Crítica de Venganza bajo cero
Liam Neeson se está convirtiendo en el John Wayne de esta generación. El de las venganzas, el crepuscular, el de «no puedo más con mi vida pero salvaré el día una vez más». Lo demuestra una carrera cuyos roles protagónicos últimamente parecen ser justamente eso: puestas al día del western tardío, y rescate/venganza como motor de la función. Los indios, eso sí, pueden tener forma de rusos, o incluso de lobos. Pero al final, Neeson se está convirtiendo en un género en sí mismo. Una nueva película con su estampa en medio del cartel equivale a tiros y tortas por parte de un héroe anodino, y sobre todo, cada vez más cansado. A sabiendas de todo ello, quizá, Venganza bajo cero (poca sorpresa esconde su título, ¿eh?) opta por un humor fino, autoconsciente, como queriendo hacer la mezcolanza imposible entre el rudo gesto (y formas) del personaje, y la parodia. Sólo que algo sale rana, y se tarda horrores en entender, en hacerse a la idea más bien, de que tras su violencia y la oscuridad de todos sus personajes, se esconde un intento de comedia casi casi coeniana. Quizá porque su director, Hans Petter Moland, o bien no es Shane Black o bien no se ha atrevido a soltarse la melena. O quizá porque, ay, los años de Neeson ya van pesando lo suficiente como para que las películas que protagoniza, se empiecen a contagiar de su aletargado tempo y gélido rostro. Estreno tras estreno se va intuyendo, y en esta Cold Pursuit (su título en inglés también esclarece bastante el nivel emocional que se gasta) ya parece no poder evitarse.
Ni que decir tiene que una cosa no quita la otra, y que sigue siendo un actor notable y capacitado para lidiar con este y cualquier problema que se le ponga por delante. Su enorme planta sigue imponiendo, y por mucho que parezca cansado, cuando le toca soltar leña cumple a la perfección. Así que quizá esa apatía de la que hablo no se deba tanto al timorato director o al vetusto actor, sino a un guión que hace muy difícil que el espectador pueda entrar en el juego. Porque su humor llega a destiempo, es muy negro, y no casa con el drama que da inicio a la venganza. Porque en ocasiones se torna muy, demasiado incómodo. Incómodo mal: se intuye un racismo soterrado que un servidor ignora hasta qué punto es voluntario. Habría que ver la original en que se basa, pero da la sensación de que esta Venganza bajo cero ha errado el tono, el tiro, y ni siquiera tenía claro cuál era su diana. ¿La convierte todo ello en un desastre absoluto? No, sigue siendo un entretenimiento digo con repartazo (pululan por ahí Laura Dern, Emmy Rossum, Julia Jones, William Forsythe…) pero sí en una película fácilmente olvidable, en la que vale más lo que se intuye que se quería hacer con ella que lo que efectivamente ha sucedido. Los fans del género Liam Neeson estarán de enhorabuena, los que quieran algo más no encontrarán aquí el Centauros del desierto del actor precisamente…
Trailer de Venganza bajo cero
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Película absolutamente olvidable que se adentra dentro del «género Liam Neeson» sin hacer demasiado ruido ni dejar demasiada huella. Intenta cosas, pero la inmensa mayoría le salen rana.