Crítica de Sex Drive
La trama gira en torno a Ian Lafferty, de dieciocho años de edad, que emprende un viaje con sus dos mejores amigos, Lance y Felicia, para perder su virginidad con una chica conocida por Internet. Como es de esperar, el viaje se convierte en un conjunto de aventuras y desventuras que lleva al trío protagonista por pueblos Amish, caravanas de rednecks y cuarteles de policía. Sólo con esto ya saltan a la vista las pocas sorpresas que deparará su entramado, y una de las principales losas de «Sex Drive» es precisamente el tedio que supone aguantar sus casi dos horas (o dos horas y diez si se ve su versión Unrated) sabiendo desde los primeros compases cómo acabará todo, o casi.
Así, por enésima vez toca hablar de un guión absolutamente vergonzoso en cuanto a que, salvo en muy contadas ocasiones, ni en la resolución de las situaciones en las que se enfrasca el grupo se observa síntoma alguno de haber querido buscar un mínimo de innovación, por pequeña y timorata que sea.
El otro gran inconveniente de «Sex Drive» reside en lo más importante de una comedia (vamos, casi nada): su humor. Puede que conforme uno se hace mayor empieza a dejar de reírse de los chistes de jóvenes desesperados por echar una cana al aire, capaces de cualquier cosa por ello; quizás los gags pretendidamente subiditos (ojo que usamos penes de plástico en la película, qué malos somos) pero en realidad más inocuos que un capítulo de «Los Lunnis» no se dirijan a los mayores de 18 años.
Sin embargo, y a tenor de lo divertida que resulta para todas las edades «Supersalidos», uno se inclina a pensar que en realidad, «Sex Drive» no es más que un producto hecho por y para mentes calenturientas/cohibidas, o simplemente, para estúpidos del estilo de ‘eeeh, tío, esa ha enseñado una teta y ha dicho culo, jojojo’.
Sólo así se explica que sus protagonistas estén tan descaradamente mal caracterizados que no sean más que una versión muy, pero que muy cutre no sólo del grupo de la antes citada «Supersalidos», sino de cualquier sucedáneo de «American Pie» que se (des)precie (baste con ver al hermano del protagonista y compararlo con Stifler).
O que la mayoría de situaciones (pretendidamente) graciosas sean descarados plagios de otras películas anteriores.
En resumidas cuentas, «Sex Drive» es un descarado intento de amontonar cuatro perras a costa del inocente espectador, que irá al cine esperando ver una comedia en la línea de la Revolución Apatow y se quedará con un «American Pie 17», y encima en una sala rodeado de imberbes salidos de encefalograma plano que de buen seguro reirán todas y cada una de las gilipolleces (no hay mejor palabra para definirlas) que se sucedan en pantalla. Y es que la única manera de aguantar hasta el final el visionado de esta aburrida e infantil ‘comedia’, no queda duda, es apagando previamente cualquier atisbo de actividad cerebral, o aprovecharla repasando la lista de la compra, los planes del verano, o la alineación del Barça. Aun así puedo asegurar que no se perderá ni un ápice del argumento.
3/10 (me he reído en, a lo sumo, tres ocasiones. Lo juro)
La vi como en febrero de este año a decir verdad la considere tan mala, que ni me moleste en criticarla jeejejej… un saludo amigo….
sí, es que es realmente mala la película…