Crítica de The Souvenir
The Souvenir, la nueva propuesta de la directora Joanna Hogg, era uno de los platos fuertes del Atlàntida Film Fest, festival de cine online de Filmin, de la edición de 2020. Había pasado por diversos festivales, ganó el premio del jurado en Sundance, ya se estaba viendo en algunos cines europeos… en definitiva, venía con pedigrí.
Y tanto ruido está más que justificado: partiendo de sus propias experiencias, la cineasta escribe y dirige una película que sigue a una estudiante de cine en los años 80, que intenta tirar para delante pese a todo. Y ese todo vendría a ser su situación económica, y un novio, cuanto menos peculiar. Procediendo de familia que navega en el bienestar, se ha independizado para estar más cerca de la escuela de cine, y ha conocido a un dandy que la arrastra casi sin que se dé cuenta a una senda lejos de la soñada.
Elementos para gustar, a porrones: cine autobiográfico, exquisitez formal, discurso social… Especialmente encomiable se antoja la manera en que es tratada esta relación, tóxica y vampírica, sin que haya ningún acontecimiento, en realidad, que delimite bien y mal. Pero sobre todo, como la propia película se encarga de remarcar en los compases iniciales, Hogg logra trazar una línea entre realidad y ficción que se diluye más y más, a todos los niveles; sin ir más lejos, la madre en ficción de la protagonista es Tilda Swinton, madre en la vida real de la actriz, Honor Swinton Byrne. Efectivamente, The Souvenir es un lujo de película.
Sin embargo, que todos sus personajes estén prácticamente siempre incapacitados para generar la menor empatía, ya desde su punto de partida, no ayuda. Y es que esas altivas conversaciones sobre el cine y el arte en general, esa constante mirada por encima del hombro, desenganchan emocionalmente al espectador que esté llevando una vida más mundanal. Por lo que pese a que el drama que cuenta Hogg acaba pareciéndose a un cuento de puro terror cotidiano, aunque su denuncia social aplique a la más rabiosa de las actualidades… no logra calar. Y eso pesa más que cualquier bondad artística (que ya digo, en este caso es de aúpa).
The Souvenir es, al final, justamente lo que menciona su título, un regalo vistoso y agradecido (afortunadamente, con gusto), pero a la postre, de vida francamente corta. No le hubiera venido mal bajar un poco a pie de tierra.
Trailer de The Souvenir
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Tan precioso como pedante, este drama que debería hablar de tú a tú a la sociedad actual acaba distanciándose tanto de ella, como para no despertar sensación alguna más allá de lo que sus indudables bondades artísticas logren generar.