Crítica de The Umbrella Academy (primera temporada, episodios 1 a 5)
Pues en la línea con la ley de cal y arena a la que nos empieza a acostumbrar Netflix (si bien empiezo a olvidar cuál fue la última de cal..), The Umbrella Academy vuelve a suponer, al menos en el primer 50% de episodios de su temporada debut, una decepción. No por ser una gran metedura de pata, no por dar gato por liebre. Pero sí por echar a perder un potencial de aúpa: se trata de una serie que adapta las más que entretenidas viñetas de Gerard Way y Gabriel Bá, y un aspira a ser un acercamiento al universo de los superhéroes desde un prisma distinto. El de una familia compuesta por gente con poderes pero grandes carencias emocionales, obligada a entenderse pese a su multitud de filias y fobias: el que se droga, la que es famosa, el que vive en la Luna… Con menos, James Gunn se sacó de la chistera una coquetísima Super; con más, cierto es, Marvel redefine el género a cada película que estrena. The Umbrella Academy no hace nada.
Demasiado consciente de sus limitaciones, la serie apuesta por repetir patrones, que tampoco es del todo ilícita como opción. Pero los extrae de lugares erróneos. Remplaza ingenio por vistosidad, relegando el interés a puntuales escenas de acción. Tapa dimensiones más interesantes de sus personajes a base de brochazos de lugares comunes y humor fácil. Humor que en realidad no oculta esa incipiente oscuridad que rodea a todos los personajes, infelices por uno u otro motivo. Y vistosidad que en verdad queda reducida a una escena molona por episodio, el típico momento videoclip en medio de un entramado al que le cuesta horrores avanzar.
O quizá sí avance, pero lo haga a base de evoluciones manidas y desmoralizantemente desfasadas, inocuas. Inertes. No arriesga lo más mínimo, no se pasa de frenada ni cuando pone a un mono a hablar o se saca de la chistera una relación amorosa descacharrante, sobre el papel. Se arruga poco a poco, y a cada minuto que pasa, esto se aleja de las sensaciones del MCU. Y luego deja de ser X-Men (los últimos, los reguleros). Ni a Los 4 fantásticos aspira. Nada. Esto, ay, esto es Héroes. Y sin Hiro Nakamura.
Cierto es que tras haber llegado a la mitad de la serie (lo que se nos ha permitido ver) quedan algunas dudas por resolver, acaba todo en un medio cliffhanger y algún personaje ha conseguido salir de la apatía general (acaso contagiada por el ya desesperante rostro cómicamente apesadumbrado de Ellen Page). Pero las sensaciones globales son las de oportunidad perdida. Su responsable, Jeremy Slater (suyos son los guiones de Animal de compañía y Death Note) tiene demasiada responsabilidad entre manos, y decide pasar la patata caliente a cualquiera que quiera cogerla, aunque sea lejos de los estudios de la serie. Y por su parte Netflix encantada, claro: tiene otro de esos productos con variopinto grupo de personajes que lleguen a todo su público, y con sus discursos universales, inofensivos; su condición de crowd pleaser, comercial a más no poder.
Los demás, la verdad, nos hemos quedado tan fríos como la congelada alma que esconde, si es que la tiene, este muy decepcionante Heroes Reborn… Again que recibe el nombre de The Umbrella Academy. Si la acabamos, es por curiosidad más que otra cosa.
Trailer de The Umbrella Academy
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Una serie que prometía y partía de una buena base, pero que tarda cero y menos en desinflarse para convertirse en la enésima vulgaridad de Netflix. Una serie inocua, insustancial… intrascendente.
Yo que me veo las series de Amazon esta me ha dejado como que se les ha ido de las manos, igual que la cabeza a sus protagonistas, y que puede pasar cualquier cosa con tal de intentar sorprendernos. De no ser que las temporadas son cortas ya estaría enterrada y con la cruz puesta, aunque a American Gods se la puse y no creo que la resucite para ver la segunda temporada.
Saludos
Hombre, JM, long time no see! De acuerdo contigo, de hecho, yo la dejé sin acabar por agotadora. Claro que con American Gods ni lo he intentado… basta ya de querer volarnos la cabeza a cada minuto, construid algo y luego ya saldrá lo demás. Joder. Saludos!