Revisión de La tienda de los horrores
Cinco años después de su debut cinematográfico (fechado según Imdb en 1955), aunque ya con más de 25 películas en su haber, Roger Corman creó «La Pequeña Tienda de los Horrores», uno de esos casos en que una obra se adelanta a su tiempo. Descarada y subversiva, en el momento de su estreno, en 1960, apenas tuvo éxito, y sólo el paso del tiempo la convirtió en una de las más recordadas y apreciadas obras de Corman, de culto instantáneo y fruto de dos revisiones posteriores, la primera en formato teatral, la segunda a cargo de Frank Oz y con un Rick Moranis comenzando se particular despegue al estrellato.
Haciendo gala de su sobradamente conocida economía, el director más mítico de la serie B logró rodar la película en apenas dos días (y alguno más tras una posterior revisión), aprovechándose de un plató de otra producción mayor apunto de concluir, grabando en plena calle sin importancia de los transeúntes, y rodeándose de colegas, amigos y familiares para rellenar los huecos. Así, el guionista Charles B. Griffith, uno de los más prolíficos colaboradores de Corman, contribuyó interpretando además a un par de secundarios, poniendo su voz a la planta parlante protagonista, y colocando a sus familiares entre los extras. Por su parte, Jonathan Haze y Mel Welles, habituales en la filmografía del director, forman la vertiente masculina del reparto principal, que incluye además la primera de las varias cooperaciones entre Corman y un jovencísimo Jack Nicholson.
Curiosidades a parte, la película que tenemos entre manos es una auténtica maravilla surgida, una vez más, de las sinergias que suma el conjunto de sus distintos apartados (técnicos y/o artísticos), bastante exiguos si considerados por separado.
Nos encontramos ante una película de limitadas interpretaciones y aún más dudosa calidad técnica (modus oprandi del director, por otra parte) de la que sólo puede destacarse un guión quizás irregular pero no por ello menos desenfadado y simpático.
Tras una idea principal de lo más original (un mozo de floristería se ve cuidando de una planta única devoradora de carne… humana) se esconde una estructura y devenir algo más trillados, que sin embargo saben suplir la mayoría de sus carencias mediante el uso de un humor cínico y negrísimo del que hacen gala en todo momento sus intérpretes. Bien sea por la inocencia de Haze y su partenaire femenina (una Jackie Joseph que, como el nombre de su propia alter ego indica, quiere guardar más de un parecido con Audrey Hepburn), en busca de una historia de amor de ensueño, por la torpeza del primero, por el oportunismo y maquiavelismo de éste y su superior, el señor Mushnik de la floristería Mushnik’s, o por los backgrounds de todos sus secundarios (ojo a la señora en constante luto), prácticamente todo diálogo y secuencia fuerza al espectador a la (son)risa, pese a que lo tratado sea la muerte de una víctima inocente o la tragedia personal de uno u otro.
Añadiendo a ello un sentido del entretenimiento loable, Corman logra hacernos olvidar su tosca puesta en escena, su endeble decorado o la ya mencionada limitación de su reparto, que guarda su mejor baza en el sospechoso parecido entre su protagonista y Jerry Lewis, así como unos efectos especiales la mar de originales pero dignos de una cinta casera entre amigos.
El resultado final son apenas 75 minutos de auténtico goce y disfrute, una historia encantadora e inolvidable, protagonizada por seres humanos y vegetales aún más entrañables (a la mujer en constante luto cabe añadir el hombre devora-geranios, las dos colegialas ultracompenetradas, o la madre alcohólica entre los muchos secundarios). Una vez más, el director de «El hombre con rayos X en los ojos» obra su particular magia para justificar su leyenda. Y es que «La Pequeña Tienda de los Horrores» es tan pobre en su forma como rica en su (y en nuestro) fondo. No se la pierdan.
Hace poco me llevé una grata sorpresa al descubrir en vuestra lista de películas LA TORRE DE LOS SIETE JOROBADOS y he tenido otra,al toparme con esta,ciertamente es una gozada,lo he pasado estupendamente cada vez que la he visto y es precisamente la tosca puesta en escena donde reside parte del encanto y en las adaptaciones de Corman de obras de Poe,aún lo son más de rudas,sus producciones.
Del director,me gustaría destacar EL CUERVO,,una comedia donde se combina ingeniosamente el drama y el humor.También he visto EL HIMBRE CON RAYOS X EN LOS OJOS,impactante el final y sin duda,precursoar de lagunos films de serie B en los 80.