Crítica de Sombras tenebrosas (Dark Shadows)
A lo mejor todo es un gran plan de Tim Burton de cara a convertirse en artista total y extender el alcance de su discurso hacia su propia persona para, alehop, resultar en una especie de obra de arte andante, parlante y malrrollera. Y resulta que ha culminado su proceso intelectual y nosotros no nos damos ni cuenta. A lo mejor es lo que se proponía y el éxito ya es pleno. Porque a lo mejor pretendía terminar pareciendo una de sus propias criaturas y campar por el mundo cual un cadáver muerto y enterrado que gusta de abrirse la caja y catar la brisilla del camposanto de vez en cuando. Si es así, lo ha conseguido: el director, el que una vez conocimos y adoramos, lleva fiambre desde hace ya más de una década. Y desde entonces su carcasa vacía de espíritu parece pasearse por las carteleras con cierta asiduidad. Punto. Vended vuestros bolsos de Jack Skellington, post-chavalada emo.
Y ya. Despojado el autor de todo atisbo de sobremitificación residuo de sus años noventa, reposicionado ahora en el hueco de directores que salvan papeletas comerciales con cierta dignidad -y ya está- podemos decirlo: Sombras tenebrosas no está tan mal. O lo está (sí, lo está), pero tampoco le falta algún que otro punto de interés. Así que no, no va a cambiar el estatus del director (ahora mismo, una especie de gárgola neogótica que vomita unicornios y corazones), pero puede hacer pasar un rato gracioso cazando alguna que otra referencia, algún que otro momento divertido, alguna (sin otra) diana formal.
Pero no se quiera encontrar estos destellos en el plano literario, que esto es de un desaborido que quita las ganas. Toneladas de sosez y ramalazos de absuridad rodean la opción del señor Baurton: una suerte de ejercicio nostálgico (aka nueva pasadita por el túrmix hasta la licuefacción total y sin grumos de un producto no original) de recuperación de una serie de los sesenta algo camp pero sobrada de encanto. A nosotros, que ni las filias infantiles del realizador nos dicen nada ni el original pasó por nuestras vidas en modalidad Burton (esto es, cotizando un 8 y pico en la Escala de Richter del desarrollo sísmico del adolescente outsideril) esta cosa nos puede recorrer el tramo que va de un tímpano al siguiente sin encontrar resistencia. A saber: un vampiro vuelve de la tumba tras doscientos años de maldición y se reúne con sus descendientes. Pasan cosas. Fin.
O sea que habrá que sacar el oro del tono y el estilo. Y obviar otra de las principales taras de todo esto: la sangre que corría por las venas del Burton esteta, del director capaz de construir fantasías bizarras que sólo podían obedecer a la disposición extraña de su red neuronal, está quieta y apelmazada. No corre y no llega a ningún lado. Y si no hay sangre, no hay garra. Muchas de las imágenes que pueblan Sombras tenebrosas están no ya narcotizadas, sino directamente muertas. Tanto encuadre sin vida, tanta secuencia hecha con el piloto encendido, tanto momento de lánguido muermo.
Pero afortunadamente algunos arranques consiguen reflotar la historia y colocarla en una especie de plano homenajístico donde cabe una recuperación que se intuye considerablemente autobiográfica de unos setenta bien mojados en el ácido glam de T-Rex y Bowie. En este sentido, Burton juega con los iconos (y se esfuerza en parecer icónico: véase el descapotable, tan rojo como el tren del cuento de Anna Starobinets), los tópicos de la época (sí, suenan Nights in White Satin, Superfly y Barry White), hasta las estrellas invitadas (trasnochado Alice Cooper) y añade una especie de visión coyuntural inédita en su discurso. Sus temas universales siguen estando presentes (el cariño por los desplazados y la empatía hacia los niños solitarios), pero ahora resulta curioso verlos pasados por el filtro pastichista de la evocación setentera. A ratos, puro remozado kitsch y altamente popero.
