Crítica de El territorio de la bestia (Rogue)
Tras un prometedor debut con la más que correcta (aunque irrgeular) «Wolf Creek«, Greg McLean vuelve a la carga con otra cinta de terror inspirada en hechos reales, esta vez protagonizada por un gigantesco cocodrilo empeñado en comer a todo ser humano que se le acerque. Para la ocasión, cuenta con un reparto capitaneado por dos estrellas tan dispares como sugerentes: Michael Vartan («Alias») y Rhada Mitchell («Silent Hill»). Producen los temibles hermanos Weinstein…Australia. Un americano (Vartan) aterriza para llevar a cabo un reportaje para su agencia de viajes, y como una de las principales atracciones del lugar son las excursiones en pequeños navíos en busca de cocodrilos, no duda en apuntarse a uno de ellos, dirigido por Kate (Mitchell). El divertimento transcurre con total normalidad hasta que uno de los demás turistas de la expedición ve una bengala a lo lejos, y la capitana del barco opta por ir a ver lo sucedido. Esta será la peor decisión de su vida, pues al tomarla llevará a su tripulación a vérselas contra un cocodrilo de siete metros, que no tardará en hundir su barca y obligarlos a permanecer en un pequeño islote. Y todo ello, con la marea cada vez más alta…
El cine de terror de monstruos es un subgénero que sigue un comportamiento cíclico, ocultándose durante algunas temporadas y reapareciendo en otras con una ingente cantidad de estrenos. Desde que en 1975 se estrenara el mítico «Tiburón» de Spielberg, muchos siguen bebiendo del tema animal gigante contra humanos, hasta el punto de que en los últimos años, nada menos que cuatro películas han aparecido ya (con mejor o menor suerte comercial) con el tema común del cocodrilo gigante, y en este 2008 ya contamos con la presencia de «Monstruoso» en nuestras carteleras.
Pese a que esta última sí aporta algo de originalidad (por lo menos a nivel formal), lo cierto es que lamentablemente la gran mayoría de productos se reducen a seguir los ya preestablecidos tópicos del género, convirtiéndose en una sucesión de fotocopias solo distinguibles por la calidad de impresión.
Y como no podía ser de otra manera, «Rogue» (pues este es su título original) es un claro ejemplo de ello.
Pero no es que el film sea una decepción completa, ni mucho menos.
«El Territorio de la Bestia» cuenta con todos los puntos fuertes del anterior trabajo de un director que sigue apuntando muy alto. Para empezar, se trata de una película preciosista e impecable, que demuestran que McLean es un auténtico artista de la documentación. Planos elegantes y hermosos de la cálida naturaleza australiana se intercalan constantemente con la historia, convirtiendo el lugar en un paraje casi onírico a la par que empalagosamente caluroso.
Por otro lado, se antoja una clara mejoría con respecto a su anterior trabajo, pues pese a que los personajes (y de la historia) son de lo más banales, su presentación se aligera enormemente, con lo que enseguida se está en situación y se asiste al enrarecimiento de una atmósfera ya desde los primeros minutos muy intranquila y claustrofóbica. Porque en esto, McLean sí es un auténtico genio. Su habilidad para crear tensión de la más absoluta nada ya quedó demostrada en «Wolf Creek», pero aquí añade un elemento que da por completo en la diana: al igual que en «Monstruoso», exceptuando el tramo final prácticamente nunca vemos al animal asesino. Así, es espectador se ve obligado a imaginar, y siente unos deseos mucho más intensos de saber qué está pasando, quién es su enemigo. El terror a lo que no se ve provoca una agudización del resto de sentidos, lo que lleva a que el director se convierta en un titiritero y juegue con un público que, valga la redundancia, ha entrado completamente en su juego.
Todo ello incluso hace que se le perdone un guión que pasa por todos los lugares comunes del género, convirtiéndose en un predecible y poco estimulante juego de adivinar quién será el próximo de los secundarios en caer.
Aunque lo peor está por llegar.
Porque al entrar en su último cuarto de hora, la película da un giro radical, convirtiéndose en un imposible thriller de acción vacía y recursos digitales (muy resultones, eso sí, y es que se nota el holgado presupuesto con el que contaba McLean para la ocasión). Se echa por la borda todo lo logrado con anterioridad, y es tal el cambio, que hasta el director parece tomárselo a risa, introduciendo escenas risibles o directamente cómicas en las que todo se reduce a una banal pelea de héroe americano contra bestia, de final tan absolutamente previsible como decepcionante.
Aun así, creo que en conjunto se trata de una película superior a «Wolf Creek», en la que McLean se confirma como uno de los directores más en forma del cine de terror actual. «El Territorio de la Bestia» es un survival trepidante de enorme regusto a serie B, que de no ser por su equivocado final hubiera dado de lleno en la diana, convirtiéndose en una gran apuesta del género. Todo se reduce a un entretenimiento palomitero sin más, pero de muy digno visionado. Bienvenido sea.
6/10
Cocodrilos gigantes? No, gracias!
Por cierto, ya estoy de vuelta y con todo un clásico como Re-Animator…
jajajaja, tío, cómo puedes decir no a cocodrilos gigantes? es como quien rechaza bichos gigantes y se pierde «starship troopers»!!
saludos!
Yo la voy a ver, definitivamente. Es que a mí esto de los animales devoradores de carne humana me atrae, desde que «Tiburón» me traumatizara hace ya algo de tiempo no puedo resistir la tentación de ver este tipo de películas…
Sólo por ver a Michael Vartan vale la pena verla!!!, no me la pierdo.
Ven a recoger tu premio por mi blog
Saludos y escribe mas coñññooo