Crítica de Posesión infernal (Evil Dead)
Evil Dead impulsa por naturaleza a evitar grandes reflexiones trascendentes. Si nos ponemos en antecedentes nos topamos con un exitazo de culto del terror de los ochenta (ni falta hará que presentemos la obra magna de Sam Raimi) remakeado ahora para las nuevas generaciones de la mano de, entre otros, una Diablo Cody que de algún extraño modo parecía destinada a esto y del montevideano Fede Alvarez, que debuta tras la cámara en formato largo culminando un periodo adaptativo como cortometrajista. Y a partir de aquí podríamos tomar el ítem remake como, por ejemplo, un punto de partida de estudio entorno a la puesta al día de los clásicos del género en una ascendente que ha ido paralela a la comercialidad más recalcitrante: las reediciones de Las colinas tienen ojos, La matanza de Texas, Viernes 13 o Halloween han buscado una aproximación más incómoda que complaciente, más sucia que pulcra y más abrupta que estilizada. Una tendencia a la que podría sumarse esta Posesión infernal, más cercana a la contundencia de la acción directa y el imaginario malsano de Rob Zombie que a los ejercicios de estilo vacuos del último Wes Craven.
O podríamos trazar una línea que englobara todas las ghost house movies desde La mansión encantada (qué coño, desde La caída de la casa Usher si queréis) hasta desembocar en el subgénero cabaña en el bosque. Solo que en ese caso iríamos viajando en el tiempo desde aquellos primeros ochenta hasta hoy mismo -la de Alvarez tiene entidad propia y suficiente capacidad de ruptura como para suponer un paso adelante, no un desandado- pero antes nos encontraríamos el escollo de tener que clasificar Cabin in the Woods, casi inencajable en un terreno tan compartimentado como este. O bien podríamos reflexionar entorno a la cualidad puramente americana del -disculpad la redundancia y la obviedad- american gothic y su vocación de exorcicación demoníaca de las neuras de una sociedad en eterno debate entre modernidad y tradición, entre apariencias y realidades.
Pero lo que pasa es que simple y llanamente, y perdonad mi francés, Evil Dead es una puta fiesta. ¿Y a quién le apetece que le amarguen la puta fiesta? Estaba muy claro desde un principio: la nueva versión de Posesión infernal tenía que ser altamente chocante, tenía que incubar docenas de huevas de mala hostia y tenía que contener la suficiente carga geek y postmoderna como para complacer a jóvenes hipertextualizados del siglo XXI tanto como a talluditos fans de la original. Sólo hacía falta trabajar esa vía y el éxito tenía muchas posibilidades de caer cerca. Y así ha sido: esto es un remake puro y duro que no quiere establecer nuevas vías expresivas ni explorar nuevas posibilidades, más allá del lugar al que llegó la segunda entrega de la saga, una Terroríficamente muertos que finiquitaría la serie en forma de binomio temático para acoger después a una tercera entrega –El ejército de las tinieblas– casi independiente. La idea es simple: partir de la misma historia de base (cinco jóvenes se encierran en una cabaña forestal sólo para ser víctimas de las maquinaciones de un ser del averno cachondo y especialmente hijoputa) para apretar un poco las tuercas en general y evocar varios de los highlights de las dos primeras partes.
Cierto, hay una pirueta de guión que lleva la historia al terreno de la metáfora bestia (llana y simplemente: esto es una alegoría de la adicción) y que sirve como gimmick para plantear los conceptos de base de forma ligeramente distinta. Pero lo que viene después es más o menos lo mismo. Sin la capacidad carismática de un Bruce Campbell, los personajes aparecen desinteresadamente indefinidos, funcionalmente huecos, con un background concreto sólo detectable en un par de ellos, los más visibles. Los guionistas son perfectamente conscientes de que necesitamos una pequeña identificación hacia estos -existe-, pero, vamos, el resto es ver cómo mueren y/o se pudren en un infierno en la Tierra y/o son destripados por cualquier utensilio cortante.
Y así es. El principal objetivo de Evil Dead es resultar en una película innegablemente comercial que sin embargo estira los límites de lo presentable hasta cotas dudosas: el festín de sangre, putrefacciones, vísceras, vómitos ulcerosos y demás casquería de charcutería cenobita es de altísimo voltaje. La película apuesta por la brusquedad festiva, por la catarsis carnicera, por la carcajada dislocada a partir de la apoteosis gore. Una nueva trituración de la juventud actual revalidando los códigos del splatter con, ya lo comentábamos más arriba, querencia american gothic: esto queda definitivamente lejos de los modismos tan presentes en el terror actual, importados con mayor o menor voluntad saqueadora del j-horror. Aquí no cabe diseño. Es todo tractor de 1200 caballos con pegatina del tío Sam.
