Crítica de Red State

“Querido Kevin Smith: de qué vas”. Esa es la pregunta que habría que hacerle al director otrora glorificado por cintas como Clerks o Mallrats. Un cineasta cuyo brillo fue menguando con el tiempo, pero de cuya situación pareció sacar petróleo con inteligencia: ¿que no hay nada nuevo que decir? Pues a tirar de comedias tontorronas toca; comedias con sello medio reconocible, malsonantes y guarrillas pero sin dejar de lado ciertas referencias de subcultura popular del gusto de todos; comedias entre lo voluntariamente mainstream y la simple carencia de voluntad/capacidad por desmarcarse. Así, aun de carambola, a veces sonaba la flauta: hay quien respeta muy mucho Buscando a Amy, quien se ríe viendo la última tontería de Jay y Bob, y a quienes convenció ese intento de imitación apatowniana de nombre ¿Hacemos una porno? (y me incluyo). Y lo bueno es que gustaran o no, daba igual, porque sus producciones eran inofensivas y él, Smith, se había quedado en ese limbo ubicado entre los fans y sus detractores desde donde no le hacía daño a nadie. Hasta ahora. Con este Red State ha ido a meterse en terrenos que no le correspondían, y como era de esperar, se ha acabado enfangando hasta los codos. Con semejantes engendros cinematográficos, a su anunciado retiro del mundillo uno no puede sino dar saltos de alegría; que se largue y nos evite sufrimientos como este, o que siga pero volviendo a sus fueros de inocuidad, que para serios y liantes ya tenemos a Von Trier. Pero es que, a ver ¿quién le manda a trastear con la iglesia?
Porque eso es lo que hace, ni más ni menos. Coge un pueblo de la América profunda y mete una historia de tres chavales que quieren pasar la noche con una MQMF que de eso tiene poco (Melissa Leo), y de hijoputismo, mucho: los droga, los saca de su caravana-picadero, y los lleva a la casa familiar en la que convive con tropecientos hermanos, primos, sobrinos… y un pater familias que hace las veces de Padre en sentido religioso. Este hombre, fanático absolutamente desquiciado, les mete en la cabeza lo infernales que son la homosexualidad, las libertades sexuales, los diferentes colores de piel y demás, motivos por lo que los tres chicos (entre otros vecinos del pueblo) deben ser sacrificados. Material de sobras para caldear a la sociedad y crear polémica entre los espectadores, que sin embargo queda en agua de borrajas desde los primeros compases del film, hasta el punto de que, al final, la sensación es de que Kevin Smith ha querido ir de listo y le ha salido el tiro por la culata. Y es que Red State es una mala, muy mala película que al principio tira de recurso fácil (con un guión que presenta toda la información de la manera más sencilla posible), a continuación se muestra incapaz de conseguir que el espectador sienta algo por sus personajes, sigue con problemas de ritmo de vértigo, y acaba en una escaramuza tipo cine de acción para la tele que, por si fuera poco, acaba por ocultar la diminuta tesis que, se supone, había querido desarrollar a lo largo del film.
Una tesis digna de parvulario, por cierto. Porque a lo que se limita es a presentar mediante un eterno speech (sin apenas mordiente, por cierto) a un hombre de una cierta ideología, que dice sandeces de todos los colores, sí, pero sin acabar de ser realmente acongojantes. Y es que ninguna de ellas suena a nueva, ni es ese giro de tuerca del horror que debería suponérsele. Vamos, que el demonio al que recurre Smith no es ni mucho menos tan temible, y por contra, los teóricos personajes positivos de la función son tres niños que están donde están por haber bebido demasiado en la caravana en la que pretendían acostarse a la vez con una señora de dudoso trabajo. Y que se pasan el día diciendo palabras malsonantes, y bajándose fotos de chicas desnudas por sus móviles. ¿Puede alguien decirme cómo se puede sustentar así una crítica sobre los males de los fanatismos religiosos? Peor me lo pone cuando, desde la mitad en adelante, el estilo cambia radicalmente de tercio. Como si de golpe y porrazo se diera cuenta de que el tema no da para más (!), Kevin Smith se pasa a la acción, y se tira los siguientes 40 minutos filmando un tiroteo polis vs cristianos a base de clichés y de un montaje y movimientos de cámara francamente molestos. Normal que con todo este percal, John Goodman sólo piense en cobrar el cheque lo antes posible…
Repasemos: una película de estilo cambiante pero siempre molesto intenta criticar a la iglesia a base de personajes mal escritos, ideas confusas, clichés y, por lo general, poco convencimiento (estas cosas, si se hacen, se hacen bien, llevándolas al límite). Y cuando se pasa a la mera acción, nada funciona. ¿Algo más? Pues sí: súmese a todo ello puntuales destellos de humor subnormal, un final de vergüenza ajena, y sobre todo la muy extraña sensación de que parece que a la obra le falte la última mano de pintura. Parece que esté hecha con prisas, como si a nadie le importara demasiado dónde se estaba metiendo. La dirección se atasca, el guión no parece nada pulido, la despreocupación por el empaque visual ofende… En fin, que nada hay en Red State que merezca la pena, y por mucho que apenas dure hora y veinte, su visionado es una pérdida total e irremediable de tiempo. Como seguramente lo era el de las anteriores películas del director, pero aquellas, al menos, no ofendían. Zapatero, a tus zapatos o a la calle.
3/10
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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Ok. Una menos.
    Jolín, con lo mucho que me gustaron las primeras…. este tío no ha sabido crecer.

