Crítica de Take This Waltz
Sarah Polley es una chica versátil. Lo mismo se la ve aparecer en el dramón más gordo de la Coixet, que se convierte en una mata-zombis de primera; y por si fuera poco, de vez en cuando hasta le da por ponerse a dirigir películas, dando como resultado Lejos de ella o esta que ahora nos llega, Take This Waltz. Leonard Cohen llamó así a la canción que tomaba como punto de partida el poema “Pequeño vals vienés” de Lorca; y ahora, Polley escribe y dirige una historia de, sobre, por y para mujeres; sobre trenes que pasan y la decisión de tomarlos o dejarlos pasar; sobre amores y desamores, rutinas y posibles cambios vertiginosos. Una película, en definitiva, que de Cohen/Lorca apenas se sirve a modo de inspiración para hablar de algo tan cotidiano y palpable como son los sentimientos de andar por casa (bueno, quizás tampoco se distancie tanto de ellos a fin de cuentas). En concreto, los de una chica joven que lleva cinco años casada con un buenazo y poco más, que sin comerlo ni beberlo se da de bruces con la tentación traducida en un joven artista. Nada nuevo bajo el sol, no nos engañemos, pero ya se sabe que en esto del cine pseudo-indie, la originalidad de sus premisas no es estrictamente necesaria. Que aquí, lo que importan son las sensaciones que se desprendan del film, empezando por la humanidad y terrenalidad (o así) de sus personajes.
Primer gran acierto al canto: contar con un reparto compuesto por la guapa ma non troppo Michelle Williams, por el amiguete Seth Rogen, y por Luke Kirby o Sarah Silverman. Actores muy cercanos (además de estupendos) que posibilitan que el espectador empatice más rápidamente con la cinta. Bien, primera prueba superada y encima buscando nota: la cacareada escena de los desnudos completos en la ducha es un canto a la naturalidad desprovista de todo atisbo de erotismo (para desespero de quienes anduviesen buscando caña). Esa es la gran baza de Take This Waltz, el tirar de normalidad, de cercanía, de verosimilitud. Aquí no hay personajes que sean grandes artistas o eruditos del día a día, no hay momentos de ensueño o rienda suelta al sentimentalismo. Se intenta evitar lo peliculero en medida de lo posible, en lo que bien podría ser una alusión clara a los sentimientos de la protagonista, en relación a su situación amorosa y vital en general.
Enemiga de los cuentos de hadas, Polley tan sólo permite un único acceso de fantasía, traducido en apasionadas escenas de cama que aparecen como y cuando lo hacen con puntualidad suiza, para definir claramente (incluso en exceso) lo que para sus protagonistas significan en esos puntos en concreto de sus respectivas vidas (¡qué difícil es hacer esto sin caer en el spoiler, por Dios!). Pero aunque seguramente sean los momentos más elaborados del film, se trata de escenas quizás excesivamente relamidas, chocantes con el discurso en pos de la austeridad y contención que se gasta el resto del metraje y que incluso podrían antojarse sobrantes. Y es que con esa normalización por bandera, Take This Waltz ya consigue sin necesidad de abalorios, que el espectador mantenga intacta su total conexión con los personajes, impidiendo que decaiga su deseo por saber más ante la posibilidad de que no todo esté contado. De que esta no sea la típica historieta hollywoodiense (indie o no) con perdices revoloteando por doquier. Ahí están los decisivos momentos de video killed the radio star; o la celebración del aniversario de boda. Desangelado. Curioso que a estas alturas y en este género, aún haya quien se reserve una posible sorpresa bajo la manga.
Sorpresa, esa es la palabra que mejor acaba describiendo a la película. Entramado al margen (ya decíamos al principio que no es, ni mucho menos, la repanocha), lo último de Sarah Polley detrás de las cámaras se descubre como un trabajo estudiado y cuidado para parecer natural y cotidiano. Y lo consigue, que ya es mucho. Sin descubrir absolutamente nada ni tener demasiados argumentos para perdurar en la memoria, nadie le quita a Take This Waltz la condición de agradabilísima dramedia romántica que por encima de todo, tiene la santa virtud de recuperar lo indie made in Hollywwod y enderezarlo cuando ya parecía haberse torcido hacia un engendro posteen digno de Mtv. Puntuales excesos de protagonismo de la directora y alguna que otra interrupción rítmica no evitan que el cómputo global sea muy, muy satisfactorio. Oh, y sale Sarah Silverman, ¿lo habíamos dicho ya?
7/10
Yo seguro en el cine de mi casa, pero la veré, por la Williams y el Rogen que siempre son un placer. A ver si no me olvido de ella…
no te olvidarás… (pero porque te encargarás de hacer los estrenos de la semana, que si no… xD)
Bueno, y por lo visto también firma algunas noticias
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(por esta creo que me mata o me retira la palabra, que es peor)
Jiji, Caps, ¿quieres decir que cuando haya visto el trailer tendré suficiente? Noooo, seguro que algún día estoy lo sucientemente moñas como para verla (estrógenos mediante ;))
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https://www.youtube.com/watch?v=y6F30rkkrjc
gracias, amigo XDD
OK, captado
https://www.youtube.com/watch?v=TlxfW_MMUzQ
juas a los dos (pero… bluto, hay que ver todas las pelis de la recopilación de Syd. Que lo sepas)
Bueno, algunas ya las hemos visto… Es más, ¿no hemos rodado nosotros alguna de esas?
La de la calabaza…¿cual es? Me encanta.