Una fisicidad aplastante, ajena al retoque digital evidente y familiarizada con la palpabilidad del chorretón de sangre; con constantes vueltas a los setenta y ochenta de Hooper y de Barker, de Romero, del propio Raimi o incluso el primer Jackson: la elegancia de una realización sórdida y arrojada, pero siempre contenida dentro de los márgenes planteados, sin los deslices formales que habría cabido esperar de un debutante; todo coherencia en su planteamiento rigurosamente guarro.
Pero al mismo tiempo, la narrativa de Evil Dead parte de una metodología que contempla el terror y la violencia en distinto grado y nivel, en intensidad diversa. De modo que cuando quiere la cinta se pone sinuosa, enfermiza en sus sugerencias y perturbadora en sus ambientes. Con un tratamiento de la iluminación y los espacios (especialmente -paradójico- los exteriores) altamente amenazantes. Y cuando le toca, que es a partir de su segundo tercio y en su explosivo final, la película se rinde al grand guignol y la violencia pornográfica, gozosísima y autoconsciente.
Un aparato eminentemente orgiástico en su tratamiento del entretenimiento prohibido y bastante lúdico en su articulación de lo humorístico (mucha, muchísima comedia, pero negrísima e hipersocavada). Que hace de la brusquedad, suciedad y putrefacción puro ejercicio de estilo. Que no abre nuevos caminos en el muy horadado túnel del cine de terror, porque a cambio pretende convertirse en un nuevo tocón de referencia, aunque sea mediante la actualización de los puntos claves que han convertido tan noble género en una casa de hermandad universitaria en plena fiesta animal donde quien no se divierte es porque no quiere. O bien porque está demasiado preocupado pensando en que mañana alguien va a tener que limpiar las manchas de vómito del sofá. Pero tal y como están las cosas ¿a quién le apetece ser semejante idiota estirado?
7’5/10
Holas. Mu buena critica Bluts. Espero ir a verla este finde.
SPOILERS Una cosa, ¿En la escena de las ramas se ve como se la clava el tronco o lo sacan también? FIN SPOILERS
Mas que nada para no tener disgusto con la novia. Es que en estos temas es mu sensible. Vamos que Perros de Paja o cualquiera del género Rape & Revenge directamente prohibidas.
Bueno, viejo amigo, no te voy a engañar…
***SPOILERS AHEAD!
Esa escena efectivamente está. Y no escatiman en crudeza con ella. No es más explícita que la original -el OVG (Objeto Vegetal Fálico) sigue perdiéndose a la vista bajo la falda de la prota, nada de genitalia-, pero es, si cabe, más salvaje que la original.
Así que sí, casi que lleves a Mrs. Carpenter a ver "Anna Karenina" ;)
Abrazos!
Salgo feliz, pero menos de lo esperado. Me disponia a ver una obra maestra del género revisionando los puntos clave de las películas cabañiles… pero la he vivido como una más. No hay grandes cambios argumentales, ni interpretativos (bastante justitos todos menos Levy. Ella está soberbia). Se agradece semejante festín pero la tensión en su tramo central es nula y simplemente eres testigo de una masacre demasiado impersonal. No me ha afectado nada.
Cuando pierde la cabeza todo el film gana enteros y su tramo final me parece una maravilla. Perfecta y capaz de elevar todo el producto a cotas de culto inmediato. Me ha fascinado ese final.
La ha vivido de manera bastante similar a The Cabin in the Woods… eso es bueno pero esperaba algo todavía mejor.
Aqui un fan de la original, que salió contento con el remake. Digna pelicula que pueden disfrutar los desconocedores de la original y los fans de la trilogia.
No habeis mencionado ninguno que si os quedais hasta el final de los créditos hay un par de sorpresitas pequeñas.
Bueno, ahora que la he visto, puedo decir que me ha gustado mucho. El primer acto, algo aburrido hasta que comienza la posesión. El segundo acto cuando comienzan los actos demoníacos me pareció interesante pero casi muy rutinario. Eso sí cuando llega el despelote final SPOILERS SPOILERS SPOILERS chica negra poseída, escena de la mano y otras "sutilezas" FIN SPOILERS FIN SPOILERS me agradó muchisímo. Sobre todo ese final que me pareció lo mejor de toda la peli.
Obviamente lo único que la puede contrariar a mi novia es ese momento puntual, pero estoy segura de que se lo va a pasar pipa.
Un saludete y gracias por la información, Bluts.