Crítica de Teniente corrupto
Ya puestos a rehacer el mítico «Teniente corrupto» de Abel Ferrara, qué mejor que entregarle el proyecto a Werner Herzog, cineasta tan peculiar (o casi) como el neoyorquino, capaz de aceptar encargos de este calibre y captar al instante la condición de gran broma que suponen. Porque igual que todo el que tenga dos dedos de frente, resulta más que plausible imaginar al alemán preguntándose qué demonios puede aportar a día de hoy el remake de tan singular película, y nada menos que con Nicolas Cage (!) repitiendo el rol que en su día bordara un Harvey Keitel entregado a tan oscura historia de corrupción policial, adicciones y enfermizas obsesiones.
Bajo este punto de vista, se entendería el espíritu lúdico reinante en todos y cada uno de los 122 excesivos minutos de este «The Bad Lieutenant: Port of Call – New Orleans» (por aquí simplemente «Teniente Corrupto»), partiendo desde su inesperado prólogo: con el paso del Katrina recién sufrido, los policías McDonagh (Cage) y Pruit (Val Kilmer) pasan por una comisaría que amenaza con desmoronarse para rescatar las pertenencias de su superior, entre las que destacan fotos eróticas de su despampanante mujer. Acto seguido, se topan con un delincuente suramericano encarcelado en el piso inferior, totalmente inundado, y apuestan dichas instantáneas por su supervivencia.
Irónicamente, la resolución de la situación hace subir peldaños al (desde entonces) teniente en su vida profesional, al tiempo que le destroza irremediablemente la privada al condenarlo a medicamentos de por vida.
De este modo, en tan sólo un plumazo ya se ha descrito al personaje principal: apuestas, tráfico ilegal y total falta de escrúpulos para con desconocidos (en especial malhechores) para un alma, a fin de cuentas, rota.
Pero también se han expuesto los primeros indicios de la personalidad del film, del que ya se intuye que poco o nada tendrá que ver con el entramado del original que, por otra parte, pocos de los que se incluyen en el público objetivo habrán visto.
Efectivamente, este nuevo «Teniente Corrupto» podría definirse más bien como un capítulo aparte o, mejor, alternativo en la vida del protagonista que como un remake en sí, al abarcar no sólo una trama totalmente distinta en relación a la original, sino nuevas dimensiones en relación al personaje de Nicola Cage/Harvey Keitel.
Ahora bien, si todo lo dicho hasta ahora haría pensar en una película apta para quienes no conozcan a Ferrara, a la hora de la verdad me da que semejante herejía tiene todas las de convencer, especialmente, a quienes sí sepan del director de «The Addiction». Movidos por la curiosidad de encontrar nexos en común entre viejo y nuevo producto, serán ellos quienes acaben realizando el extra de esfuerzo que exige un «Teniente Corrupto» (según Herzog) que se antoja excesivamente fragmentado, largo e intrascendente.
Y es que a medida que avanzan los minutos, el entramado se va dividiendo en múltiples rutas paralelas de igual peso en la historia, que sin embargo obligan al espectador a desviar su atención a tan sólo una o dos de ellas, perdiendo el interés por las otras. De este modo, la que acaba perdiendo la partida es la relativa a la trama central del film, acerca de un asesinato y toda la investigación policial pertinente. Esta va hilándose a tramos demasiado distantes entre sí a causa de la inserción de los más entretenidos subapartados vinculados a las apuestas deportivas, el consumo de drogas, o la relación del McDonagh con su novia y prostituta de profesión, Eva Mendes (que cada vez muestra mejores aptitudes como mujer florero).
