Crítica de Si fuera fácil (This Is 40)
Dentro de todo, Judd Apatow siempre pareció ser un niño gamberro de buena familia. Una de esas criaturas que vive al amparo de un hogar cálido y que, no obstante, a veces siente la necesidad de salir un rato a agujerearse los pantalones contra el adoquinado. Y me refiero al terreno de lo profesional, por supuesto: quitando Freaks and Geeks -aun hoy su mejor obra- bajo su ala ha amparado infinidad de productos de calidad e intensidad variable, la mayoría de ellos, por lo menos en la última década, escorados hacia una comedia gamberra de raigambre muy generacional, especialmente basada en el humor físico, en el desafío a los límites de la corrección política y en la capacidad actoral de un puñado de intérpretes muy dados a la caricatura. Lo que ha venido a llamarse «Nueva Comedia Americana». Sin embargo, cuando le ha tocado ponerse serio y firmar sus propias películas, Apatow ha recuperado su compostura y se ha visto obligado a salir en la foto de familia bien quietecito y perfectamente peinado. Un poco con Virgen a los 40, algo más con Lío embarazoso y especialmente desde que en 2009 decidiera dar su salto de madurez y rubricara una imperfecta Hazme reír, tan descompensada como finalmente reivindicable: a pesar de que su propuesta terminaba flaqueando de la mitad del metraje en adelante, su primera parte era sencillamente magistral.
Una senda -la de la seriedad- que parece haber decidido proseguir en esta Si fuera fácil, suerte de secuela oficiosa de su Lío embarazoso. Nuevo paso adelante en su formación autoral que más que una continuación al uso resulta una especie de extensión lógica de su universo, en un momento en el que, superados los vaivenes emocionales de la treintena, el propio realizador podría estar viviendo (o haberlo hecho recientemente) esa misma crisis de los 40 que les planta en todo el rostro a su pareja protagonista. Unos Paul Rudd, Leslie Mann e hijas que parecen sosias de su propia familia (es más, Mann es la esposa en la vida real de Apatow, y las niñas, hijas del matrimonio) y que sitúan el relato en las coordenadas de lo -presumiblemente- autobiográfico. De modo que sí, aunque el realizador no renuncia a su permanente humor marca de la casa, esto va muy, muy en serio.
Tanto como que lo primero que sorprende de Si fuera fácil es su capacidad para ahondar en los temas que plantea y su voluntad aglutinadora: es tanto lo que quiere abarcar la película que algunos de sus temas vertebrales sólo quedan aparentemente insinuados, suavemente abosquejados. Lo que no es necesariamente negativo: la sutileza con la que se nos plantea el corpus temático de la película permite estirar la madeja desde cualquiera de los hilos que cuelgan de ella. Y claro, al final uno encuentra posibilidades dramáticas hasta en el menor de los personajes, en la situación más aparentemente anodina, y la cosa termina con peligro de ahogarse en sus propias ambiciones.
Pero es sólo una posibilidad que finalmente no salta por los aires. Por aquí se plantean cuestiones tan tradicionalmente asociadas a la crisis de la mediana edad como la rutina del matrimonio, el miedo a envejecer y el reto mental y físico de la paternidad, principales pilares temáticos de la película. Pero también la nostalgia, la resistencia al abandono del peterpanismo, la reivindicación de los valores culturales más genuinos, la pervivencia de los ideales laborales, el salto generacional o la incomunicación padres/hijos; todo ello en el marco de la actual crisis financiera. Casi nada.
Pero como decimos, sus propuestas no terminan haciéndose excesivas. Principalmente porque Apatow logra conjugar todo ello en un bisagrado de comedia y drama conducido con sensibilidad y desde la más absoluta sinceridad (de nuevo, todo huele a been there, done that). Y demostrando que es uno de los más privilegiados dialoguistas de la comedia americana actual, soslaya el excesivo almibarado potencial de algunas escenas a golpe de naturalismo. Un naturalismo que confiere a la película su tono de estampa cuasidocumental apartada de la narrativa clásica: sí, a pesar de que le pesan las dos horas largas y de que en algún pasaje acusa un soplo rítmico que amenaza con pérdida de la tensión dramática, es esta una de esas películas construida más a base de retazos que entorno a una progresión climática. Que también la hay, ojo.
