Crítica de She Dies Tomorrow
Pues bueno, fiel a su cita anual, la fumada arty indie hace su acto de presencia en Sitges 2020. No, no me refiero a lo nuevo de Quentin Dupieux, ni de Peter Strickland. Me refiero a esa clase de películas pequeñitas, a caballo entre el auteur y el trabajo de final de carrera, con un par de ideas rompedoras y planteamientos formales resultones… pero que son melones por abrir. Como El infinito, como Kiss of the Damned. A esa liga va a petar She Dies Tomorrow, propuesta escrita y dirigida por Amy Seimetz, sobre una chica que tiene la total seguridad de que morirá mañana, y es un sentimiento que parece contagiarse más rápido que la Covid.
La idea mola lo suyo, pero no nos engañemos: al final, es sólo una película de contagios más. De donde se le debería sacar el mayor jugo es de la psicología: jugar con la forma en que algo así puede afectar a las potencialmente últimas 24 horas de vida de una persona, ¿no? (y subrayo el potencialmente: de verdad que la película arranca con una chica que sabe que va a morir, pero sin ninguna prueba que lo confirme). Pero hete aquí que sale la vena arty, y que Seimet juega con la línea temporal aquí y allá, con escenas y montajes experimentales, con una carga simbólica que requiere incluso más de un visionado… lo que decía antes: una fumada. Y claro, luego la papeleta la tenemos quienes pretendemos recomendar (o no) películas. Pues She Dies Tomorrow tiene argumentos tal válidos para su defensa como para su total defenestración.
Cierto es que la suerte está de cara de She Dies Tomorrow, al coincidir en el tiempo con una pandemia real que invita a plantearse lo mismo que propone la película, más o menos. Minipunto para ella. También es verdad que la curiosidad invita a seguir para delante pese a sus evidentes irregularidades rítmicas, especialmente ubicadas en un tercio final reiterativo. Ni que sea por descubrir su inesperado reparto. Y que, demonios, tener cierta voluntad artística, cierta personalidad por muy pedante que pueda quedar, es de agradecer. Seimetz arriesga, y bravo por ella. Si se tienen ganas, se puede empezar a establecer una explicación a todo ello: por qué cierto protagonista sangra, qué implica que ciertas frases se repitan en determinados puntos del metraje, o qué ocurre realmente (si es que importa) con todos los personajes. Y así, la cosa crece y crece.
…Claro que en la otra cara de la moneda nos topamos con una película cuya originalidad reside en su envoltorio, habida cuenta de un mucho más previsible jugo. El hecho de que dicho continente se haya recargado tanto no sólo se antoja forzado (por innecesario), sino que desvía totalmente la atención. Un guión más centrado en desarrollar emocionalmente las implicaciones de semejante planteamiento hubiera cuajado, de seguro, mucho mejor, aun conservando ese tono a medio camino entre el drama y la comedia que se gasta. Aún dejando todas las puertas abiertas a interpretaciones que deja. Pero a la postre, lo que consigue She Dies Tomorrow es más que nada desprender cierto tufillo a pedante y pretencioso ejercicio bastante más hueco de lo que se cree.
Vale, pues llegados hasta aquí, ¿la recomiendo o no? Pues sí, pero más bien seh. Con sus apenas 84 minutos de duración, She Dies Tomorrow no llega a hacerse indigesta, y realmente, es una de aquellas rarezas que por irritante que pueda resultar, al menos perdura en la memoria más que el enésimo contagio comercial fotocopiado. Por otra parte, tiene mucho misterio pero en verdad tampoco demasiado que aportar, así que ajústense expectativas, téngase a mano una lata de Monster, y trátese de conservar las intenciones (excelentes) por delante de su resultado (cuestionable). O fúmese un porro antes del visionado, que también valdrá.
Trailer de She Dies Tomorrow
Reseña de She Dies Tomorrow
She Dies Tomorrow en una frase
Ida de olla de aquellas que enamoran e irritan a partes iguales, con una idea de lo más estimulante a la que, sin embargo, no acaba de exprimírsele todo el jugo.