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Crítica de Regresión

Poco amigo soy yo de valoraciones categóricas en el oficio del reseñista; cuando menos, de valoraciones categóricas que no se reconozcan como consecuencia de una idiosincrasia crítica personal, particular y especifica, y que por tanto antepongan la voluntad de sentar cátedra a la noción de diversidad de públicos. Pero justamente por ser poco amigo de ellas, disfruto hoy al permitirme una excepción y expresar una opinión tajante: no tengo en cuenta el director ni los éxitos de su filmografía anterior cuando digo que Regresión, de Alejandro Amenábar, es un thriller del montón.

Hay quien sostiene que desde que Amenábar dio el salto hacia Estados Unidos no consigue dirigir nada valioso. No sé en qué medida Hollywood le dificulta a uno dar lo mejor de uno mismo. Lo que sí sé es que poner a Emma Watson en pantalla no salva una película y que el tono, la atmósfera y la estética que adopta Regresión no me sorprende en lo más mínimo. Dentro de la gran fábrica de repostería industrial que a veces parece el séptimo arte, Regresión sería un dónut más. Un dónut perfectamente ejecutado. Tan perfecto que no hay forma ni motivo alguno para distinguirlo frente a las idénticas réplicas con las que cohabita en la cinta de producción en masa.

Si hay algo por lo que apuesta Regresión es por el ritmo narrativo. Los primeros compases exhiben ya la virtud de la paciencia, buena mano en la creación de la intriga y un desarrollo orgánico. La entradilla nos cuenta que la película está inspirada en hechos reales y nos sitúa en la Minnesota rural de los años 90, en la que la superstición y el miedo colectivo han echado a volar: corre el rumor de que una secta satánica celebra rituales macabros. En ese escenario, Ethan Hawke interpreta al detective estrella de una humilde comisaría de pueblo. El nuevo caso a sus espaldas es el de una adolescente (Emma Watson) que huye de casa y busca el amparo de la parroquia municipal alegando que su padre la abusa sexualmente. Al investigar a la familia, Hawke se encuentra con un padre alcohólico desde hace 20 años, una madre fallecida en un accidente de coche, una abuela devastada que también le da al frasco y un hijo mayor que decidió fugarse para escapar de la asfixiante burbuja familiar. Todo ello, impregnado de la fortísima fe cristiana que el párroco local, convencido de la existencia del Mal, se encarga de inculcar en sus feligreses.

Cuando el padre se declara culpable de haber violado a su hija, pero asegura no recordar los hechos, la comisaría se acoge a los servicios de un profesor de psicología. Es este intelectual gafotas, uno de los muchos estereotipos de la película, quien propone utilizar la técnica de la hipnosis regresiva para acceder a los recuerdos que el violador habría bloqueado. Gracias a las declaraciones de la hija, por un lado, y a los escalofriantes recuerdos a los que otros personajes consiguen acceder mediante la hipnosis, Ethan Hawke se embarcará en una investigación de aires esotéricos en la que, como todo buen detective protagonista, deberá llevarle la contraria a sus compañeros y a sus superiores, deberá luchar por no perder el juicio, por no perder el trabajo y por no acabar fiambre. Acechado por las pesadillas y por la paranoia de que una secta satánica que lo vigila, Hawke, como no podía ser de otra forma, primero se encariña de Watson y luego resuelve el caso. Ahí va un spoiler cifrado: la verdad detrás del entuerto satánico no sorprenderá a quien haya visto La caza de Thomas Vinterberg.

Mediante la réplica de un molde cinematográfico archiconocido, Regresión busca construir una trama de misterio que tenga al espectador en vilo, que explote en dos o tres momentos climáticos de miedo y que sorprenda con un giro narrativo inesperado. Y diría que, gracias a un muy buen rodaje y a un desarrollo psicológico entre efectivo y efectista, lo consigue en cierta medida. Pero no basta con eso, añadiría humildemente, para que una obra supere el sentimiento de placer industrial, pasajero y hueco que acompaña a Regresión. Como a un dónut.

Por Gaizka Ramón

Trailer de Regresión

Valoración de La Casa
  • Gaizka Ramón
3

En pocas palabras

El academicismo y una correcta evolución de los personajes salvan del olvido total una película con vocación comercial y poco más.

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