meramente válido para una velada entre amigos o una tarde de domingo sin fútbol.
Por otra parte, no se puede negar cierta ternura al verla, así como un par de secuencias destacables… pero en verdad, la película brilla por su potencial desaprovechado, algo que solventará (démoslo por hecho) Alexandre Aja en su esperado remake, «Piranha 3D».
5,5/10 (porque no es peor que «Terminator Salvation«)
(1) Desde luego, «Piraña» tiene un par de escenas que entrarían de lleno en un Top 10 de los mejores WTF del cine.
A ratos entretenida, a ratos aburrida… esta es una de esas películas que con sólo ver una vez es suficiente.
En efecto uno no sabe si es parodia o va en serio hasta que ya es demasiado tarde. Y con más estilo Corman que Dante.
Salduos!
Imphios, una vez… y media incluso! que con la tontería, hay momentos realmente decepcionantes.
Lucifer, amén a todo, aunque no sé, los estilos de Piranha y Aullidos son bastante similares, así que tampoco es que Dante no ponga su granito de arena estilístico! por cierto, que buena es Aullidos.
Saludos a los dos y gracias por pasar por aquí!
Sabemos que Dante no es un director excepcional,tampoco nos maravilló en Aullidos,ambas películas,a pesar de no tener nada que ver sus historias,nos encontramos en un tipo de producción semejante,distan de ser consideradas buenas películas,pero,hemos visto producciones bastante más atroces,como mínimo se dejan ver y Piraña,a pesar de decaer el interés unas cuantas veces,sigue un ritmo que no está mal del todo,
Yo la he visto varias veces y me ha resultado entretenida,con la que si que no puedo,es con la segunda parte y no veré la versión en tres D,ya que con sólo ver el trailer,se me han puesto los pelos de punta,por Dios,que festival de fotogramas nauseabundos.
ah, pues mira, a mí me hizo más gracia la segunda, esa de los vampiros del mar. Ver las pirmeras pirañas salir del agua a ese ritmo y con las alas cogidas a evidentes cables me pareció la monda! QUién diría que esos fueron los orígenes de todo un James Cameron…
A mi aún me dan escalofríos esas pirañas voladoras,la verdead.