Crítica de Venom
Es una pena que de todas las cosas que salen mal en Venom, la principal sea la labor de Ruben Fleischer tras las cámaras. Es su retorno a la dirección de largometrajes tras cinco años (los que siguieron al fracaso de Gangster Squad), y sonaba a nueva alegría en forma de adaptación Marvel. A saber: personaje muy secundario en los cómics (y por tanto mayor libertad para su adaptación), cierta voluntad macarrilla, y equipo creativo de aúpa. No sólo por el director de Zombieland, sino también por un reparto compuesto por Tom Hardy, Michelle Williams y Riz Ahmed. Había incluso cierta justicia poética que añadir al menú: después de la tibia acogida de su primera aparición (allá por Spider-man 3), el personaje merecía una segunda oportunidad.
Pero las cosas han salido mal.
Su director, ya lo decíamos, el principal culpable por mostrarse incapaz de dotar a su propuesta de alma. Todo en ella es rutinario y desganado, y eso se nota cuando Tom Hardy está (mayormente callado): escenas de acción en las que se funden minutos y más minutos de metraje sin emoción ni garra alguna (la eterna persecución en motos), o directamente sin que se entienda nada (el clímax).
Pero es que la propia película adolece del mismo mal en su conjunto. Salvo por un tono algo más socarrón que de costumbre, Venom es la enésima presentación del mutante/héroe/marciano de turno, y como tal pasa por todas y cada una de las desgastadas bases de rigor: tipo que lo tiene todo pero se pasa de listo y lo pierde (chica incluida), maloso que se convierte en tal por las ansias de poder, poderes que conllevan responsabilidades… sorprende que tras la enorme revolución en el género superheroico que se está llevando a cabo desde Marvel+Disney, desde la fusión de la casa de las ideas con cualquier otro estudio de cine se empeñen en repetir la fórmula una y otra vez. Aún a sabiendas de su mal funcionamiento (miedo da el día en que se estrene X-Men: Fénix Oscura).
Todo ello, repito, una pena. Porque en el otro lado de la balanza está un Tom Hardy que carga con el muerto a las espaldas, plenamente consciente de que si está ahí es por el cheque, así que tanto le vale divertirse. Su personaje es un cachondo, su interpretación se pasa de rosca, y gracias exclusivamente a su presencia, Venom evita el desastre absoluto. Es más, como comedia funciona bastante mejor que Deadpool.
Él cae bien, la película no. Y lamentablemente, la balanza se descompensa en demasía del lado de lo malo. Hardy consigue sacar cierto entretenimiento de una cinta que de lo contrario ni siquiera tendría argumento alguno para estrenarse en la gran pantalla.
Trailer de Venom
Valoración de La Casa
En pocas palabras
Una nueva intentona por revivir a Venom, que sale mal. La película es tan rutinaria y falta de chispa, que de poco sirve la presencia un Tom Hardy que parece pasárselo teta. Es el único que lo hace.