Crítica de Sin límites

Sin tener en consideración ejemplos concretos que inequívocamente lo certifican, dice el conocimiento popular que el ser humano sólo utiliza el 10% de su capacidad cerebral. Ni idea de hasta qué punto esto está apoyado por preceptos científicos pero qué más da, para qué vamos a engañarnos, el cine siempre se ha mostrado más interesado en la ficción que en la ciencia, en el mito más que en la realidad, que es más aburrida y vende menos. Y por muchos años, oigan. Nosotros tan ricamente entregándonos a los placeres de la fantasía.

«Sin límites» se hace eco de dicha afirmación y la conjuga para convertirla en su atractiva premisa: qué ocurriría si lográramos utilizar toda, o una mayor parte de, nuestra capacidad cerebral. Pinta bien, pinta a high concept. Pero un high concept al que le ocurre lo que a todos los high concepts: que debe demostrar que todo lo que arrastra merece tanto la pena como se prometía desde un principio. Y que adolece de lo habitual confirmando la sospecha de que no, el resto no está a la altura.

Y es que no digáis que la cosa no parecía tener todas las de ganar de entrada. Un escritor en crisis creativa y personal decide probar una droga experimental que lo convierte en un ser ultra-receptivo y con una inteligencia emocional y análisis de la realidad supremos. Pero, claro, la psique humana se mueve por terrenos oscuros, y nunca se sabe hacia dónde pueden llevarlo a uno semejantes experimentos con el yo. Y al meteórico ascenso que lo convierte casi en un Nobel literario, en un tipo anhelado por mujeres, un JASP deseado por supertiburones financieros, un matemático eminente, un triunfador de anuncio de eau de toilette, le seguirá la consiguiente caída a lo don’t do drugs que le sumirá en un estado de cochambrosismo físico, mono tóxico y trip mental muy, muy peligroso.
Justo en este punto es donde la película emprende un camino a la decepción. Mal acostumbrados por los alambicados juegos narrativos autorales de multiplicidad de planos y experimentaciones formales, uno echa de menos que «Sin límites» sea todo lo endiablada, lo perversa que debería ser. Al contrario, en el fondo no es más que un thriller pasado de rosca bien vestido, y decorado con unos cuantos añadidos formales atractivos a la vista, pero poco nutritivos al cerebro.
Y sí, efectivamente la vista goza con ese par de zooms imposibles (estéticamente golosos), con el uso y abuso del objetivo de ojo de pez, con la abundancia de planos aberrantes, con el desdoblamiento de personajes, con el cambio cromático (hallazgo; cuando a uno se le abre la mente la realidad se satura de colores). Pero ¿no hicieron todo eso ya, con más agallas y arrojo, Danny Boyle o Darren Aronofsky? Además, el director Neil Burger no es precisamente un Tarkovsky, y no logra evitar que en ocasiones tropiece la retina con momentos visualmente grasientos, de disco kitsch setentera, algo como el equivalente cinematográfico de los Village People.
Ay, habrá que cogerse a «Sin límites» por otro saliente. Y visto que la plantilla de personajes tampoco tiene excesiva enjundia, reducidos todos ellos casi a la caricatura mema (paradigma, el matón ruso) e interpretados con simple corrección contractual (Cooper, DeNiro y Cornish, sólo «resultan»), al final a uno sólo le queda repantigarse en la butaca y apagar el cerebro. Lo que en realidad es tristemente paradójico, claro. Que una película que habla de la posibilidad de expandir la capacidad mental demande del espectador una reducción significativa de actividad neuronal sólo puede ser calificado de ironía de la palomita.
Pero he aquí la sorpresa. En cuanto se ponen en marcha las vacaciones sinápticas entonces uno empieza a disfrutar «Sin límites». Bastante, me atrevo a decir. Se asume que esto es una especie de Hitchcock de baratija y, salvando algunos bajones de intensidad y desnortamiento general, se convierte todo en un descarado thriller retro entre la comedia involuntaria y el actioner absurdo. Entretenido y casi, casi adictivo. Pasado de vueltas y con una única demanda hacia el espectador: que se deje llevar en esta aventura del pobre tipo arrastrado por las circunstancias y que lo haga con su sentido de la verosimilitud en posición barbecho.
A cambio, la promesa de que el viaje no va a llegar a ningún puerto demasiado seguro, pero que el camino va a disfrutarse en plan escalada climática. Es más, los últimos minutos son bochornosamente divertidos, dignos de una burbujeante serie B disfrazada de producto de primera línea.
¿Que no es un gran balance para una película de semejantes credenciales? No, por supuesto que no. Los caminos de la mente son inescrutables y desde luego, «Sin límites» no los desentraña, ni excesivo interés muestra en ello; y hasta que no se comprende eso el sentimiento de decepción está ahí presente. Pero oigan, no me salgan ahora con peticiones extrañas, que para eso ya está Christopher Nolan. Si hemos venido a pasarlo bien, yo me lo he pasado mejor.

