Crítica de Smash Cut

Cuando se acerca algún examen, uno suele imponerse las siguientes obligaciones: no acostarse demasiado tarde, no hacer el burro, y si se quiere ver una película, que no requiera demasiado esfuerzo para el cerebro. En mi caso, eso se traduce en cinta cafre de terror mal hecha, peor interpretada, todo lo estúpida que se pueda y estrenada directamente en DVD. Y en esta ocasión en concreto, he elegido una que además cuenta con la presencia de Sasha Grey, estrella valoradísima en el mundo del porno que lo está intentando fuera de él… sin el mismo resultado.

Así como más de una vez nos quejamos de las injusticias que llevan a ciertas películas a ser estrenadas directamente en DVD, recibiendo nulo interés publicitario y siendo relegadas al fondo de las estanterías de Fnacs y similares, de Smash Cut eso es lo último que puede decirse, pues suerte ha tenido de ver la luz.

Escrita y dirigida por el mismo equipo de la mítica Jesucristo Cazavampiros (sic), la película arranca con nada menos que Herschell Gordon Lewis advirtiendo al público de lo que está a punto de ver. A los treinta segundos de metraje ya tenemos, pues, las bazas con que se jugará la partida: homenaje a la serie Z, caspa (la introducción está rodada en plan Grindhouse) e invitados de lujo.

Y efectivamente, así lo confirman los títulos de crédito inmediatamente posteriores. A ritmo de música en plan Robert Rodriguez e imágenes a lo Frank Miller, se nos anuncia la presencia de nada más y nada menos que David Hess, Michael Berryman y la ardiente Sasha Grey, todo con la promesa de mucha sangre y mucho cachondeo.

Ciertamente, la cosa pinta bien. Aunque presentada de manera pobre vía cámaras digitales, montajes torpes y encuadres vulgares -modus operandi de esta clase de películas, y curiosamente objeto de más de una burla por parte de la propia Smash Cut-, todo arranca con una premisa de lo más interesante y esperanzadora; el director (Hess) de Terror Toy ve cómo se desatan tremendas críticas sobre su trabajo, acusado de ser excesivamente irreal y notarse mucho los (d)efectos especiales, por lo que decide irse a su strip-club favorito -del que contrata a las actrices para sus obras- a relajarse.
Más tarde, mientras acompaña a una de las bailarinas a su casa, sufre un accidente provocando la muerte de ésta, a lo que el director decide emplear el cadáver como atrezzo para su próxima película: Terror Toy 2.

Desde luego, que se vea el ketchup a la legua es algo de lo que más o menos nos quejamos todos los devoradores de gore, y la idea de llevar tales críticas a su extremo supone un plato de muy buen gusto que enseguida se hace con el beneplácito del espectador.

Otra cosa es que, luego, la propia Smash Cut tenga una calidad técnica tan nula como un Troma horas bajas, empleando obvios monigotes a los que decapitar y/o mutilar, cochambrosos efectos de CGI, etcétera. Nunca llueve a gusto de todos, pero las limitaciones de este calibre (enorme calibre: se aprecia tranquilamente como los actores siguen respirando en el plano una vez muertos) son obvias en semejantes producciones suelen y deben ser asumidas desde antes incluso de su visionado.

El verdadero problema de la película de Lee Demarbre reside en que por mucho que intente evitarlo mediante una duración ridícula, la aparición de tan entrañables y míticos actores, la búsqueda de un humor negro y cínico o la relativamente generosa presencia de asesinatos, buena parte de su metraje se convierte en un auténtico peñazo.

Debido a que desde el comienzo se sabe quién es el asesino, de nada sirve la investigación policial a cargo de un irritante Jesse Buck (que es actor porque lo dice Imdb), y en cambio se le da la suficiente relevancia como para convertirse en protagonista de buena parte del tercio central, que no serán más de 30 minutos, pero siguen siendo demasiados.

