Crítica de The Collector

Hay que dar las gracias por casos como el del estreno español de The Collector. Entre otras cosas (que ahora veremos), porque sirven para abrir un poquito la puerta a la esperanza; a la esperanza de que algún día, todas esas películas que actualmente pululan por un limbo de incertidumbre, acaben viendo la luz en la troglodita península en que nos ha tocado vivir. Son las de siempre, ya sabéis: À l’intérieur, Martyrs, El ciempiés humano… todas ellas hermanas mayores del caso que nos ocupa, que carece de su polémico impacto y espíritu demoledor, pero aun así comparte orígenes y esencias. Orígenes por sonar, una vez más, la misma cantinela de siempre: película pequeña de género, éxito en festivales hace un par de años, boca a boca y distribución comercial (tardía, pero menos da una piedra). Lo segundo ya es algo más difícil de dilucidar, puesto que como digo, la cinta tiene muchas cosas positivas, pero entre lo negativo toca hablar de falta de mordiente… O más bien limitación de objetivos, al no ir a remover en una herida que roza, pero que respeta ahí donde ejemplos como los antes citados se meten de lleno y de cabeza. Vamos que esto no es ni Secuestrados, ni el encargado de recoger el legado del cine de terror francés, por lo que la esperanza tiene la puerta entreabierta, sí, pero aún falta algo para que pueda cruzarla.

Todo lo anterior, básicamente, sirve para rebajar los hypes que el espectador mínimamente puesto en materia hubiera podido hacerse. The Collector es un entretenimiento eficaz, muy resultón y deliciosamente gore, pero dista de ser la panacea que podría esperarse. Cuanto antes se asuma eso, mejor; antes se empezará a disfrutar con este intento de atraco a la casa de una familia rica, truncado cuando el asaltante descubre que un asesino macabro ha entrado antes en la mansión, la ha llenado de gloriosas trampas mortales, y se está dedicando a torturar hasta lo indecible a sus habitantes. Nada nuevo bajo el sol, estamos de acuerdo, pero condimentado con atractivos suficientes como para no convertirse en un burdo ejercicio de repetición y poco más. Entre pequeños detalles (una caja roja inicial, las dichosas trampas) y una determinada manía del enemigo desvelada al poco de empezar, el guión de Marcus Dunstan pica la curiosidad del espectador, que inmediatamente intenta adelantarse a los acontecimientos (con riesgo de acertar). Si a ello se le suma un metraje de apenas hora y veinte, poco espacio queda para el aburrimiento.

Más controvertida es la apuesta del director (el propio Dunstan) por hacer del suyo un trabajo histérico, hiperalterado, compuesto a base de temblores, montajes imposibles, planos barrocos y demás chuminadas. Es de suponer que lo hace para imponer más dinamismo todavía a la cinta, pero lo cierto es que de este modo, The Collector acaba pareciéndose a un listado de manías de la saga Saw (de la mitad en adelante). Y eso no sólo le hace poco bien, sino que se antoja del todo innecesario, habida cuenta del elevado ritmo del que ya dispone. Porque demonios, qué entretenida es. Dando ya por hecho que no va a suponer ninguna revelación, por lo menos se toma la molestia de recompensar con un frenético divertimento aliado rápidamente con un miedo 100% real y fácilmente reconocible como propio (jamás quedan del todo claros los motivos que le llevan a cometer semejante infierno). Y de este modo, claro, todo escuece menos; hasta el gruesísimo trazo con el que están dibujados sus personajes parece escocer menos.

Queda poco que decir de The Collector para no caer en el spoiler, ni repetirse en exceso: es un film de potencial increíble, que sin embargo apenas ha sido exprimido, pero semejante desperdicio parece haber sido voluntario así que tampoco tiene demasiado sentido quejarse. En cambio, lo mejor se puede hacer es acomodarse en la butaca lo antes posible, echar mano del cuenco de palomitas más cercano, y hacerse a la idea de que si Saw III y Cube engendraran un hijo, y el hijo se empapelara la carpeta del cole con fotos de su ídolo Haneke, para esconder limitaciones mentales, seguramente acabaría convirtiéndose en The Collector. Y mire usted, decepciones aparte, a un servidor le vale. Ojalá se siga apostando por películas así en el futuro, que de vez en cuando, los chorretones de sangre nunca están de más…
7/10
Por Carlos Giacomelli

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Maravilosa, espectacular,acojonante, divertida y sobre todo asquerosa.
    De las mejores películas de terror que he visto. Un 10.

  2. Joder, si le das un 10 a esto, que le das a los ejemplos que pongo para compararla? ;)

    Nah, tienes toda la razón en tu descripción, pero aun así, la encontré más del montón de lo esperado, menos transgresora y más vulgar… 7, porque mola, pero nada del 8,5 para arriba que me esperaba.

    Saludos!

  3. Que guapo esta el supuesto ladron. Y esta peli lo veo por el

  4. er… vale? xD

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