Crítica de Star Trek: En la oscuridad (Star Trek: Into Drakness)
Por lo menos para todos aquellos que alguna vez soñaron con ser caballeros jedi y que ahora se vean capaces de dejar de lado sus ya anticuados resquemores para acudir al cine a ver la nueva (y van doce) aventura trekkie, pocos dedos habrá que cruzar y a pocos dioses habrá que rezar para que la próxima gran saga galáctica en manos de JJ Abrams salga a pedir de boca. Visto lo visto, Abrams es una apuesta sobre seguro. Se siente cómodo haciendo cine del más honesto entretenimiento, porque comprende al público como el público le comprende a él. Es buen conocedor de la variopinta colección de espectadores que pueblan las salas, desde el más desentendido dominguero hasta el que ha crecido con los mitos de la gran pantalla, escenas del mundo audiovisual del que forma parte y al cual representa en su actual posición de hijo predilecto y alumno avanzado del mainstream cinematográfico. Y habiéndolo reflejado en su hasta la fecha corta filmografía, Star Trek: En la oscuridad es una especie de compendio perfecto de lo que han dado de sí los últimos ocho años del Abrams director de cine.
En muchos aspectos, se trata esta entrega tanto de algo ya visto como de algo nunca visto, en cualquier caso un bombazo audiovisual en toda regla de los de pagar un poco más para poder ver con sonido envolvente y pantalla a la que no se le alcanzan a ver los bordes (la experiencia en IMAX 3D quede más que recomendada; esto en casa perdería enteros). Un espectáculo que es a la par frenético y endiablado, pausado e introspectivo, grandilocuente y operístico. Impactante casi siempre. Y ya empieza a ser costumbre.
Para quien no lo recuerde, la primera entrega de la (nueva) serie, estrenada en 2009, proponía una tabla rasa a los conceptos de una saga que, en aquel entonces, contaba con diez películas (seis protagonizadas por el clan Shatner, dos conducidas por el grupo de Patrick Stewart y una película compartida por las dos familias), así como varias series de televisión de mayor o menor trascendencia que comprendían nada menos que más de cuarenta años en la historia catódica americana. Llegaba esta reinvención en forma de juego de realidades partidas y saltos temporales, hoy ya casi la quintaesencia de la escritura de la asociación Orci-Kurtzman, que permitía un reboot muy autoconsciente, por mirar directamente a los ojos de sus más inmediatos referentes (los mismísimos inicios de la tripulación del Enterprise) y por reformularlos para el disfrute del espectador despierto.
Hoy, en plena era post-televisiva para Orci y Kurtzman, y unidos ahora a un Damon Lindelof más en activo que nunca, proponen un retorno a ese juego que tan bien dominan para exprimir todavía más de sus frutos. Mientras tanto, su guión se mueve con avidez y dibuja una película que se mueve entre escenas de acción de primera categoría, momentos de comedia que casan con el tono a ratos ligero de la trama y aventura intergaláctica que nunca se ve a sí misma caer en la gravedad apática y ceñuda que han terminado caracterizando al blockbuster del siglo XXI. Marca así en su visión global una historia de corte muy clásico y regusto nostálgico que recuerda a las aventuras originales del grupo y que no deja de reencontrarse con todos aquellos elementos que hicieron grande a su hermana mayor ahora hace unos cuatro años.
Terrenos revisitados y no por ello menos fértiles y novedosos, aquí reformulados con astucia y con el ingenio que despierta sólo del verdadero amante del género. Por un lado, y sin renunciar a ofrecerse accesible hasta al espectador más desconectado del universo Star Trek, la historia ofrece sin ir más lejos alusiones claras a sus predecesoras, y una colección de referencias que van del guiño al más sentido homenaje. Entre las del último tipo, y de imprescindible mención, (SPOILER) Orci, Kurtzman, Lindelof y Abrams nos regalan un tramo final de película que es una directa reinterpretación, como salida directamente del corazón, de ciertos momentos clásicos que sobrecogerán a todo aquel que sea mínimo conocedor de la saga, y muy especialmente de la segunda película de la serie (FIN DEL SPOILER). Por otro lado, el tándem Kirk-Spock vuelve a funcionar de maravilla, se refuerza, se reafirma y se realza minuto a minuto hasta convierte en el centro del último acto de la cinta, sin duda el mejor de todos, y que significa para ellos el cierre de un círculo trazado desde buen inicio de la historia. Y como centro gravitatorio, un impresionante Benedict Cumberbatch que ofrece uno de los villanos más memorables de la historia reciente y del cual no diremos ni mu.
