Crítica de Restrepo

BD Restrepo

En una búsqueda continua por ofrecer la experiencia de guerra más realista al consumidor final, películas y videojuegos hacen que cada vez sea más difícil distinguir la línea de separación entre arcade, ficción cinematográfica y documental. Y hay tres ejemplos perfectos, uno para cada sector: En tierra hostil, ficción cinematográfica, Battlefield 3, videojuego, y Restrepo, documental cuyo objetivo expreso es meter al espectador de lleno en el campo de batalla eliminando, durante las secuencias de acción, todo añadido imaginable. La premisa, por cierto, digna de un guión de Hollywood: en una primera acometida de un grupo de soldados en terreno afgano, uno apodado Restrepo pierde la vida, motivo por el que para su segunda misión, la construcción de un puesto seguro en una zona conflictiva, deciden emplear ese nombre. Así las cosas, Tim Hetherington y Sebastian Junger enarbolan un documento de hora y media con cantidades ingentes de material grabado directamente en pleno conflicto, en una cinta con luces y sombras pero que se presta a más lecturas de las que a priori podría parecer. Y que ahora edita Savor (de la mano de su distribuidora Emon) con la posibilidad de adquirirla, casualidades de la vida, con la recién citada película de Kathryn Bigelow.

Y es que una y otra tienen mucho en común. Además de esa mixtura de géneros y plataformas, una y otra hablan de conflictos recientes y lo hacen desde una posición gélida y con escaso margen para el protagonismo individual: por más que en el caso que ahora nos ocupa se haga mención constante a una persona en concreto, volvemos a estar ante una película grupal que, y ahí la primera sombra (la misma que afectaba a Renner y compañía, o a los soldados de Black Hawk derribado) evita que el espectador pueda sentir el más mínimo apego hacia los soldados norteamericanos; empresa difícil ya de por sí, no nos engañemos, por mucho que durante buena parte del tiempo se intente dibujar su figura desde una perspectiva moderadamente amable, incluyendo declaraciones de los sobrevivientes entre pasaje y pasaje en el campo de batalla.

Del mismo modo, Restrepo comparte con ficciones y juegos similares el impacto visceral de sus elementos puramente bélicos. Sus directores saben lo que buscan y se recrean en tiros y explosiones, en la calma chicha de un momento de pausa y la tensión al final del mismo. Y ahí, con perdón, la clavan. Restrepo no emociona porque no supone impacto dramático alguno, pero sí aterra cuando lo único que suena son los disparos atronadores de una metralleta, o cuando sus cámaras recogen los efectos de un objeto explosivo. Y eso aun limitándose básicamente a planos detalle de la mortífera maquinaria: en ningún momento (o casi) se ve el efecto directo sobre un humano, ni falta que hace.

Restrepo

El problema pues, qué curioso, nace precisamente del motivo argumental que sirve de excusa de todo ello. Cuando Restrepo saca el dedo del gatillo para explicar los pormenores de esa base que construyen, con reuniones entre soldados y autóctonos y demás generosidades, el ritmo se congela en una curiosa pero poco más narración de hechos pretendidamente aligerados por las ya mentadas declaraciones que, a fin de cuentas, tampoco tienen demasiado que aportar.

Es sólo una parte del bloque central, insuficiente para condenar el conjunto pero no para dejar de poner en evidencia inesperadas carencias que surgen de un guión descompensado. Tanto como para volver a retomar el vuelo con un tercer acto moderadamente más intenso, pero sobre todo, ambiguo. Lo que hasta el momento no parecía querer variar en demasía su rumbo, marcado por el elogio a las fuerzas norteamericanas y con apenas algún que otro revés hacia su entereza, parece actualizar su hoja de ruta buscando (se espera que de manera voluntaria) una imagen menos lúcida, de hecho enturbiada por un poso vengativo, y rápidamente completada con un igualmente desalentador punto Jarhead que puede interpretarse claramente de dos maneras contrarias. De hecho, en función de esto último puede acabar considerándose el film, vencedor de la edición de Sundance 2010 y nominado al Oscar, de un modo u otro, moldeando sensiblemente sensaciones en todo caso más que positivas, si bien algo frías.
6,5/10

Restrepo+En tierra hostil

Y en el Blu-ray…
Excelente edición la que nos propone Savor vía Emon. No sólo por la calidad de su imagen y sonido en alta definición que, lógicamente, son hasta superiores de lo que requeriría su material original (por cierto, ojo a los alérgicos a las versiones originales: la versión española tan sólo dobla las declaraciones, dejando todo lo que suena en el campo de batalla en su idioma real para que la experiencia sea total). Ni por el hecho de poderse adquirir junto a En tierra hostil, imprescindible del cine reciente según buena parte de la crítica. Es que además, no se trata de una edición de fondo de catálogo, ni mucho menos. Hasta cuarenta minutos de extras se distribuyen en cortes eliminados de las declaraciones de todos los soldados que intervienen, y escenas extendidas o perdidas en la sala de montaje que, en algunos casos, son de gran interés. Atención a la de la lesión de un menor, perfecto botón de muestra de lo que tiene que aportar una edición sencilla pero saciante. En definitiva, más que recomendable.

En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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