Crítica de Slow West

Slow West

Bien por John Maclean. Quien formara parte de una de las bandas más potentes e injustamente olvidadas del pop escocés de principios de siglo -The Beta Band, forever missed– ha decidido reciclarse… y lograrlo un poco por la vía difícil. Porque hay que tenerlos muy bien puestos para debutar en el largometraje y hacerlo con una película de género que recuerda a muchas cosas, pero no a las que a priori podríamos tener todos en mente. Slow West es -cuidado, recuerdo que el tipo es principiante- un western a cámara lenta, íntimo, ronco y cejijunto, que huye del monumentalismo y las grandes historias de la vertiente más clásica del género y que apuesta por un acercamiento directo a los personajes más que a sus acciones. O a las acciones como puro método de caracterización de los mismos. La de Maclean es, como lo son las mejores, una historia de viaje emocional, no sólo de desplazamiento físico. La de dos hombres, Kodi Smit-McPhee y Michael Fassbender, que establecen una extraña alianza y emprenden la marcha hacia la maduración de uno y la redención del otro. Un viaje marcado por una orografía visual y sonora -maravillosa música de tintes folk- que, de nuevo, pretende describir -emociones, estados de ánimo, personajes- más que ejercer de mero escenario mítico, marco de los códigos más recurrentes del género.

Y aunque de todo ello hay (forasteros errabundos, indios, tiroteos) los elementos están dispuestos de otra manera. Más cerca de una especie de desencanto característico del western crepuscular que certificaba para siempre el Eastwood de Sin Perdón, pero que había estado de alguna manera presente a través de algunos ejemplos profundamente psicologistas de los años 50 y 60 (de Ray, de Wellman, de Mann). Es esa veta de la que tira Maclean, que parece sentirse más a gusto compartiendo ideas con los mencionados -también con Budd Boetticher- que con John Ford o Howard Hawks (a pesar del clímax, muy emparentado con el de Rio Bravo). Una filosofía del género que nos retrotrae al existencialismo del Monte Hellman de mediados y finales de los 60; a la sequedad masculina de Sam Peckinpah y que hoy podría encontrar poco parangón. Acaso con la Kelly Reichardt de (la enorme, magistral) Meek’s Cutoff. Con aquella Slow West comparte desencanto emocional, desmitificación, drama humano de altos vuelos -y parquedad verbal- y un aire indie que le permite jugar en una liga propia sin necesariamente inventar nada nuevo. Como en aquella, Maclean nos habla de una América suspendida en la barbarie y que, pese a vivir en una suerte de pre-civilización deberá presenciar tiempos peores aún. Un destino que aparece indefectiblemente tintado de sangre.

Slow West

Pero no es esta una película de una violencia explícita. Al contrario, a menudo se recrea en unos escenarios que sin apelar a la grandiosidad o al monumentalismo resultan de una belleza cortante. El director demuestra pulso y no se deja ahogar por su propio esteticismo, por la atmósfera que construye. Slow West es una película pequeña pero muy segura de si misma, por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Una narración sólida que apuntala algunos temas universales (destino, amistad, familia, amor condenado) con sencillez y honradez y planta la semilla de lo que podrá ser. Maclean debe pensarse muy bien su siguiente paso, pero antes de ello puede respirar un momento y congratularse por haber sabido dejar atrás un pasado para dar pie a un nuevo futuro: felicidades, reinvención personal bien entendida para una película de nota.

7’5/10

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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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Comentarios

  1. A mi me estaba gustando un montón (por todo lo que has descrito en la crítica + Fasbie), pero en la última media hora me bajó un poco el interés, o más que el interés, el enganche a la peli, a la parte más sensorial (muy bien descrita en la crítica, también el rollo "Sin perdón") y me quedé sólo en la narrativa, la historieta. Me salí, tal vez era cosa mía y no de la peli, que ya puede ser. Pero justo antes de iniciar el desenlace hubo un cambio de tono, al menos para mí.

    ALERTA SPOILER?? Y el final… ññññ, no me acabó de colar como redención del personaje de Fasbie, no me gustó, lo encontré… ¿simplón?

    Para mi un 7

    I Caps, has vist? ja sé inclús eliminar-me XDD
    Got it, ueeeee

  2. Jajajaja, viscaaaa! No et llegeixo més (ni a tu ni al Xavi) pq encara no he vist la peli… Espero fer-ho en breu!

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