Crítica de Superlópez
Que Borja Cobeaga coescriba el guión (junto a Diego San José) y el director sea Javier Ruiz Caldera (Anacleto. Agente secreto), deberían ser motivos de sobra para confiar ciegamente en la adaptación a la gran pantalla de Superlópez. Y sin embargo, se tenían serias dudas sobre el proyecto. Quizá por la presencia de Dani Rovira como protagonista, que de entrada, mucho parecido con el héroe de los cómics no es que tenga. ¿A quién se le ocurriría semejante idea?
Bueno, duda resuelta: han cogido al de Ocho apellidos vascos como podían haber cogido a Javier Bardem, ya que no estamos ante una revisión fiel, sino ante una reinvención del personaje para que a) se ubique en los tiempos que corren, y b) se acerque a un universo más fácilmente reconocible por el espectador, que se espera que sea muy distinto que el que sí conoce la fuente de origen. Se ha hecho aquí, más bien, un las aventuras del joven Superlópez, que tiene más de forja del héroe que de cutrez castiza. Se ha hecho una parodia del Superman de Richard Donner, antes que una lectura al tebeo. Y como tal, ni que decir tiene, pierde su encanto. Sí. Pero también funciona a las mil maravillas.
Ya sea por la química que se desprende de los protagonistas (principalmente Rovira, Arantxa Jiménez y Julián López) así como de los secundarios (Maribel Verdú, Pedro Casablanc, Gracia Olayo…), como por el humor a base de ironías sobre España por un lado y el slapstick por el otro. Porque el ejercicio de reinvención más que de adaptación les permitiría tener menos ataduras. O porque el guión de Cobeaga vuelve al terreno habitual del que parió Pagafantas o No controles: el de los jóvenes no del todo encajados en la sociedad, o los no tan jóvenes que se resisten a madurar; el de las relaciones (de amor y de amistad) que funcionan naturalmente y sin necesidad de lógica alguna porque, simplemente, son piezas del mismo puzle que por fin se han encontrado.
Sea como sea, Superlópez funciona. Y es que el truco estaba en dejar que Cobeaga se llevara la pelota a su terreno. En fichar a un cast que se entiende a la perfección. Y en poner el proyecto en manos de un Ruiz Caldera que ya ha demostrado una y otra vez que esto se le da bien.
Palidece, eso sí, si se la compara con ese Anacleto mucho más atrevido y con mucha más mala leche (o con cualquier viñeta original, claro). O si se le busca un argumento que sorprenda, o si se espera de ella que lleve a los mundos de P. Tinto. Quizá, lo de Superlópez sea más una anécdota que una película. Pues vale, pero como anécdota se torna divertida y entrañable a partes iguales. Si no se es demasiado exigente con ella, el cachondeo está asegurado. Y era lo que se andaba buscando, ¿no?
Trailer de Superlópez
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Como adaptación deja mucho que desear. Como comedia, mantiene el tipo por encima de lo esperado. Sus responsables han hecho lo que han querido con ella. Es lícito, en verdad, ¿no?