Lo demás chapotea entre guiños al cine fantástico europeo (explícita referencia a La caída de la casa Usher) y al expresionismo alemán (con Nosferatu entre ceja y ceja), al horror clásico de Universal, al de la Hammer (ese cameo de Christopher Lee), a las ghost stories de toda la vida y a una cierta comedia terrorífica –muy pedestre y chascarrillera en este caso- que más allá de en la obvia similitud con la Familia Addams podríamos rastrear por los setenta y hasta finales de los ochenta-principios de los noventa (los pelotazos de Las brujas de Eastwick y La muerte os sienta tan bien). Pero además el realizador no pierde la oportunidad de otearse su propio ombligo colando como pop ups aquí y allá referencias a su propia obra: mucho Bitelchús (a nivel tanto tonal, como argumental, como casi iconográfico), algo de Eduardo Manostijeras e incluso un pequeño gesto linkable a Ed Wood: el de un Johnny Depp hechizando con sus manos como hacía su compañero de reparto en aquella, ese Martin Landau transpuesto en Bela Lugosi.
Un gesto de cariño muy justificado para uno de los grandes valores del director. Y es que si algo ha comprendido Tim Burton tras todos estos años es que su universo, lejos de una plena capacidad de autonomía, necesita estar habitado por intérpretes a la altura. Y aquí no falta la habitual presencia del fetiche Depp, menos histriónico pero más irritante que nunca; ni la musa Bonham-Carter con su habitual buen hacer a medio camino entre la clase british y lo esquizo. Más una Michelle Pfeiffer con fuerza simbólica y una Moretz que quiere encaminarse a ello. Pero si Sombras tenebrosas tiene nombre de mujer, ese es el de una fabulosa Eva Green que se revela fiera escénica y perfecta criatura esculpida al gusto de Burton.
Ella se lleva el metraje por delante, ella parece poner toda la carne en un rácano asador, ella termina siendo el alma de una película a la que, hasta que no se desata ese climax final de marcado sentido del terror gótico, cuesta encontrársele trazas de algo semejante. De una jugosa y palpitante alma.
4’5/10
Pues yo que tenia "Dark Shadows" (aqui no la han traducido el titulo) medio-descartada, ahora la tengo descartadisima! Y no solo por la nota, es que incluso las partes 'positivas' que comentan tampoco me motivan lo suficiente…
Que lastima con Burton,oye, con lo que me gustaron algunas de sus primeras peliculas… sera capazde volver hacer pelis asi alguna vez?
Una de las razones que tenia era Eva Green (siempre he pensado que su genética la unía a los ideales de Burton). Me parece una actriz muy solida, me encanto en Cracks…y me alegro que aqui sea la mas destacable.
El tono ahora que lo dices si que me recuerda muchísimo a películas tipo "La Muerte os sienta tan bien", algún plano de Eva en el trailer ya me recordaba.
En definitiva…Burton sin ganas. Pero aun así… quizás me anime.
Firmado, mi YO masoquista.
Ok la veré en pequeño y con pequeñ@s que no hayan visto Burton. Pero vale, me doy por vencida: Tim ya no te lo perdono todo.
Lo diré: estoy hasta los huevos, de Burton, del Deep de Burton, y de la mujer de Tim Burton.
se puede decir mas alto pero no mas claro!! jajaja
Hola Xavi,
Llevo leyéndote hace unos meses y cada vez te entiendo menos :( Que vaya por delante que disfruto mucho con T. Burton.
Ayer fui a ver la película y no solo no me defraudó sino que consiguió a lo grande el objetivo de toda película: divertirme durante 2 horas y perderme en un mundo de fantasía inocente, romántico y creativo. Todo un placer para un sábado por la tarde.
En fin, uno no siempre coincide en los gustos.
Gracias y saludos! Marisa-.
Hola Marisa.
Celebro que te haya gustado la película… Por supuesto discrepo con tus apreciaciones respecto a ella, pero ahí está la gracia de todo esto: opiniones, culos, todo eso…
Pero, claro, una cosa me ha dejado un poco intranquilo: lo de que cada vez me entiendes menos. Mi pregunta es ¿cada vez entiendes menos mis críticas, o mis opiniones? Porque si es lo segundo -que no coincidimos en gustos- no pasa nada, ya digo que es normal. Pero si es lo primero -que no me hago entender-, entonces tendré que empezar a preocuparme (glubs).
Saludos y grcias a ti :)