Crítica de The Women
De hecho, el mensaje de ambas (o mejor dicho, de la película que nos ocupa y la serie de la HBO, muy diferente a la posterior adaptación) es prácticamente el mismo, con el ensalzamiento de la mujer como elemento tan o más válido para la sociedad que el hombre, su perfecta supervivencia sin éste (en ámbitos laborales, se entiende), y a fin de cuentas, la demostración de que la mujer es igual o mejor a todos los niveles que el hombre, visto aquí como de costumbre, como un cabrón sin sentimientos y con una sola palabra en la cabeza, sexo.
Bien, tal vez haya sido por todo ello, ya se sabe que la expectativas previas distorsionan mucho la realidad, pero el caso es que al final no ha sido tan duro, ni mucho menos, el visionado de la película de English. Aunque por supuesto, esta afirmación debe ser matizada al instante.
No se espere de ella la comedia del año, o la inteligente y definitiva batalla de sexos (qué tiempos los de «La Costilla de Adán»); de hecho, al no aparecer un solo hombre en pantalla, ni se puede tildar como tal.
«The Women» es simplemente una comedia de enredos con toques románticos y otros más bien dramáticos, pensada por y para mujeres, pero sin olvidar que cabe la posibilidad de que las que vayan a verla lo hagan acompañadas de varones. Y es cierto, éstos no disfrutarán de la misma manera, pero por lo menos se reirán de buena gana en más de una ocasión (atención a la escena inicial en la que Annette Bening entra en Saks, parodiando la visión selectiva de «Terminator»), y por lo general lograrán mantenerse atentos durante buena parte del metraje, gracias a la liviandad con la que todo el conjunto está tratado, y al ágil e inteligente tratamiento que recibe un argumento visto una y mil veces. Y es que por más que se usen técnicas (relativamente) actuales como dividir la pantalla en varios sectores, en todo momento se desprende un aroma de comedia clásica (y por tanto elegante y sobria), sumamente agradable.
Y si a ello le sumamos los trabajos acertados y comedidos de sus actrices, la fórmula acaba por dar buen resultado. Annette Bening y Meg Ryan se enfrentan en un duelo que gana claramente la primera, pero en el que la segunda no queda demasiado mal, logrando maquillar muchas de sus limitaciones interpretativas con un papel hecho a su medida. A su lado, Jada Pinkett (mujer de Will) Smith y Debra Messing completan el grupo de amigas, que vendría a ser una versión tranquilizada de las chicas de Carrie, Samantha y compañía, y por tanto mucho más terrenal y simpático.
Sin embargo, no todo es un camino de rosas, y al guión cabe reconocerle un terrible bajón rítmico pasada la primera parte del metraje, del que no se recupera hasta los compases finales.
Tras una presentación que podría tildarse de sorprendente (además de divertida), la historia se va diluyendo poco a poco a la par que la propia película en sí, pues la directora no logra encontrar el ritmo ni la personalidad necesarias.
Comienza a palparse por tanto cierto aroma amargo de tv-movie, que no hace sino evidenciar todas las carencias que habían conseguido ocultarse al principio.
Así, se confirma que en el fondo se trata de una película simplona y más bien previsible, un fairy tale de moralina bastante maniquea y oportunista: la mujer cuarentona que recién divorciada lucha por alcanzar unos sueños a los que su marido no le permitía alcanzar (¿he mencionado ya lo cabrones que somos?), reponiéndose así del varapalo que la separación ha supuesto para ella y contando con la inestimable ayuda de sus amigas para siempre y para todo… en fin, nada nuevo bajo el sol.
Así pues, «The Women» no es una gran película, nada más lejos, pero cuenta con algún que otro punto remarcable, como son su primera mitad y la sinceridad de la propuesta, que ya desde el título no engaña a nadie. Además, Bening y compañía cumplen a la perfección y logran hacerse en seguida con el beneplácito del público, aunque sus personajes sean algo peculiares (la lésbica afroamericana, la procreadora de niñas a las que llama como los meses en que nacieron…). Aunque sin duda alguna, su mejor virtud es que deja a la ya mencionada «Sexo en Nueva York» en paños menores (entre otras cosas porque es bastante más corta). Una lástima que poco a poco todo vaya diluyéndose, quedando en un producto demasiado intrascendente y tirando soso.
Aún así, no molesta a nadie y se puede ver perfectamente en una de esas tardes de domingo sin la excusa del fútbol. Vaya, que reconozco que por lo general me lo he pasado bien.
5/10
Todo depende del cristal con que se miren las cosas o de qué sexo seas. Efectivamente es una película que roza el feminismo, pero dice verdades como puños y si además lo dice en clave de humor como lo hacen en esta película, hace que se pase un rato de lo más agradable, que creo que es el objetivo de ir al cine.
En lo que discrepo es en que catalogues a los hombres como cabrones…hay alguno por ahí que se salva…
PD:Meg Ryan se está convirtiendo cada vez más en…Anita Obregón!!!
TVB
ves? si es que tu comentario iba siendo necesario! este blog, como sabido es por todo quisqui, lo lleva a cargo un servidor, varón y bien machete! XD siempre se agradecen puntos de vista distintos, en especial cuando comenta quien es el verdadero objetivo de esta película (o séase, la mujer)
yo…no recuerdo a ningún chico que quedase bien en esa peli eh? de hecho, mencionan al marido de Meg (Ana Obregón+Duquesa de Alba)…y a pocos más, no? jeje
Mua!
Agradecida, agradecida por tus palabras hacia mi persona, la verdad es que un toque femenino en este blog no va mal de vez en cuando,aunque no te acostumbres,eh? que vamos a parecer Pimpinela!
y no me refería a los hombres de la peli…hay alguno que se salva en el mundo real…de momento…
muaka!
aaaaah, ooooooh! jejejej….pues no sé yo dónde estarán eh? ;) ais, vaya tontería llevamos encima usted y yo…