Crítica de Supervixens

Para la segunda película de su tetralogía sobre las Vixens, Russ Meyer tira la casa por la ventana. Y no sólo porque escriba, produzca, dirija, edite y fotografíe; más bien porque no hay absolutamente nada que falte en la que es una de mayores sorpresas del cine Z de los 70, una obra maestra de proporciones tan bíblicas como las de los turgentes pechos de su reparto, que nadie debería perderse.

Queda claro que a nivel técnico, el director de «Faster, Pussycat! Kill! Kill!» es prácticamente nulo. En línea continuista con el primer «Vixen!«, Meyer hace gala de planos absurdos y montajes torpes, fotografías toscas, y un descuido general por cuidar mínimamente el resultado audiovisual final.
Pero así como en aquella todo ello no hacía sino remarcar las carencias de una película de estructura repetitiva y poco espacio para la originalidad, en «Supervixens» la torpeza de Meyer no podría molestar menos.
Y es que a fin de cuentas, ¿a quién le importa que las escenas dañen a la vista, si lo que se está viendo es, por poner un ejemplo, una mujer violando a una montaña?

La gran baza de la película reside sin duda en el humor que destila por sus cuatro costados, buscado por el propio director en ocasiones, debido a los deméritos del mismo en otras.
A lo largo del calvario por el que tiene que pasar el protagonista una vez se ve obligado a escaparse de su casa, que lo convierte en un desdichado esclavo sexual de toda vixen con que se cruce, Meyer hace gala de un cinismo y mala baba que sumados a su dirección hacen que el espectador rara vez deje de troncharse de risa entre teta y teta.

Y si hay momentos en los que sí deje de reírse, ello se debe al elemento sorpresivo que esconde la película. Al ya citado ejemplo de la montaña siendo cabalgada, se le podrían sumar tantos otros (que van desde miembros viriles de tamaños cambiantes a mujeres que abofetean con sus pechos -sonido incluido-, apariciones fantasmales sin sentido o tirachinas de cartuchos de dinamita) que alcanzan uno de sus puntos cenitales en el increíble e inolvidable asesinato de una mujer (tetuda y semidesnuda, por supuesto) a cargo del antagonista del film. La escena es de una brutalidad rara vez vista, y de un surrealismo que justifica el rebobinar la cinta (algo que, por cierto, de buen seguro se repetirá en más de una ocasión a lo largo del visionado de la película) para volver a verla una vez más desde sus comienzos, en los que la chica maltrata la inmensa verga de su asesino momentos después de haber resultado inútil para los deseos sexuales de la misma.

Todo ello para confluir en un clímax de auténtica ovación que hace de la cinta de Meyer un survival de acción en toda regla,
una caza al enemigo por las desérticas montañas de Arizona, con una suerte de Coronel Kurtz y todo, que rematan la faena de manera tan excelente como todo lo demás (se aconseja rebobinación del último par de minutos).

Sin ánimo de alargarme mucho más para no desvelar más secretos de esta trepidante odisea sexual, en la que todo vale con tal de sacar un primer plano de las enormes berzas saltarinas de sus chicas, me limitaré a recomendar encarecidamente el visionado de esta pequeña joya, o mejor obligar a todo lector que se crea digno de entrar en esta casa a verla.
«Supervixens» tiene absolutamente todo lo que una mente perversa y calenturienta puede imaginar, así como lo que todo consumidor de serie Z debe exigir. Sorprendente, hilarante, violenta, sexista, cachonda y voluptuosa, es tan genial, tan visionaria, que debería contar con un día festivo en su honor. El Día de las Tetas, o algo así.
¡10/10!

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Me lo estás pidiendo a gritos….

    ¿Sabes? Me la voy a ver. Y se te va a caer el pelo…

  2. créeme, la verás y me adorarás hasta el fin de tus días. Quien avisa no es traidor, vete preparando plastilina porque vas a hacerme un monumento!

  3. Bueno, un poco de Russ Meyer… Incluso más que Faster Pussycat Kill! Kill! citaría Beyond The Valley of the Dolls, con guión de Roger Ebert (!) y con incluso más locura que en Supervixens, burlandose de los 60 en Los Angeles y la vez celebrando la epoca. Tetas, por supuesto, pero con el puro estilo de Meyer. Y aquí te debato un comentario tuyo: "Queda claro que a nivel técnico, el director de "Faster, Pussycat! Kill! Kill!" es prácticamente nulo." Pues, a nivel técnico, si bien no a nivel "artistico", Russ Meyer tiene muchos seguidores entre los más ilustres. De hecho, su estilo de edición es de tal virtuosismo y ritmo que muchos profesionales le consideran un referente. El guion no es los suyo, ni la sutileza, pero para tetudas y sensaciones hechas en la Moviola, así como un punto de estetica que casi define muchas visiones de aquellos años, pues aquí tienes todo un icono.

  4. jejejeje, nos queda esa por ver, de las Vixens… pero vamos, habida cuenta de lo absolutamente gloriosas que son Supervixens y Up! (no sé cuál es mejor!), le tenemos muchas ganas! (hablo en plural porque estas películas las veo siempre con Blutarsky y Haverchuck, que a veces ha escrito por aquí también).

    Lo de que su virtuosismo técnico sea un referente… yo lo siento eh? será muy kitsch y eso, pero Jesús, María y José… qué cruz!
    Eso sí, ritmo, cuando se precipitan las cosas en sus películas, sí tiene, sí.

    Y el guión puede que no sea lo suyo, pero las ideas que mete en ellos son impagables: el inicio de Supervixens se ha quedado absolutamente impreso a fuego en mi memoria, y ni el martillazo más fuerte será capaz de borrármelo nunca… (si no la has visto… a qué esperas?! jejeje!)

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