6/10

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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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Comentarios

  1. Hola otra vez. Voy a tratar de hacer un comentario pertinente e inteligente, utilizando para ello tods mis neuronas, si es necesario ( no sé si pilláis la sutil ironía, dado el argumento de esta película, je,je…), para que así nadie pueda acusarme de inconsciente y frivolón. La cuestión es que yo he oído, quizá a alguno de los insignes entrevistados por el señor Punset, que eso de que sólo utilizamos una pequeña parte de nuestra capacidad intelectual no es cierto, es sólo un mito popular… lo que desmontaría la premisa inicial de esta peli. ¿Sabéis vosotros si es así, amigos caseros? ¿Podríais preguntarle a algún experto en el uso de las neuronas?… no sé, quizás a algún psiquiatra que sea seguidor vuestro.
    Yo, por mi parte, os prometo que haré acto de contricción y propósito de enmienda. Amén

  2. Sí, por eso empezaba yo la crítica de esa manera…
    Tío, a mí me huele TOTALMENTE a leyenda urbana. Pero sí, va a haber que escuchar a los profesionales…

    ¿Doctor?

  3. Perdón, mr. Bluto, tiene usted razón. Mis disculpas. Es que yo ya no leo las críticas y paso directamente a los comentarios chispeantes, como hacen algunos profesionales de la psiquiatría.

  4. Nah, tranqui. La verdad es que a veces con algunos personajes que zanganean por aquí sí casi valen más la pena los comentarios que nuestras críticas. El día que publiquemos el recopilatorio de comentarios, bestseller directo

  5. Hola Bluto!!! Alguien pedía el asesoramiento de un experto en el uso de las neuronas??? Porque yo no lo soy!!! :P jajaja A decir verdad, hasta hace un par de años estudiaba medicina y por motivos que no analizaremos ahora tuve que dejar. Sin embargo, tengo una cierta base con la que, o al menos intentar, responder al interrogante.
    Como bien dedujeron, es un graaaan mito hurbano, el que seguramente fue iniciado por alguien que si utilizaba el 10% de su cerebro jaja La cosa es que todos los seres humanos utilizamos el 100% de nuestro cerebro, algo que queda demostrado por muchas razones. El ejemplo mas claro de todos es un procedimiento médico llamado imagen por resonancia magnética funcional, donde se puede ver por computadora al cerebro entero iluminado como arbol de navidad a medida que se lo va estimulando de distintas maneras para comprobar si tal o cual region cerebral funciona correctamente, con lo cual se comprueba que absolutamente todas las regiones del cerebro son funcionales. Es mas, seguro han oido hablar de los derrames cerebrales, que se pueden producir en cualquiera de sus partes, donde aunque sea una mínima lesión en alguna de las venas que llegan al cerebro pueden acarrear infinidad de consecuencias, tanto a nivel físico como cognitivo, con lo cual si en verdad utilizaramos el 10% del cerebro la mayoría de los derrames no deberían tener ninguna secuela, verdad?
    Lo que sí, es verdad que, si bien el cerebro se emplea en su totalidad, el desarrollo de algunas de sus regiones puede ser un tanto desigual entre si. Con esto me refiero, claro, al hecho de que ni todo el mundo es musico, ni todos son pintores, ni escritores… Hay personas que pueden llegar a desarrollar ciertas aptitudes de forma mucho mas efectivas que otras. Pero, lo que no debe dudarse, es que se utiliza el 100 % del cerebro, sea guitarrista, bailarin o filosofo ;)