Pero en su condición de revisitación postmoderna (y salvando muchas distancias) de Secretos de un matrimonio, Si fuera fácil quiere perder de vista la sensación temporal para convertirse en una radiografía extensa de la vida conyugal, más humanista y costumbrista que emocionalmente pirotécnica. Y al final logra situarse al lado de un cierto cine le hechuras más o menos clásicas centrado en la institución familiar producido allá por los años 80. No cuesta ver esta película como una especie de reformulación/homenaje, no tanto en temática como en espíritu, a Gente corriente, a Kramer contra Kramer, a La fuerza del cariño.
De todos modos, el tono predominante, por lo menos en su epidermis, es el de una comedia generacional y referencial. Y en virtud de ello, Si fuera fácil tiene la capacidad de convertirse en muchos momentos en un lujoso desfile de rostros conocidos, todo familia putativa Apatow (Jason Segel, Chris O’Dowd, Melissa McCarthy, Lena Dunham), para un carrusel de situaciones francamente divertidas. Divertidas e irreverentes, malcaradas, groseras (con moderación), ingeniosas e interpretativamente impecables, cimentadas sobre los cuatro hombros del parejón Paul Rudd / Leslie Mann, auténtica alma de la película, imbatible combo que transmiten el candor, el respeto y la electricidad dramática -según convenga- capaz de sustentar todo esto.
Pero al final, y en una pura cualidad bicéfala, Si fuera fácil está teñida por tonalidades emotivamente intensas. Se trata de una película muchísimo más profunda de lo que podríamos llevarnos a pensar. Una historia terriblemente melancólica, a ratos casi derrotada, hiriente, hasta serena a pesar de sus formas algo crispadas; que bascula entre el patetismo y la dignidad, entre la pelea y el abandono. Que bucea en la nostalgia con la desazón de quien añora ese tiempo perdido y aún quiere luchar por él, sumergiéndose con la esperanza de volver a sacar a flote sus memorias de juventud. Una película que nos recuerda que la confianza da asco, pero que la complicidad puede llegar a ser más intensa y reconfortante que todo el resto de cosas.
Una obra, en fin, madura y rigurosa en su puesta en escena que vuelve a demostrar que por encima de un payaso, un oportunista, un burgués con complicaciones de urbanita semipijo o un empresario con olfato; por encima de un niño gamberro de buena familia, Judd Apatow es un cineasta con voz propia. Una voz que sabe articular con vigor discursos de admirable claridad expositiva y reflejar un rotundo dominio de las herramientas narrativas. Siempre fue así, pero hay veces en que se le nota más. Esta es una de esas.
8/10
Y en el Blu-Ray…
Hete aquí una de las mejores ediciones en Blu-Ray que un servidor recuerda. Al menos, cuando de un solo disco se trata. Ya no es sólo que se vea a la perfección (1080p echando humo) y se escuche de vicio tanto en la versión original (que presenta un Master DTS-HD 5.1 envidiable) como doblada (Dolby Digital 5.1), resultando especialmente encomiables los pasajes en los que acaparan el interés diversos conciertos. Es que el material añadido que incluyen los extras del disco es casi inabarcable. Atención:
- Documentales: Un play a todo que va que ni pintado, permite ver de una tirada el completísimo Cómo se hizo que conforman las diversas cápsulas de esta sección. Judd Apatow, guste o no, es un autor con las ideas bien claras, por lo que siempre es interesante asistir a sus procesos creativos.
- Música: Lo acabamos de decir: la música tiene un papel muy importante en la película, y este capítulo de material añadido se dedica a hacerle justicia. Los conciertos a los que asisten antes o después Paul Rudd y compañía, obviamente, se han visto recortados en la sala de montaje, pero aquí se ofrecen las versiones alargadas de los mismos. Y ojo, que como quien no quiere la cosa, uno de ellos es de Ryan Adams. Poco menos que imprescindible…
- Escenas inéditas: Un buen surtido de escenas eliminadas en la sala de montaje que, vale, no aportaban demasiado al desarrollo argumental, pero garantizan varios minutos de (más) diversión.
- Escenas ampliadas y alternativas: Otro paquetito de material eliminado, en este caso unas diez que alargan, profundizan, o siimplemente abren la puerta de la improvisación al reparto. Lo de Judge Reinhold, de traca.