Por su parte, Abrams repara el prestigio que perdió ligeramente de vista en la un tanto decepcionante Super 8, quizás porque aquí, a diferencia de en aquélla película, no hay tanto de corazón como sí lo hay de cabeza, pulso y decisión. Su estilo tras la cámara se perfila más portentoso, retomando tanto el poderío visual que marcaba las señas de identidad de su primera aventura galáctica como la inquietud y el ritmo que marcaba los compases de su Misión Imposible III. Una mayor destreza que da empaque al producto final y que nos recuerda, de una vez por todas, que la antaño casi obligada mención a su vida televisiva (aunque siempre algo injustamente sobredimensionada en su vertiente creativa por la opinión pública) debería caer ya en desuso en favor de su muy merecida y renovada destreza en contar historias en la gran pantalla. Ahí quedan, como prueba irrefutable, esos puntos álgidos para el recuerdo: las secuencias callejeras en el San Francisco del siglo XXIII, la escena nocturna en el edificio de la Federación, la gran obertura inicial (cual epopeya romana), la lucha entre los dos titanes en órbita o simplemente los intercambios entre la tripulación y el personaje de Cumberbatch.
Así que a lo siguiente, y que nadie se angustie: la galaxia, la muy, muy lejana, ha recaído en manos de santo.
8/10
Estupendo, ya suponía que estaría bien pero contentísima post-leerte. Muchas ganas, tantas que hasta me he quedado con ganas del spoiler invisible ;))
Me encantó la primera de JJ y esta cuenta con extra-point Cumberbatch. ¡Llega mes de julio, llega!
Le tengo muchiiisimas ganas. ¿Me recomendais ir a verla en 3D?. Imax no, que las pelis en Imax ya sabeis que aqui en bcn no las pasan…
Jeh, parte del equipo estará el miércoles viendo… a ver qué se te dice!
Pues a ver que me dice…si me gasto 2/3 euros mas en verla o me los ahorro,jeje.
Pues no tenia ni idea de que en Espanya no la pasaban en IMAX, lo siento pero no estaba bien informado. En cualquier caso, en mi opinion el 3D casi siempre value la pena, y esta vez tambien :)
Pau
Hostias Pauet, se te está atrofiando el espánisch…
Por el comentario, digo, no por la crítica, que tu negro te la ha escrito muy, muy bien. Enorme crítica, me atrevo a decir, en realidad.
Dejar claro, por cierto y por si no se había entendido, que el señor autor vio la peli en Nueva York hace ya unos días.
El resto del equipo casero la ha visto hoy y nos hemos sentido tan entusiasmados como él. No es mejor que la primera, pero sigue siendo ENORME.
Amigos, blockbuster del momento. Ni perdérsela en junio en 2, 3 o todas las D's que se quieran
¿Sabes que piensa que te piensa, ahora mismo ya no sé cuál me parece mejor de las dos? En serio, estoy hecho un lío. (Ojalá todos los líos, con las sagas, fuesen así)
Me sumo a los halagos y alabanzas al negro (¿el mismo que te llamó ayer de madrugada amenazando con partirte las piernas, ¿verdad? A mí también me llamó…). Bueeeena crítica. Para cuándo la siguiente exclusiva, Pavlovich?
Ash, que te dejamos con la duda. Finalmente la vimos en 2D. Más que correcto, suficientemente impresionante. Había alguna escena que sí parecía pensada para el 3D, pero si eres como nosotros, con tendencia a renegar de ello… ahórrate la pasta que la versión en HD Digital es igual de buena :P
Pues en 2D iremos a verla. Eso que me ahorro,jeje.
¿Visteis Iron Man 3 en 2 o 3D?. Yo la vi en 2 y la disfruté bastante.
Yo en 2, creo que Xavi en 3. Yo es que soy feliz con un solo par de gafas, el mío de ver de lejos, vamos
Juer, pues yo ni me acuerdo, la verdad. Creo que sí fue en 3D, pero de ser así ya veis lo que me impactó.
Yo la verdad es que por regla general me gusta más lo tradicional que el 3D. Pero también es cierto que soy de ver las pelis como han sido concebidas. Si se ha rodado en 3D, pues prefiero verla en 3D. Si no, o si es un 3D forzado en postproducción, entonces sí, de calle 2D.
No ayudo una mierda, verdad?
Je, de nada