  6. Sencillamente impresionante, Paolo ;)

    Pues ale, ya tenemos la explicación oficial a todo este tema y de paso tenemos también al científico en nómina de La Casa.

    Gracias por la estupenda aclaración!!

    Un saludo :D

  7. Gracias, Bluto!!! Pero… EY!!! Que toque, que mi comentario anterior se publicó con mi nombre real en lugar de mi Nikname??? :P jajaja La verdad no me consideraría un cientifico, sino mas bien una miscelanea viviente!!! ;)

  8. Muy buena explicación P.A.B.S . Agrego que lo del mito tiene su "fundamento"…no es que sólo usemos el 10% del cerebro, es que la mayoría de él no sabemos cómo funciona…Aunque no sabría decir de qué porcentaje se trata…

  9. Me gustó la escenografía, efectos y guión en general. Sin embargo, bajo el mismo concepto que plantea, hay algunos errores imperdonables. ¿Resulta que este superhombre inteligente tiene tanto sexo casual con chicas que ni conoce y no está informado u omite el hecho de la centena de enfermedades de transmisión sexual que sí se contagian a pesar del uso de preservativo? ¿El mafioso eslavo bajo el efecto de la dosis mágica de inteligencia es vencido por el protagonista moribundo prácticamente sin efecto de la droga? ¿qué pasó con la percepción agudizada de los sentidos del eslavo? Seguramente él estaría más acostumbrado a las peleas siendo matón, que nuestro amigo viendo películas de Bruce Lee! Además, si se había inyectado la droga, su sangre sólo tendría una concentración minúscula de ella que no haría un efecto real. La historia refleja el pecado original "si comes del fruto prohibido seréis dioses" dice el Génesis. El concepto del Übermensch o el Ultrahombre de Nietzsche, totalmente "evolucionado". El eterno deseo del hombre de ser Dios. Antivalores desde mi cosmovisión cristiana de la vida: el hombre sigue siendo hombre y su pecado persiste. Dios es el Creador. El hombre es la creación. Otra debilidad en el enfoque: ¡protagonistas y otros personajes totalmente carente de emociones o al menos incapaces de expresarlas en situaciónes límites! La novia, tremendísima cornuda y utilizada por su novio, pero la pareja feliz al fin. Ella sólo lo valora por su éxito, dinero y fama. ¿Como escritor en crisis no tiene acaso ningún valor como persona? Se resalta como positivos la soberbia y la ambición de poder, el amor al dinero y al prestigio. Justamente aquello que la epístola de Juan condena: No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo, porque éstas no provienen de Dios: los deseos de los ojos, los deseos del cuerpo y la vanagloria de la vida.

  10. uy uy uy, a ver, no recuerdo ya nada de esta película así que tampoco opino… pero… tan sesuda era como para sacarse este tipo de discursos? Es decir, que no creo que Sin Límites fuera pensada para dar algún mensaje especialmente moralizante, ni desmoralizante, ni todo lo contrario… no? Si mi compañero la recuerda mejor, a ver qué te dice él, pero vamos, creo que hacemos una bola de nieve si pensamos en ella en relación a los consejos de la Biblia, nada menos (y otra cosa será lo que estemos de acuerdo o desacuerdo en relación a ellos, pero ahí ya sí que no entro, que es domingo :P)
    Saludos, y gracias por pasar en todo caso!

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