Crítica de The Hideout (Il Nascondiglio)
En la actualidad, Lei (Laura Morante) es una mujer de origen italiano que ha pasado 15 años recuperándose en un sanatorio mental tras el suicido de su marido. Una vez dada de alta, llega a Davenport donde prepara abrir un restaurante de comida italiana en la vieja mansión de Snakes Hall, el viejo asilo, que ahora está abandonado. Cuando se instala en el caserón, una misteriosa voz perturba el sueño de la nueva inquilina…
Hablar de Pupi Avati es hacerlo de uno de los directores más prolíficos del cine italiano, y de uno de los maestros del giallo (y horror). Películas como “L’Arcano Incantatore” o “La Casa dalle Finestre che Ridono” denotan cierta atracción de Avati hacia géneros que, sin embargo, últimamente había abandonado en pro de los más comerciales de comedia y/o drama (algo que, por otra parte, no es de extrañar debido a su continua alternancia entre estos estilos), como su conocida “El Corazón Ausente” (“Il Cuore Altrove”).
Por eso, “Il Nascondiglio” había generado cierta expectación al suponer en cierto modo tanto el regreso de Avati a sus orígenes, tras un apetitoso aperitivo en forma de guión también centrado en supuestas casas malditas, como el retorno definitivo del terror italiano, tras la aún inédita y (para muchos) fallida “The Mother of Tears” de Dario Argento.
Lamentablemente, al final, todo queda en un fallido experimento, en un film que pierde su atractivo en forma de homenaje retro al cine de antaño para convertirse sin remisión en una película desfasada en todos sus aspectos.
Tan sólo su comienzo, que me atrevería a calificar de brillante, a modo de prólogo claramente evocador tanto argumental como auditiva y visualmente, merece realmente la pena y es capaz de transportar al espectador a otra época; situada en 1957, la película logra disfrazarse por completo, y tanto Avati (empeñado en otorgar a su cinta un estilo idéntico en todos sus aspectos a la ya mencionada “La Casa dalle Finestre che Ridono” o “Suspiria”, por citar un par de ejemplos) como los que le rodean logran crear una película de 1975 rodada en el 2007.
Incluso el propio empleo de la violencia visual con que culmina tan acertada introducción, con esa sangre demasiado líquida y anaranjada para los tiempos que corren, resulta chocante y atemporal.
Es cuando el film se traslada a la actualidad cuando velozmente comienza a perder fuelle hasta quedarse en la mediocridad más absoluta.
Avati (director y guionista del mismo) se emponzoña en una mezcla de estilos y géneros sin acabar de profundizar en ninguno de ellos, que van del giallo (a lo “Rojo Oscuro”) al terror del ‘American Gothic’, con tintes de la vertiente más moderna del género en forma de sonidos fantasmagóricos tras las paredes.
Así, el argumento va dando tumbos por dos líneas paralelas claramente diferenciadas, la primera referente a lo que se ve obligada a soportar la Morante (solvente pero a años luz de Belén Rueda en un papel casi idéntico) en la casa supuestamente encantada, plagada de efectismos propios del horror-teen, y la segunda centrada en la investigación que la propia protagonista lleva a cabo para intentar resolver el misterio del asilo.
Y por mucho que el espectador pueda sentirse atraído por el quid de la cuestión, llevándolo a querer averiguar el final (y seguramente acertándolo antes de tiempo debido a su previsibilidad), no puede ocultarse la excesiva sensación de película ya vista y resabida, pues no se esconde absolutamente nada novedoso tras ella.
A fin de cuentas, uno descubre estar frente a un oportunista remake alla italiana de “El Orfanato” (que a su vez ya era un remake oportunista de “Los Otros”, que a su vez…), y acaba por perder la esperanza conforme avanzan los minutos.
El único que realmente da en la diana en todo momento acaba siendo Riz Ortolani, compositor de la banda sonora y experto en el género (como demuestran sus participaciones en “Holocausto Caníbal” o “La Casa Sperduta nel Parco”, ambas de Ruggero Deodato), hasta el punto de ser el único que realmente homenajea como es debido a un cine al que tal vez deberían dejar descansar en paz…
Con todo, cierto es que en puntuales momentos “The Hideout” resulta sugestiva, principalmente porque la continua mezcolanza de géneros evoca con gracia (aunque sin quererlo) a un sinfín de películas que el espectador se divertirá en ir distinguiendo.
4/10