Crítica de Frozen River (Río Helado)
Tras el título de Frozen River se esconde el debut de Courtney Hunt, directora y guionista cuyo trabajo ha sido reconocido con una nominación a los Oscar de la presente edición del certamen, lo cual no deja de ser muy significativo teniendo en cuenta tanto la poca repercusión del film como el pedigrí de sus competidores. Para más inri, confirma las sospechas que su actriz protagonista, la semidesconocida Melissa Leo, se haya colado entre las cinco favoritas a hacerse con el mencionado galardón.
Viendo estas cartas sobre la mesa, no hace falta ser demasiado despierto para saber que nos encontramos ante un producto encomiable, de calidad cercana incluso a trabajos recientes de directores de mucho mayor renombre.
Con una duración de apenas una hora y media, son pocos los minutos que necesita Frozen River para calar en el espectador. Si apenas tiempo para los títulos de crédito, Hunt nos coloca de lleno en materia, presentando la difícil situación por la que pasa Ray, madre de dos hijos que apenas tiene dinero para pagarles el desayuno y que poco a poco se va viendo ahogada en facturas impagadas y amenazas de embargo.
A partir de ese momento arranca un intenso drama gélido y sin apenas concesiones, en el que la bola de nieve en que parece atraparse la protagonista no deja de crecer a velocidades de escándalo sin que ella misma sea capaz de ponerle freno.
A través de un discurso directo y sin finuras de ningún tipo, Frozen River va desarrollándose variando su vestimenta y adquiriendo no pocos detalles factores comunes del thriller menos amanerado, adquiriendo una potencia pareja a la de, por citar un ejemplo, Soderbergh y su experimento Bubble.
De esta manera, Hunt compone un discurso que se mueve entre la preocupación a cerca del futuro dudoso de la protagonista y, a nivel más global, de la situación de los inmigrantes ilegales y el tráfico de seres humanos. Y lo hace mediante un devenir de acontecimientos frío y distante, aparentemente sosegado pero de una precipitación que llega a agobiar por momentos, en el que cada cruce en coche por las congeladas aguas del río helado empequeñece un poco más el corazón del espectador.
Por supuesto, la labor de Melissa Leo (así como la de los demás actores que la rodean) se antojaba fundamental para darle ese ápice de credibilidad y realismo necesario, y consciente de ello, la actriz se trabaja a fondo su personaje hasta dotarlo de una naturalidad que bien merece el reconocimiento que lleva acaparado hasta ahora. Ray Eddie aparece igual de creíble tanto cuando trata con los delincuentes con los que se asocia como cuando está en casa y debe enfrentarse a sus dos hijos, uno de los cuales no ha aceptado el abandono de su padre (y el otro es demasiado pequeño para enterarse de nada).
Así pues, un servidor se ve incapaz de atisbar un futuro comercial a Frozen River por su austeridad de medios y la dificultad de su temática, pero de llegar a las carteleras de por aquí (a lo que ayudaría bastante alguno de los Oscar a los que opta, y visto lo visto debería ser favorita en ambos) recomienda encarecidamente su visionado a todo aquél que busque algo más que meros fuegos de artificio en el cine del otro lado del gran charco.
Inteligente, sutil, emocionante y demoledora, Frozen River supone una excelente carta de presentación para la directora y para la actriz, a la que veremos la próxima adaptación de Paulo Coelho al cine, Verónica Decide Morir.
Trailer de Río helado (Frozen River)
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Una agradabilísima sorpresa, en forma de thriller de guión cuidado y ritmo calculado para un in crescendo emocional constante, sin por ello desviar la atención de su crítica social.
A mi me gusto muy mucho…
y a melissa leo la tenia fichada desde 21 gramos… gran mujer de benicio del toro.
Limón.
anda, la Limón por aquí!
sí, actuaba muy bien allí… el problema es que yo mientras veía Frozen River en vez de pensar en 21 Gramos pensaba en Héroes, que la tía es clavada a la madre de Claire Bennett!
Saludos y gracias por pasarte por aquí!