De poco sirve el buen hacer de Herzog tras las cámaras, alternando pasajes de muy elegante factura con otros más desquiciados propios de los subidones por consumo de droga (incluso se toma el lujo de mostrar sombras de su cámara en el escenario o vestuario de los actores, como le pasaba al propio Abel Ferrara y no sólo en su «Teniente Corrupto»), o el humor negro con que se tiñe todo el conjunto, chocante además con un guión que, me temo, sí se toma en serio a sí mismo (su firmante, William H. Finkelstein, es todo un especialista en tramas policíacas). Irremediablemente, a un cierto punto el film se acaba haciendo demasiado cansino para el espectador, haciendo de su último tercio una prueba de aguante excesiva y totalmente fallida.
Lo cual no deja de ser una pena, porque si alguien aún conserva interés hacia la carrera de Nicolas Cage, tiene aquí un muy buen argumento para defenderla, al ser su mejor trabajo en años.
El actor, histriónico y desquiciado, se las arregla sorprendentemente bien con su (difícil) personaje, y al tiempo que empeora su condición física su rostro se desencaja, su mirada se pierde y se torna más enfermiza, y sus risas y actuaciones cada vez más incómodas.
Sus innumerables tics, la gracia que le hace el personaje apodado simplemente G, o cuando directamente mira a pantalla y, tras una gesta heroica, nos dice que adora todo eso, le hacen valedor de nuestro perdón y le convierten en el mejor actor a quien podían haberle entregado el papel.
Lamentablemente, esta vez es la película la que no está a su altura, pues aun resultando interesante y una arriesgada apuesta parcialmente conseguida, «Teniente Corrupto» acaba dispersándose tanto como para acabar con la paciencia del más impaciente y provocar más de un resoplido a seguidores de Herzog, Ferrara, Cage o Mendes. Ahora bien, cuenta con momentos impagables.
6/10
Bueno, muy pero que muy de acuerdo con usted, capitán. Aunque yo no voy a ser tan generosa con el Cage, me parece que es un auténtico "quiero y no puedo": un "quiero tener tanto éxito sobreactuando como Jim Carrey", pero "no puedo" y punto, o mejor dicho, NO SABE. Me parece que encaja bien en el personaje, pero no hace falta tanto despliegue de muecas y ojos que parece que se te van a caer a los pies cuando lo ves en pantalla grande…
Y respecto a la Mendes, muy mona, mucho tipazo, pero esta chica cada vez se está poniendo más…vulgar…dejémoslo ahí.
No soy de las que pueda decir que haya visto la original de Ferrara, pero después de haber visto esta en Sitges, a las 02:00h de la mañana, creo que no tengo nada más que "rascar" de este argumento. Floja, floja, floja.
¡Ah! Y puestos a despellejar a los actores que intervienen, ¿alguien me puede decir quién es ese señor que se ha tragado a Val Kilmer? ;P
PD: Aprovecho para desearos FELIZ AÑO NUEVO, y felicitaros por el .COM A DISFRUTARLO!!!
Querida EME,
cierto es que Cage puede resultar muy cargante, tanto aquí como en todas sus películas salvo contadas excepciones. Sin embargo, en este caso creo que está justificado (al menos, habiendo visto la película dos veces… o una y media!) y de ahí mi conclusión sbre su actuación.
Ahora bien, es un actor a ajusticiar? pues para qué engañarnos…
Sobre Mendes coincido totalmente contigo, of course. La tía tiene un sólo registro, el de calienta-algo-que-no-son-bollos-precisamente, y a lo que voy es que ese papel lo hace cada vez mejor, lo cual tampoco es tan difícil. Habría que ver si es capaz de algún otro registro, pero como de momento la tía parece encantada con esa imagen de pu… de pura (eso, eso, sí…), pues bueno. No seré yo el que se lo eche en cara, que mira dónde está ella y dónde estoy yo, jeje!
Lo de Val Kilmer es un misterio digno de Fringe+X-Files… algún día la mandíbula esa que tiene acabará por implosionar y convertir al actor en un agujero negro o algo así…
En cuanto a la de Ferrara, pues casi que podríamos verla, para que compares (y para que veas una peli que es muy buena, ojo)!
por lo demás, gracias por los piropos! vamos progresando en lo del puntocom… a ver en qué queda!