Al menos, esa es la excusa para que Sasha Grey entre en escena, colándose como actriz de Terror Toy 2 para en realidad intentar delatar a su director.

La inoperancia del personaje de ésta es total (salvo en las escenas finales) y sus apariciones se limitan bien a gritar como una condenada mientras se la recubre de sangre, bien a poner esa cara que… esos ojitos que… que impiden totalmente saber si está actuando bien, mal, si está hablando, o no. Da igual, se trata de Sasha, diva del porno, y su sola presencia, por más vestida que esté y que su única escena hot sea un beso a la cabeza cercenada de su hermana, resulta satisfactoria para el público a quien se dirige.

El estupor que todo esto genera es lo que lleva al espectador a continuar con el visionado de Smash Cut, casi por inercia, alelado por la Grey pero también algo aburrido a la espera de que realmente se tiña de rojo la pantalla de una vez. Y ciertamente, la locura del personaje principal va progresando especialmente en la segunda mitad de la película, por lo que todo parece indicar que así será. Efectivamente, si se tiene paciencia, desde los momentos inmediatamente anteriores al clímax definitivo hasta la aparición de los títulos de crédito hay recompensa. Las muertes empiezan a sucederse con mayor velocidad y esfuerzo, haciéndose más explícitas, casposas y entrañables (chorros de sangre saliendo disparados de muñones, ojos extirpados con cutter…), y sus últimas secuencias se salen totalmente de madre mientras el concepto de película maldita adopta cotas lujuriosamente malévolas.

Resumiendo pues, nos encontramos ante una película de apenas hora y veinte si se suman los títulos de crédito (que incluyen tomas falsas), con un total de 40 minutos entretenidos y otros tantos más bien tostonazos. La presencia de los actores de La última casa a la izquierda y Las colinas tienen ojos así como del director de Blood Feast por un lado, y de Sasha Grey por el otro, esconden un poco las vergüenzas de una película que busca demasiados objetivos naufragando total o parcialmente en todos ellos. Sin embargo, aquí y allá despuntan gags graciosos y muertes gloriosas, que junto a sus altas cotas de entrañabilidad (ojo a la peluca y dificultades vocales de Berryman) hacen de Smash Cut una película tan olvidable como prescindible y más bien aburrida pero cumplidora, a fin de cuentas, con lo exigido. ¿O es que alguien le pide más?
4/10

En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Yo me pregunto. Este tipo de directores cobran bien o pasan hambre, porque con peliculas con tan pocas ventas no deben ver un chavo.

  2. Curiosamente, cuando yo no quiero darle mucho al coco, también recurro a las películas de terror. Pero como aún me quedan muchas míticas pelis de este género por ver, pues me pongo esas. Cuando acabe con ellas ya empezaré con la amada basurilla (aunque a veces alguna se cuela).

  3. Pons, no sé, yo creo que salir en imdb ya es suficiente recompensa!!

    Bea, yo es que he visto mucho de todo (en cuanto a terror se refiere)y de ahí que a veces me dé un caprichillo como éste. Aunque para qué engañarnos, no la habría visto de no ser por la actriz…

  4. Le tengo muchas ganas. Precisamente por la presencia de nombres como Hess, Herschell o Berryman (aunque tu entusiasta descripción de la actriz protagonista ha añadido un nuevo punto de interés a la película).
    Tampoco tenía demasiadas expectativas. Con reirme un rato y disfrutar de un gore inocente y colorista (al estilo Herschell) me conformaba. Veo que la cosa estará durilla… :-)

    saludos

  5. Está dura, créeme. Es tan flojita, que de no ser por la presencia de tan míticos actores y tan… tan… tan actriz como los que cuenta, no pasaría del 1,5 sobre 10!
    Y de ella, te aconsejo que busques alguna de sus lindezas por las redes, para hacerte una idea de hasta dónde puede llegar su… capacidad.
    Salud!

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