Crítica de Vamos a hacer dinero
Con tantos frentes abiertos construye Wagenhofer su película, y lo hace adoptando un estilo visual inapelable cargado de momentos casi hipnóticos: destacan la creación de dinero inicial, los trabajos con el algodón o los descorazonadores contrastes que en se aprecian en India, seguramente uno de los países con mayores desequilibrios económico-sociales de la actualidad. Del mismo modo, sorprende su rechazo casi total a las declaraciones explícitas (de cara a la pantalla), de sus entrevistados, y en vez de eso prefiere usar largas filmaciones de sus rostros taciturnos en el interior de sus respectivos coches, mientras suena dicha entrevista en off. Curioso, desde luego, y valor añadido que sumar a un documental que más allá, la verdad, no tiene demasiado que ofrecer. Y es que apenas pueden rescatarse unos pocos detalles realmente novedosos (las verdades como puños que dicen al principio los grandes empresarios, el terrible relato de lo que sucedió realmente entre Saddam Hussein y Norteamérica) en una cinta que por lo demás peca de previsible, más bien simplona y ocasionalmente ventajista: hartos estamos ya de que cada santa vez tenga que oírse la cantinela de lo malos que son los ricos y lo buenos que son los pobres (por mucho que pueda ser o no verdad).
Duele, es injusto, y de hecho sus enfoques son radicalmente distintos, pero que la llegada de este documental coincida en carteleras con “Inside Job” fuerza a una comparación de ambos, de cuyo enfrentamiento “Vamos a hacer dinero” sale perdiendo por goleada. No hace falta ir a escarbar en su material expuesto para comprobarlo, sino que basta con apreciar la diferencia rítmica de cada uno de ellos: nos encontramos aquí ante una cinta dividida en demasiados capítulos (separados por pantallazo en negro con su correspondiente título) que abusa de silencios y planos fijos o casi, fallando en su intento por hacer de todo ello una intensa comunión entre ella y su público. Por supuesto que se deja ver, que puede resultar interesante a veces, y que a más de uno ciertas imágenes dejarán el corazón en un puño; pero francamente, en vista de que podemos elegir, la balanza se decanta del lado de la producción norteamericana.
6/10
Vamso que nos vamsooooo!
:P
Ja, ja, ja.
Dichosas prisas. En fin, solucionado, gracias por el aporte.