Crítica de Reservation Dogs – Temporada 2 (FX)
Estaban bien tocados, casi hundidos, los Rez Dogs desde que cierto “hecho disruptivo” irrumpió como una locomotora a mediados de la primera temporada. Esta segunda campaña debía servir para reencaminarlos como grupo, resignificarlos en su propia libertad individual y permitirlos dar cierre a un tema que en el fondo minaba su gran objetivo final: liberarse de todo, echarse a la carretera, cruzar medio país para alcanzar la Costa Oeste y poner a tostar sus pieles al sol de California. Si lo consiguen o no nos guardaremos de decirlo por aquí porque, como suele decirse, siempre es más importante el camino que el destino. Pero quede esto claro: el final de la segunda temporada de Reservation Dogs pone un lazo a todo lo visto hasta ahora.
En esta última tanda de episodios la tónica ha sido un poco la conocida, radiografiar la existencia cotidiana de un grupo de chavales y chavalas que viven en una reserva de nativos americanos en Oklahoma. Es un lugar cuasi olvidado por la América blanca, una comunidad muy ligada a sus tradiciones y donde la gente joven languidece ante las pocas perspectivas para prosperar. Hay un sentimiento de comunidad, pero también ligeras rivalidades casi cómicas entre bandas y una criminalidad incipiente pero algo paródica y que nunca sobrepasa los límites de la cordura (y cuando lo hace es de manos de blancos, como ocurre en el capítulo más lisérgico de la temporada). Es en esta representación de lo callejero, humana, desmitificada y a ratos casi tontorrona, donde quizá se le nota más la mano a Taika Waititi, 50% del combo de showrunners. Pero es en todo el resto de enfoques temáticos donde la serie brilla de verdad: Sterlin Harjo, el otro artífice y principal guionista, logra imprimir una enorme tensión emocional y dota de un gran peso específico al motor dialéctico que mueve gran parte de las tramas: la fricción entre lo contemporáneo y lo tradicional.
En ese marco temático siempre se ha movido una serie que habla de eso, de roces (también entre lo que se es y lo que se espera de uno, entre lo que se anhela y lo que se obtiene). Y este, el del peso de unos antepasados, una cultura y un legado que se personifica en el presente en forma de leyendas corporeizadas o de fantasmas cuya imagen oscila entre lo real y lo idealizado, ha encontrado su ancla en un planteamiento dramático más libre en todos los sentidos. En cuanto a enfoque, a tono, a género -comedia, drama, fantástico, thriller, los límites entre unos y otros son elásticos- e incluso a tratamiento formal, siempre tan apegado, eso sí, a una vocación muy cinematográfica. Recorridos en conjunto por una gran subtrama transversal cada capítulo individual ha podido centrarse, dar espacio y voz a distintos personajes. A una Elora que emprende una huida frustrada con su -a priori- peor enemiga, a un Bear que emprende sus primeros pasos hacia una vida de adulto funcional, a una Willie Jack que trata de reconectar con su padre vía el dolor compartido y a un Cheese que finalmente ha podido liberar desde un punto de vista casi creativo su vasto mundo interior. Pero también se ha echado una mirada a Big -el carismático sheriff- que siempre parece dispuesto a dar un poco más de sí mismo sin renunciar a sus valores y a un grupo de mujeres maduras de la reserva, madres y tías que, necesitadas de su propia promesa de libertad, se emancipan en un fiestero escape nocturno.
Por eso es tan valiosa Reservation Dogs. Por prestar atención a una comunidad que no suele tenerla más que de manera anecdótica y no hacer de ello un simple statement que supedite el drama al mensaje. Por su impecable entramado narrativo, su poderoso planteamiento formal y por la valentía de su enfoque: la de Harjo es, a pesar del supuesto distanciamiento que podría imponer su tratamiento próximo a ciertos géneros muy codificados, una mirada humanista, limpia y honesta a la juventud desde el prisma del choque entre pasado y futuro, a la identidad comunitaria desde la confrontación entre lo real y lo performativo y a la maduración desde el condicionante del dolor y la pérdida. Una serie excepcional.
Trailer de Reservation Dogs (Temporada 2)
Reservation Dogs, Temporada 2: adolescentes en reserva
Por qué ver Reservation Dogs
Segunda y estelar temporada para una Reservation Dogs que afianza sus planteamientos y se perfila no sólo como una reivindicación de los pueblos indígenas sino como una excelente visión de la adolescencia y el salto sin red hacia la vida adulta.