Crítica de Por la cara (Identity Thief)
Dos actores que, a día de hoy, están en la cresta de la ola en lo que a comedia se refiere. Y un director que hace apenas un par de años ya pegó el pelotazo con una propuesta tan chorra como eficiente. Con semejante panorama tiene que ser muy difícil que la cosa se tuerza, pero es que echando más leña al fuego, resulta además que la pareja protagonista se recibe con los brazos abiertos por parte de quien esto escribe (y del tipo con avatar de Belushi también). En definitiva, Por la cara partía con una ventaja casi infalible: sólo el hecho de que Jason Bateman y Melissa MCcarthy se reunieran era motivo suficiente como para catapultarla a la categoría de comedia destacada de la temporada. Salvo hecatombe. Bien, pues hecatombe ha sido. La cinta de en medio de Seth Gordon (entre Cómo acabar con tu jefe 1 y 2) no sólo echa al traste su candidatura a comedia del año, es que aspira directamente a Razzie, a revienta carreras (y eso pese a su éxito comercial en USA). Hay algo de ironía en ello: tratándose de un producto tan olvidable, será difícil hacer que nada de esto ocurrió jamás por parte de los especialmente adeptos al tándem de estrellas…
Es lo que toca, sin embargo. Dejarlo todo en una pesadilla, eliminar cualquier resquicio de la existencia de Por la cara que pudiera enquistarse en la memoria, y hacerlo inmediatamente después de la proyección sino antes. De lo contrario se corre el riesgo de que su recuerdo enturbie el ánimo de cara a los próximos proyectos de una y otro. Y es que no podéis imaginar hasta qué punto es en falso el paso que dan de la mano de Gordon. Sobre el papel, todo apunta a entretenimiento vulgar, de relleno (lo cual, ojo, no tiene por qué ser en absoluto peyorativo): un hombre cruza los EEUU para dar con una mujer que se ha adueñado de su identidad y está derrochando ingentes cantidades de dinero a costa del primero. El objetivo es llevarla de vuelta a la ciudad en la que vive y trabaja él para que ella limpie su nombre ante la amenaza de despido, embargo y toda la pesca. Inevitablemente, les esperan mil y una peripecias por el camino, entre ellas líos con cazarrecompensas y traficantes. Refrito de ideas (alguna de ellas vista además con insultante proximidad en el tiempo: Salidos de cuentas, Ex-posados, Killers… salvo en el primer caso, ejemplos defenestrables en su gran mayoría) para que el argumento sea lo de menos en una cinta que debería limitarse a potenciar su sobrado potencial humorístico, valga la redundancia.
Sólo que no parece que sus responsables estén al tanto de la escasez de su argumento en general, ni del hecho de contar con dos pesos pesados de la comedia. Vamos, que Por la cara no acaba de tener claro si quiere contar algo (que igualmente nos sabemos de memoria) o si quiere hacer gracia a toda costa, resultado de tan desafortunada indecisión una película renqueante, descompensada, intrascendente y demasiado larga. Y sobre todo, muy aburrida. Poco importan los (evidentes) momentos para improvisación de McCarthy y Bateman, cuesta horrores arrancar una sonrisa (no digamos una carcajada) frente a una acumulación de gags desesperantemente anodinos, impersonales. Peor aún: gags que van dando palos de ciego, incapaces de encontrar una línea. Por lo que además de aburrida, la película se torna ocasionalmente vulgar, barriobajera, para luego pasar a ser una suerte de producto de corte rematadamente familiar (moralina de andar por casa incluida), probar con un humor parido de intercambios ¿avispados? de diálogos… En definitiva, un machambrat entre desaborido e irritante. Pueden contarse con los dedos de una mano los momentos realmente logrados y si no me fallan las cuentas, aún sobrarían dos de los cinco. Así las cosas, es imposible que un producto pretendidamente divertido logre nada de lo que se propone.
Y se puede hacer más mella en el asunto. Por ejemplo, hablando de una realización impropia, digna de la pequeña pantalla (que es, a todas luces, el hábitat natural del film que nos ocupa) e incapaz de dinamizar en lo más mínimo las secuencias de acción o los gags tipo slapstick. O de una banda sonora que escarba aún más en la mugre, alcanzando cotas de calidad propias de una cinta de animación infantil… Males menores, por supuesto, pero que ante tamaña decepción, acaban dando la puntilla, hurgando en la profunda herida que significa para el espectador este Por la cara que, simplemente, jamás debió ocurrir. Esperemos que pueda olvidarse pronto…
3,5/10
Y en el Blu-Ray…
A la Universal le ha tocado la faena de distribuir esta película, una de las mayores decepciones de la temporada y quién sabe si destructora de mitos (un servidor ya no mira con los mismos ojos a Jason Bateman). Lo hace con una edición en Blu-Ray no exenta de extras, aunque se nota la falta de ambición de, por ejemplo, la monumental versión doméstica de Dando la nota. En cuanto a la calidad de audio y vídeo, poco o nada que objetar. En ambos casos (y en el primero en todos sus idiomas principales) se roza la excelencia que merece un despliegue de medios tan superior al esperable en una comedia de estas características. Y los extras, esforzados, los que siguen:
- Escenas cómicas: 48 segundos de tomas falsas donde la risa acaba saliendo, sí, pero cuesta.
- Tomas alternativas: 5 minutos de escenas ampliadas o alternativas. Aquí sí: algunas son mejores de las que se acabaron empleando para la película.
- Así se hizo Identity Thief: Sorprendente documental de 17 minutos que explica los pormenores del rodaje. El material es un Making Of como cualquier otro, pero pone en evidencia la cantidad de efectos y recursos que se emplearon, así como la importancia de Bateman en todo ello… ¡Fue él quien llamó a Melissa McCarthy!
- Cómo se roba una escena: Capturamos el humor de Identity Thief: 7 minutos y medio de más declaraciones montadas con escenas de la película o de su rodaje. Hablan sobre el potencial humorístico de la misma…
- La vuelta en la furgoneta del rastreador: Viral sobre el némesis de la cinta y su furgoneta. Intenta ser gracioso, pero…