Crítica de Synecdoche, New York
Tras ganarse la fama de enfant terrible con los guiones de “Cómo ser John Malkovich”, “Human Nature”, “Confesiones de una Mente Peligrosa” u “¡Olvídate de Mí!”, Charlie Kaufman se lanza ahora a la dirección con “Synecdoche, New York”, cinta que por supuesto también escribe, y que cuenta con Philip Seymour Hoffman, Catherine Keener, Emily Watson, Samantha Morton o Jennifer Jason Leigh en su reparto.
Caden Cotard, un director de teatro, se encuentra en plena crisis en casi todos los aspectos de su vida: su mujer se ha ido a Berlín con su hija y la posibilidad de una relación con una nueva mujer se ha esfumado antes de empezar. Cotard decide entonces poner en escena su día a día con actores que encarnan tanto a él como a sus allegados.
En cierto modo, Charlie Kaufman podría paragonarse a otro de los guionistas más excéntricos del panorama cinematográfico actual, el incombustible Woody Allen. Con orígenes similares y raciocinios paralelos, ambos cineastas tienen determinadas constantes de las que departen trabajo tras trabajo, muchas de las cuales presentes en ambos discursos.
Así, en el cine de Kaufman encontramos sus temores personales hacia la soledad, la falta de un ser querido, el inconformismo sentimental, la angustia del artista necesitado de ideas, y sobretodo un temor abierto a la muerte.
Su preocupación a pasar a mejor vida sin haber dejado huella en la actual es una obsesión que le persigue a él y a (la mayoría de) sus protagonistas, autopistas directas al peculiar mundo de su creador.
En sus propias palabras, nunca trabaja en algo si ésto no corre el riesgo de caer miserablemente, pero bien pensado, si sobrevive, de bien seguro logrará mucho más al espectador (y a la historia del cine).
Tales tribulaciones, ni más ni menos, definen precisamente a Caden Cotard, el protagonista absoluto de este experimento que es «Synecdoche, New York», y tal vez el personaje que más refleja a su creador de los conocidos a lo largo de su corta pero prolífica carrera.
Philip Seymour Hoffman se mete (con atino, como siempre) en la piel de un director de teatro constantemente ensombrecido por sus problemas físicos, sus deseos carnales y sus creaciones artísticas.
Exagerado, extravagante, exigente (consigo y con el mundo) y sumamente arriesgado, su opera magna culmina nada menos que en la levantamiento a tamaño real de una ciudad entera (curiosamente Nueva York, la ciudad favorita de Woody Allen), aprovechando un inmenso hangar reconvertido en posible sala de teatro.
Desde el comienzo del film y sobretodo durante la creación/construcción de tan demencial espectáculo, que ocupa más de la segunda mitad de metraje, la vida real del escritor y de sus allegados evoluciona ladrillo a ladrillo, intercalándose, adelantando y siendo adelantada por la propia obra, que trata precisamente sobre su vida, durante más de 15 años de la misma.
Tan agotadora propuesta se sirve condimentada con los ingredientes más característicos (por estrafalarios) de Kaufman, que ya pudimos saborear con anterioridad de la mano de Gondry, Jonze, o el propio Clooney. Así la tónica imperante de «Synecdoche, New York» es ese humor tan cínico y negro como extraterrestre (atención a esa fabulosa casa en llamas, un hogar perennemente
en llamas, que suponen sin embargo el principal atractivo de la misma para sus residentes), aquél con el que logramos reírnos a costa de las desgracias de los demás, sin por ello dejar de lado ciertas gotas de drama aquí y allá que no hacen sino apostillar la caída en picado.
Sea como fuere, tan nobles y extraordinarias intenciones logran un film disfrutable por amantes y detractores, una mezcla de hiperrealismo y ensoñación tan cautivadora y entrañable como sorprendente. Al menos, hasta su última media hora (larga).
A partir de un determinado momento, Kaufman comienza a perder irremediablemente el norte, haciendo valer aquello de ‘zapatero, a tus zapatos’ y perdiéndose en un imposible juego de acertar quién es quién y en qué realidad se encuentra, inundado por tediosos discursos meramente onanistas que no logran llegar a ningún lado más allá del letargo del espectador.
Son más de 30 minutos de difícil aguante que echan por tierra irremediablemente las buenas maneras mostradas al comienzo, hasta el punto de contener situaciones donde se roza la genialidad que sin embargo pasan completamente desapercibidas, tal es el acomodamiento mental en el que el público se ha sumido.
Pocas veces se ha encontrado el que escribe en la tesitura de desear incluso en voz alta (aunque bajito y al oído de la acompañante) que termine un film.