  2. Hombre, eso de que ¿a que te metes con la Iglesia? , lo hizo ya sobradamente en DOGMA ¿no?

  3. SSR, yo soy fan de la penúltima… je…je… (risa avergonzada)

    Deckhlan, pero no era una crítica de este palo, era un discursete irreverente, tan salido de madre como para resultar, en el fondo un gran chiste que podría haberle contado Jay a Bob, por así decirlo. Esta, en teoría, es crítica pura, abierta y sin concesiones. Y por ahí la caga. Y ojo, que yo comparto lo que (creo) piensa Smith (y que cuesta mucho sacar de todo este embrollo)
    Saludo, gracias por pasar!

  4. la pelicula es realmente mala, la direccion pesima, fijense que ante cada palabra del pastor la camara hacia un primer plano de la feligresia asintiendo,riendo,asqueando,haciendo miradas complices,es de manual,asi tambien dirijo yo.y a que va esa accion final,emulando a la tragedia de waco???,al final los del fbi son mas malos que la iglesia?? repito smith filmo con un manual de cineasta en la mano.

  5. de acuerdo contigo en todo. Lo único es que se equivocó de manual: con su dedo gordo y aceitoso tapó parte del título y leyó "Lo que hay que hacer para ser director" donde en verdad ponía "Lo que NO hay que hacer para ser director"…

  6. La pelicula es fantastica, una de las mejores del 2011…encontre algunas similitudes con "From Dusk Till Dawn" donde la cinta empieza como una historia criminal con tiros y se vuelve una de terror…Red State hace lo mismo pero al revez. El dialogo es imprecionante, las actuaciones maravillosas, especialmente Michael Parks, la pelicula no es para nada predecible…Smith me parece uno de los pocos directores q puede hacer una pelicula interesante usando solo dos personas hablando.
    Viviendo en una epoca donde las peliculas de terror se limitan a remakes, peliculas filmadas en primera persona o tortura, es bueno ver q una se atreva a ir a lugares donde la mayoria de las peliculas de terror no acostumbran.

  7. bueno, no podía estar más en desacuerdo contigo, jeh. Pienso exactamente lo contrario de cada uno de los puntos que mencionas. La encontré un verdadero horror…

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