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Crítica de The Continental: Del universo de John Wick

A no ser que se sea fan absoluto de la saga, John Wick interesa principalmente por un solo motivo: la acción. Pero también pica la curiosidad por ver hasta dónde se puede expandir el lore de una historia que, no lo olvidemos, empezaba con un tipo que buscaba venganza después de que le mataran a su perro. Que si familias de mafiosos, clanes y ninjas, jefazos ultrapoderosos… un galimatías tan pomposo como delirante con un hotel, el Continental, en su epicentro a cuyo alrededor se ha ido desplegando este demencial universo que, a estas alturas, puede ser explotado todo lo que se quiera. Y a falta del spin off cinematográfico de la saga (Ballerina, con Ana de Armas de protagonista), ya tenemos el primer resultado de dicho exploit en forma de, justamente, The Continental. Una miniserie que indaga en los orígenes del personaje de Winston Scott (interpretado por Ian McShane en las películas, Colin Woodell en la serie) y que no se arruga a la hora de estirar y hasta redefinir las fronteras del Johnwickverso, yéndose a los años 70 y proponiendo un thriller que, por forma y tono, se aleja del estilo canónico para acercarse al cine de la época en que se ubica. Todo vale, vaya.

Director históricamente tan solvente como desafortunado, Albert Hughes se encarga de dar el pistoletazo de salida con un primer episodio que, de buenas a primeras, nos hace saber que jugamos en casa: largos y relamidos planos secuencia con infinidad de tortas y disparos, en medio de un barullo de luces de neón y música retro-discotequera. Es lo que veníamos buscando, bien. Se presenta sin demasiado ruido a un buen puñado de personajes, y se confirma que ninguno de ellos nos va a importar demasiado (al menos, a quienes toda la parafernalia argumental que rodea al hotel de marras nos entra por un oído y nos sale por el otro). Y es que, insisto: no hemos venido aquí para esto. Profundidad, sutileza, dramas shakespearianos… no es lo que debería buscarse en The Continental. El problema es que quienes han orquestado el tinglado sí, y cuando ellos toman las riendas, éste empieza a tambalearse.

Porque después de tan potente intro, planificada con mucho tino y savoir faire pese a las limitaciones del formato, los guionistas Greg Coolidge, Kirk Ward y Shawn Simmons se lían la manta a la cabeza y empiezan a desarrollar una trama de venganzas sobre venganzas que yerra el tiro. Cierto es que era difícil encontrar la justa balanza entre acción y argumento (o lo que sea), solemnidad y opulencia, elegancia y horterada, de que fardan las cuatro películas de John Wick. The Continental no lo consigue, quedando en un entramado soso por falto de empatía e interés: ya no es que los personajes no logren hacerse entrañables ni remotamente atractivos, es que la propia trama está demasiado manida y no duda en recurrir a un lugar común tras otro a la mínima que se topa con una situación comprometida, o aspira a elevar y dignificar un conjunto que estaba pidiendo a gritos justamente lo opuesto a ello.

Todo en la serie es una sucesión de clichés presentados con un tono que no se ha sabido entender: en vez de reconocerse autoconsciente, busca seriedad; en vez de salirse por la tangente con humor o autoparodia, busca sobriedad en el momento menos pensado, hasta caer en la autoparodia, sí, pero involuntaria. Intenta el absurdo desde su libreto, desde la generación de personajes-icono a frescos sociales de la Nueva York de los 70. Y nada parece salir como se esperaba: los histrionismos de Mel Gibson no ayudan a hacer de su personaje un malo malísimo para el recuerdo, los gemelos asesinos parecen salir de un sketch de Muchachada Nui, la pretendida solemnidad de los macguffins y del lore relacionados con el hotel se pasan de frenada… y, por encima de todo, el grupo protagónico parece un deprimido equipo de descartes de The Boys. ¿El problema? Que al no reconocer nada de todo ello, lejos de intentar pasar página lo antes posible, la serie se obceca con dar más y más cabida al entramado y los arcos dramáticos de sus inexistentes personajes.

