Crítica de Rebobine, por favor

Mientras Jerry (Jack Black) intenta sabotear la planta eléctrica que, según él, le derrite el cerebro, acaba magnetizado y sin querer consigue borrar todas las cintas del anticuado videoclub donde trabaja Mike (Mos Def), su mejor amigo. Para mantener a la escasa clientela, Jerry y Mike deciden realizar un remake de una de las películas en la chatarrería de Jerry. Se quedan asombrados al descubrir que su versión es un auténtico éxito. Mike, Jerry y unos cuantos amigos del vecindario empiezan a dedicarse a la producción de remakes, desde «Los Cazafantasmas» a «King Kong». No solo consiguen dar un nuevo impulso al videoclub, sino a toda la comunidad.Hablar de «Rebobine, por favor» es hacerlo de una de las propuestas más originales de los últimos tiempos.
Escrita y dirigida por Michel Gondry, el cineasta más inclasificable del cine actual, la película invita al espectador a un viaje por la memoria, a través de la remembranza de una infinidad de películas tan míticas como el protagonista absoluto de la historia, el VHS.
Porque lo que hace Gondry a fin de cuentas es declararse amante de las cintas de vídeo de toda la vida, igual que el personaje del señor Fletcher, entrañable dueño del videoclub (interpretado con atino por Danny Glover), quien reniega del DVD y le augura al nuevo formato una vida igual que la del Laser Disc. Una falta de progreso por la que opta también en cuanto a las películas que ofrece, evitando en medida de lo posible los géneros más comerciales (hoy en día parece que todo sean comedias o películas de acción casi idénticas entre sí) y centrándose en clásicos, películas de culto, y documentales. Películas que, a fin de cuentas, son las que realmente se recuerdan año tras año, y que cada vez se echan más de menos.
De este modo, «Rebobine, por favor» se convierte en un mensaje, casi advertencia, traducido en el deseo de que el cine vuelva por la senda de las ideas, de la originalidad y del guión. Y eso que sus protagonistas encuentran la solución a sus problemas en los remakes, en clara alusión a la situación cinematográfica actual.

Pero lejos de crear polémica, Gondry opta por la vía de la conciliación a través de una personalísima carta de amor al cine, y por ello llama a la faceta más cinéfila (o cinéfaga) del espectador. Así, conforme aparecen en pantalla los remakes de «2001: Una Odisea del Espacio», «King Kong», y «Los Cazafantasmas», pero también «Men in Black» o incluso «Hora Punta», se despiertan en nuestro interior sensaciones de nostalgia y cariño, pues se trata de films que más o menos todos hemos visto centenares de veces.

Para hacer que la magia se cumpla, no solo Michel Gondry sino también sus actores están pletóricos, del primero al último, con mención especial para un delirante y desternillante Jack Black, protagonista de los gags más divertidos de toda la película. Y el hecho de contar con la querida Mia Farrow entre los secundarios confirma una vez más el deseo de evocar una época pasada y dorada.

Tal vez el único problema radique en que tan original idea de partida acaba antojándose excesivamente breve para una película de hora y media, y por ello en su tramo final el tono cambia, y «Rebobine, por favor» se transforma en la persecución de un sueño cargada de edulcorada moralina, tal vez algo más al uso en producciones americanas lagrimógenas. Sin embargo, es fácil suponer que en ese momento Gondry nos está hablando de sí mismo, y de sus propias fantasías cuando aún estaba por llegar su meteórica trayectoria como cineasta. Igual que los protagonistas, seguramente anhelaba realizar una película de verdad, cuidando el resultado final como si de un hijo se tratara sin importar demasiado la evidente escasez de medios. Y sinceramente, ¿no es ese el sueño de todos los que devoramos cine?

«Rebobine, por favor» es pues una comedia estupenda. Tal vez mejor en su primera parte que en su segunda, pero aún así absolutamente deliciosa, inteligente, y alejada de los chistes de brocha gruesa que hoy en día son el leitmotiv de toda producción pretendidamente graciosa. Es una de esas películas que podrían verse una y otra vez sin cansarse de ella, tierna, emotiva y positiva. Y sobretodo, divertidísima.
8,5/10

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. No podría coincidir más contigo, otra gran película del genio Gondry!

  2. Buenisima, como bien dices tiene unos gags muy trabajados, huyendo de los golpes y chistes de tetas (aun flipo con los trajes que se ponen para entrar en la central, con los carteles de la pared y el dibujo de la reja imprimidos en ellos). Pero lo cierto es que más allá de la parte cómica que se desarrolla en los remakes o suecizaciones de las peliculas, lo interesante de Rebobine por favor es el discurso nostalgico. Que cojones, me gusta que los directores de las peliculas demuestren que en su interior también vive un friki. Me encanta que Tarantino le ponga a la novia el traje amarillo de Bruce Lee, que el loco de gus van sant se atreva con psycho y tal… Vamos que demuestren que hasta hace poco eran unos fans palomiteros como nosotros. Que quieres que te diga, la magia que desprende la ultima parte de la pelicula (el rodaje, el visionado y finalmente el desenlace del documental) me atrae más que el traje de robocop (con el que me partí el ojete).
    De todas maneras, sea por el motivo que sea, una gran pelicula…

  3. cierto, qué coño, viva los que se congratulan de tener en sus historiales los visionados de Los Cazafantasmas, o Los Goonies! cada vez soporto menos a los directoruchos (y actores, y críticos, y simples cinéfilos) que se las dan de tener la verdad universal y ser superiores por haber visto a Truffaut o Fassbinder. Que sí, que muy bien, que yo también he visto cine así, pero joder, hay que tener un sitio para todo, y no hay que avergonzarse de haber visto Cortocircuito! Bah, mierda de pedantes… XD

    Salud!

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