Crítica de Sabrina
El cine de género indonesio está surgiendo en los últimos años como lava de volcán en erupción, gracias a jóvenes talentos como Gareth Evans o el estupendo Timo Tjahjanto, que sólo en 2018 nos ha regalado dos piezas maestras cargadas de energía (Que el diablo te lleve y The Night Comes for Us), y que promete un genial futuro dentro del cine más desgarrador y atrevido. Las dos últimas películas mencionadas ya se pueden disfrutar en la plataforma Netflix, al igual que el último filme del también indonesio Rocky Soraya (nombre molón donde los haya), de título Sabrina, que en realidad es un spin-off muñequil de The Doll 2, del mismo director. Y mientras las obras de Tjahjanto resultan refrescantes y te mantienen pegado a la butaca, el cine de Soraya se hace lento, aburrido y tedioso, muy poco exportable por su ritmo y una atmósfera claramente indonesia.
En Sabrina asistimos a la historia de una joven pareja que vive con su sobrina, tras el extraño fallecimiento de sus padres. El hombre es el dueño de una empresa de juguetes que se está forrando, gracias a una nueva colección de muñecas más feas que un pie peludo. Total, que uno de esos monchitos acaba en manos de la niña, a modo de regalo, para que no eche tanto de menos a su madre, con la que intenta contactar gracias a una app para ver fantasmas. Que tiemble Tinder, ahora que hasta los muertos pueden ser tu objetivo para una cita. Un espíritu dará con sus huesos (sic) en la Doña Rogelia particular de la cría, que sobreactúa que da gusto, así que ya tenemos la ración esperada de sucesos sobrenaturales, sustos de feria y sangre a borbotones.
Uno de los numerosos problemas de la cinta (para la que no es necesario haber visto The Doll 2 ni el filme original) es su tremenda duración de casi dos horas, para relatar algo bien sencillo y que se estira como un chicle Boomer desde que conocemos todo el pastel junto a los protagonistas. El diseño del espíritu vengativo tampoco es demasiado imaginativo, y recuerda al de otros largos del propio Soraya, como El tercer ojo, también disponible en Netflix y también bastante flojo. Es cierto que se desata una gran violencia en el último tercio de película, y aquello se acaba pareciendo a un River-Boca con Maradona pedo en el palco, pero no compensa todo el tedio anterior y un flashback metido con calzador hacia la mitad, aunque sirva para dar empaque a todo.
Pese a sus muchas carencias, Sabrina ha supuesto todo un taquillazo en su país de origen, y de ello nos alegramos, a la espera de que su realizador se esfuerce un poco más con su siguiente película. Quizá encargarse él de todo (dirección, guión y producción) de sus obras, le pase factura. Quien mucho abarca…
Trailer de Sabrina (v.o. sub en inglés)
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Thriller lento, aburrido y tedioso, que no tiene nada nuevo que contar y no consigue maquillarlo con un tercer acto cargado de violencia.
La película es malisima. Parece una sátira a otra película de terror. Malas efectos especiales, maquillaje exagerado. Los actores luego de apuñalar los no se mueren y el demonio no tiene poderes. Lo de la muñeca es una excusa que ni siquiera es parte de la trama.
Juas, veo que disfrutaste de lo lindo viéndola, eh? Meh, qué pena cuando el geénero de terror es maltratao tan vilmente. La excusa de «es fácil hacer un exploit para ganar cuatro duros» se está cargado esta clase de cine :(