Y así, lo que queda es una muy potente escena de acción inicial para un primer capítulo que echa el freno nada más concluir dicho prólogo y, a partir de ahí, vueltas y más vueltas a un argumento que no se engancha. Minutos y más minutos quemados en un capítulo inexplicablemente largo (noventa minutazos) a la espera de una nueva set piece de acción que, horror de los horrores, ¡cuando por fin llega tira de elipsis! Si a John Wick 4 le pasamos su extensa duración, era porque había recompensa: tras toda la brasa, antes o después iba a haber ronda de tortas durante largo y tendido, y con todo lujo de detalles. Que la serie recorte justamente esas escenas, tras más de una hora de desarrollo argumental, suena a gato por liebre. Y aun gracias: en el segundo episodio, de otros 80 minutos, las revoluciones bajan aún más y el riesgo de desconexión total se hace más palpable que nunca. De poco sirve el trabajo de la no menos ducha directora Charlotte Brändström: si algo confirma el segundo capítulo, es que lo que peor le sienta a la serie es su formato. Da la sensación de que sus dos primeros episodios podrían haberse recortado profundamente en la sala de montaje, quedando en unos mucho más llevaderos 50 minutos que, a lo mejor, hubieran ocultado por completo el vacío existencial que se esconde tras su lentísimo ritmo y su hueca palabrería. En qué cabeza cabe que estas casi tres horas que suman el 1 y el 2, puedan servir de calentamiento para un tercer episodio teóricamente épico. Lo que consiguen es todo lo contrario, agotando al espectador antes de tiempo.

Afortunadamente y pese a sus casi 100 minutos, la conclusión sí se acerca un poco más a lo que habíamos venido a buscar en The Continental: acción a raudales y más o menos vistosa (Hughes de nuevo a los manods) pese a sus evidentes limitaciones. Se detecta más dinamismo, en general, y una apuesta más firme por el entretenimiento socarrón. Sigue evidenciando su absoluta incapacidad de conectar emocionalmente con el espectador, pero a estas alturas sólo quedan un par de cabos sueltos por atar a nivel argumental (¡menos mal!) e importa poco quién sobreviva y quién no. Así que el capítulo pasa por todas las resoluciones de puntillas, y menos mal, mientras van sucediéndose set pieces que evocan a aquella introducción, ya tan lejana, del primer capítulo.

Es gracias al último de sus tres episodios, que The Continental evita la pena máxima. Pero no se va de rositas, la herida sigue abierta y sangrando abruptamente. Y es que la serie ni consigue ser lo adictiva que son las películas, no hay ni pizca del bromance (o algo) de los Winston y Charon adultos (McShane y el malogrado Lance Reddick) en estas versiones jóvenes que interpretan Colin Woodell y Ayomide Adegun. Es un eternizado recorrido lánguido y mortecino por un entramado que ni nos va ni nos viene, para agrandar un lore que no sólo nadie necesita, sino que no hace nada por justificar su existencia. Peaje excesivo para llegar a sus escenas de acción, estas sí, más satisfactorias. Habrá que ver si, además de sangrante, la herida se infecta y acaba atajando la vida del Johnwickverso antes de que llegue Ballerina

Trailer de The Continental: Del universo de John Wick

The Continental: Ojalá fuera John Wick.
  • Carlos Giacomelli
2

Fomómetro

El universo de John Wick se expande con una miniserie de tres episodios larguísimos que no hacen justicia al placer culpable que es la saga de películas protagonizada por Keanu Reeves. Esta precuela indaga en el universo de personajes tan huecos como una trama que no se hace adictiva en ningún momento, siendo un peaje demasiado elevado para llegar a las (eso sí) satisfactorias escenas de acción de su capítulo final.

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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