- Escenas cómicas: Dividido en dos partes, esta sección se destina exclusivamente a las tomas falsas que, claro, suponen un imprescindible habida cuenta de quiénes las protagonizan.
- Frases divertidas: También dividida en dos partes, esta sección se dedica a la improvisación de sus actores, y a la explotación de su vis cómica mediante la continuación o variación de gags
- Frases divertidas de Brooks: Y ya puestos a darle comba a la improvisación, por qué no hacerlo con material adicional de sus secundarios, como XXX Brooks…
- En bici con Barry: …O XXX Barry, a quien se le dedican poco menos de tres minutos alargando su participación en la secuencia en bicicleta.
- Triumph, the insult comic dog: Bueno… eh… Esto va de un perro marioneta loco entrevistando a los actores durante el rodaje de la película. Awkward. ¡Y dura 8 minutos!
- Niños sueltos: Vuelta a las tomas falsas y a la improvisación, esta vez con 12 minutos dedicados a las niñas de la película, hija de Judd Apatow en la vida real
- Anuncio de cuerpos Jason: Otro de esos extras que descolocan. En este caso, se trata del spot de la empresa de gimnasia que monta Jason Segel en la cinta… lo de este tío es de traca.
- La edición se completa con los audiocomentarios (subtitulados) del director de la película, Judd Apatow.
+10000. Lo está tanto que ya ni me entran ganas de tener pensamientos impuros con ella. Todo son cogidas de la mano, pétalos de rosas blancas y demás.
Qué buena que está Leslie Mann, con 40, con 50 o con los que sean…
Bueno, queda defnitivamente establecido nuestro desacuerdo respecto a Judd Apatow. A mí, dejando de banda "Freaks and Geeks" (esta sí, de 10 x me) nunca me acaba de convencer.Y esta tampoco. De 6,5. Bien hecha, bien interpretada, bien escrita… pero sin punch, sobrevolando el drama como siempre pero sin meter bocado de verdad, que no digo que esté mal, pero a mi me deja tíbia. Un poquito de risa, un poquito de reflexión sobre el tema y punto pelota. Lo siento, no entro. Siempre me parece light. En esta hay chistes hasta cutres de facilones.
No, lo siento, yo no Apatow definitavemente. Y eso que es de mi generación y que sus conflictos son los míos, pero siempre me llega infantiloide, sin ofrecerme nada nuevo ni atraparme de verdad. De sábado sabadete y punto (x me of course).
De acuerdo en algún punto, SidGirl.
Especialmente en ese de que "sobrevuela el drama". Y es que juega a eso, a no concretar, a ofrecer, como suele decirse, "un fresco" (si lo clava más o menos no lo sé; no por lo menos hasta dentro de 10 años). Pero eso no tiene por qué ser malo. Es otra opción: rehuir de la estructura clásica. Creo que hasta él mismo lo ha explicado en alguna entrevista.
Pero en lo que no estoy tan de acuerdo es en lo de que no mete bocado y no tiene punch. En mi modo de ver con "This Is 40" el tipo logra articular el drama de una manera muy subrepticia, muy sutil, pero estar está. Y cuando aparece, arrasa. Hay momentos que no son explícitamente dramáticos, pero que logran transmitir una melancolía y una frustración devastadoras…
O por lo menos a mí me lo parece. Eso sentí yo.
Aunque eso va a gustos, ofcourse, y si no te va Apatow, no te va Apatow. Yo tampoco lo tengo endiosado ni nada. Pero muchos de sus productos me gustan y algunos, como este, me parecen excelsos.
Sí, ya te leí la crítica y entendí que para ti el sobrevolar el drama era buscado (y no lo dudo). En este caso tengo claro que nos separa la diferencia generacional: para ti "logra transmitir una melancolía y una frustración devastadoras" seguramente porque no lo has vivido y como escenario futurible y reflexión te resulta sugerente. Lo entiendo y puedo verlo en la peli. Pero para mí, que si que lo he vivido (o yo o gente a mi alrededor), lo que tendría que ser devastador se queda en light, es como si no quisiera ir hasta el hueso, que lo entiendo (así le queda más tragable para tuttiquanti) pero a mí me deja fuera: ni me parto con la parte cómica ni me rompo con la dramatica. Light. Pero te entiendo y entiendo tu crítica y valoración.