Crítica de La semilla del mal
La falta de ideas en el cine USA comienza a ser alarmante. No son pocos los que han llenado sus bocas con tal coletilla, entre los que por supuesto me incluyo, para justificar el aluvión de cine refrito y mediocre que acosa con cada vez más ímpetu nuestras ya de por sí desoladas cinefilias. Por todos son sabidos los síntomas que surgen como resultado de esta dudosa corriente artística: tras haberlas visto el espectador comienza a mezclar películas, incapaz de saber qué escena pertenecía a cuál, aunque sin importarle lo más mínimo más allá del cabreo correspondiente a la inversión monetaria y/o de tiempo realizada.
El problema y principal amenaza surge cuando esa tendencia comienza a revertirse, y si hasta ahora los efectos han sido casi por completo a posteriori (o a las malas, durante el visionado mismo), actualmente se pueden confundir películas antes incluso de su visionado, de tan parecidos que son su título, su argumento, su producción y/o su reparto.
Todo esto que sirva de advertencia y consejo, porque si no pasa lo que pasa, y si uno quiere ver «The Uninvited», remake de la interesante cinta coreana «2 Hermanas», puede acabar viendo «The Unborn», y lo peor de todo es que puede no darse cuenta hasta que aparezcan los títulos finales. Como le pasó a un servidor.
Dirigida y escrita por David S. Goyer (terrible en lo primero, respetable en lo segundo), «La Semilla del Mal», «The Unborn», es una de esas basuras realizadas con dos duros para poder resultar chollos económicos por poco público que tengan. Parece que para que semejantes engendros lleguen a buen puerto es necesario acudir a los titos Davison, Raimi o Bay (productores por excelencia de terror barato), que saben de la escasa propensión al riesgo y el gran potencial de beneficios por lo que no dudan en apadrinarlos. Una llamada telefónica, un escueto «mira qué gran idea tengo (para robar al espectador)» y voilà, tienes garantizado dinero (el justo), reparto llamativo y estreno en salas. Ah, ¿que esta película es idéntica a otra que se estrenó hace una semana y una que se estrenará la que viene? Bueno, tira pa’ lante, que no se van a dar cuenta.
Así pues, aquí tenemos «La Semilla del Mal», enésimo popurrí de género en el que el visionario Goyer cree haber dado con la fórmula del éxito: si los espejos, los niños muertos, bichos y ancianas dementes dan miedo, y las apariciones demoníacas también (Gary Oldman incluido), mezclamos todo y tenemos número uno en taquilla fijo. Y si además tenemos un pivón en bragas, mejor, ¿verdad, tito Bay?. Pero qué genio es el jodío.
El resultado es una película desconcertante. Menos de hora y media en que todo resulta atropellado fruto de un montaje demencial, que no duda en eliminar de cuajo cualquier atisbo de nexo entre escena y escena pero que sin embargo no evita la sensación de tedio presente desde el primer minuto.
Incongruencias argumentales, patilladas a gogó y un argumento que conforme progresa va escapando de las manos del director son los ingredientes de una cinta de terror que no logra asustar en ningún momento, más allá de los botes provocados por repentinas explosiones de decibelios. Y eso que potencial no le falta, porque por muy manidos que estén, los niños malencarados siempre darán su cosica. Pero es que es tan acelerado, tan apresurado todo, tan aburrido y tan ridículo por partes iguales, que aquello de ponerse en situación, crear atmósfera, permitir la digestión del miedo… parece que no signifique nada para Goyer.
Y por supuesto, todo ello realizado con unos efectos especiales de andar por casa difícilmente distinguibles de un capítulo chusco de «Entre Fantasmas».
Así las cosas, sólo queda disfrutar de las vistas, con una Megan Fo…digo, Odette Yustman (vista en «Monstruoso»), que cumple en su tarea de desconcentrar al público para que no se fije en lo que rodea a la morena.
Todo lo demás es, como diría Maldini, bacalá de la buena. Un auténtico despropósito del que Gary Oldman debe de estar renegando, y en el que, encima, David S. Goyer se cree lo suficientemente inteligente como para pretender buscar discursos morales sobre la religión (exorcismos de pacotilla y todo) y críticas metafóricas al genocidio nazi. Terrible, a la altura de un remake con Jessica Alba cualquiera.
3/10
¿porque la niña está buena?
Eres mi ídolo!!
a que sí? jajaja, pero es que está muy buena!
Coincido en tu comentario (tanto en la poca calidad de la película como en la MUCHA fisicamente de la protagonista).
¡Es que está muy buena!XDDDDD
Os voy a perdonar esto sólo porque se me ha prometido enseñar más carne masculina en le blog.
Cosa que por cierto sigo esperando pacientemente.
Chacal, amén, bro!
ANA, lo que no voy a hacer es sacarme tíos desnudos de donde no los hay, jejeje, paciencia, mi querida amiga. En breve llegará lobezno, con su correspondiente imagencilla buenorra… y no sé, si sale algún tío enseñando pechera en Dragonball este jueves te pongo la foto sólo para ti!! XD
Pues yo me pido algo del Hugh, que idem de idem con la petarda esa…
Y me refiero a la Alba, no hayan malos entendidos…jejeje
jaja, ok ok, pues a ver si es generoso el XMen… aunque una pregunta, ¿qué pinta la pobre Alba aquí? XD