Con ese borrón imperdonable como condicionante de la valoración final, no cabe duda de que a «Synecdoche, New York» se le deben reconocer una toma de riesgo y un derroche de originalidad encomiables que fascinarán a propios y extraños, así como un excelente reparto y una serie de recursos artísticos y técnicos realmente dignos de mención. Una película llena de detalles inolvidables, de la que sólo cabe preguntarse qué hubiera sucedido si a Kaufman no se le hubiera dado tanta libertad creativa, pues estamos hablando seguramente del mejor guionista del momento.
6/10
Y en el DVD…
Para sorpresa de propios y extraños, Cameo ha editado esta película por aquí. Lo ha hecho como buenamente ha podido, esto es, en DVD (de imagen aceptable tanto en los momentos de niebla como en los más grandilocuentes), con la sola posibilidad de verla en versión original subtitulada (aunque con un excelente 5.1), y apenas un par de extras: el trailer, las fichas técnico-artísticas, y el habitual otros títulos. Poquita cosa, pero menos da una piedra.
Buuf! Una de las películas más complicadas que he visto…al principìo promete, pero se va liando de una mala manera que…no sé, tiene que ser la bomba para los entendidos, pero desde mi humilde perspectiva, solo la salva algunos asomos cómicos que apunta mi capitán…
Mucha gente aplaudió, pero agota tanto que no te quedan ni fuerzas. Habrá que volver a verla para intentar desgranar la trama.
oye, que yo soy un entendido, y ferviente admirador de Kaufman! (como pudiste comprobar a la que subió al escenario)
Jejeje, y bueno, mucha gente aplaudió, sí, pero más por compromiso que por otra cosa eh? :P
con todo, coincido en que quiero volver a verla. De no ser porque el despropósito ocupa casi la mitad del film, la verdad es que se hubiera llevado mucha más puntuación, pues su primera hora la encontré exquisita…
Saludetes!
La película tiene todos los actores y guionista que me gustan. Creo que ningún solo actor de la cinta puede llamarse de segunda categoría y el guionista es genial. Pero al igual que EME tengo que confesar, muy a mi pesar y vergüenza que no entendí el mensaje ni la película, aunque fue una maravilla visual ver tanto talento junto, eso para mi es el equivalente de ir al cine, y ver en 3D y con una pantalla tres veces más grande de los normal AVATAR, pero me entristece que no entendí la película y por favor perdónenme los conocedores, pero si me pudiesen explicar la esencia de la película se los agradecería ya que yo no lo capté, aunque si pude ver que a pesar de sus imperfecciones, detrás hay una buena película para ver, recordar y comentar, más no recomendar.
Uys, lo siento, a mí ya me pilla demasiado lejos… haciendo un ejercicio de memoria la película es la vida de un ¿escritor? que busca hacer su obra más importante y está obsesionado con ello. Tanto que al final se acaba haciendo una obra de sí mismo, acaba haciendo una ciudad entera como escenario, y entonces todo trasciende de planos y la vida de él se convierte en obra y viceversa. No? De ahí se pueden extraer mensajes que van desde la enfermedad mental a la persecución de los sueños, pasando por odas a los autores apasionados y demás… no sé, ya digo que no recuerdo casi nada ya del film!! jejeje
Sé que son películas viejas las que comento, pero como en mi ciudad no tenemos acceso a este tipo de cine, los que nos gusta el cine tenemos que cazar, literalemente hablando; este tipo de películas y las vemos con 2 ó 3años de atraso con referente a tu crítica. La vi recientemente y trate de captar todo lo que pude y más o menos eso entendí, la vida, amores, odios y decepciones, así como una vida llena de muchos abandonos de un escritor o dramaturgo que vuelca todas sus emociones y experiencias personales en una mega obra mucho más grande que su propia vida, escenerio incluído. Pero realmente quedaba desorientado en muchas situaciones que me confundían más. La película es más profunda que la fosa de las Marianas y los mensajes hasta de una pequeña y casi impersetible escena podían ser más importante que lo inmenso del escenario que estaban construyendo. Un millón de gracias por tu expliación, tienes una memoria excelente, te diré que en el desarrollo del film me hubiese gustado entenderlo todo al dedillo, pero el cine no debe ser siempre fácil ni elemental, así perdería de cualidad y calidad de arte.
No, si aquí la pudimos ver porque la pasaron en un festival (el de Sitges), porque después nunca más se supo. Imagino que si había alguien planteándose comprarla para distribuirla por España desestimó la idea al verla ahí.
El caso es que es una pena, porque todo lo que dices es cierto, y de hecho no descarto volver a verla. De hecho llevo meses planteándomelo, pero nunca tengo el tiempo suficiente para ello. Si lo hago, da por seguro que vuelvo y te explico. Aunque ojo, que si el guionista es Charlie Kaufman (y director!) ya es normal que queden muchas cosas por entender! Ese tío está más loco que los creadores de la película de Mario Bros…!