Crítica de Shock
Dora (Daria Nicolodi, mujer de Dario Argento) su segundo marido Bruno (John Steiner) y Marco (David Colin Jr.), hijo del primer matrimonio de ella, se trasladan a la casa en que vivieron años atrás, hasta abandonarla debido al supuesto suicidio de Carlo, el anterior marido. En seguida se producirán hechos de lo más desconcertantes, que pondrán en duda el estado mental de Dora.
Atmósfera enrarecida, situaciones agobiantes, y escenas impactantes protagonizadas por Marco, que abandona su personalidad infantil convirtiéndose en alguien completamente diferente, celoso enamorado de su madre (provocando así un par de escenas de alta carga incestuosa) se suceden durante los primeros minutos con elegancia y profesionalidad tras las cámaras, prometiendo una gran cinta de terror a la altura de los grandes ejemplos italianos del género.
Pero como bien es sabido, no puedes basar una película únicamente en la creación de atmósferas (bastante claro quedó en «La Celda», «La Guarida», o en menor medida en «Session 9»), pues corres el riesgo de concebir un film aburrido y que no interese a nadie.
En «Schock» (en italiano, con «c»), la mecha se acaba muy pronto, y la película comienza su montaña rusa de plagios, pues bebe descaradamente de films como «Repulsión» (Polanski, 1965), o «El Exorcista» (Friedkin, 1973). El interés no vuelve a incentivarse hasta el último cuarto de hora, en un final que deja con una curiosa sensación a caballo entre la risa y la preocupación.
Risa porque está resuelto de manera engorrosa y confusa, demostrando que el fuerte de Lamberto Bava no es precisamente la escritura de guiones. Parece que lo haya compuesto a trompicones, sin saber muy bien qué querer contar.
Y sin embargo, preocupa (y mucho) el hecho de que este final haya sido utilizado en los últimos siete años en por lo menos dos ocasiones, que yo recuerde (y eso que tengo otra en la punta de la lengua, pero no recuerdo el título). [Aviso: si realmente queréis ver esta película, mejor no leáis los títulos que siguen, puesto que el final es idéntico]. Me estoy refiriendo a «El Último Escalón» (de David Koepp, 1999) y «Phone», una cinta surcoreana estrenada directamente en vídeo en España, de Byeong-ki Ahn. Digo que es preocupante porque en su momento, la primera me gustó mucho, y la encontré bastante original (recordemos que se concibió ANTES de «El Sexto Sentido»). Ahora, descubro que está claramente inspirada en «Shock», lo que me hace pensar en que la problemática de la falta de ideas hollywoodiense ya viene de lejos… En fin, supongo que serán imaginaciones mías, como cuando digo que «La Momia» es un descarado plagio de «Hellraiser»…
Retomando el discurso, considero que «Shock» es una película de notable factura técnica, elegantes planos y correctas actuaciones, pero aconsejable únicamente si eres un fan del terror italiano, estás haciendo un trabajo sobre Bava, o te gustan las películas en que el tedio y la previsibilidad son los protagonistas principales.