Crítica de Verónica
Sin lugar a dudas, Paco Plaza es uno de los pocos directores de género españoles, junto a nombres como Jaume Balagueró o Nacho Vigalondo, que crean expectación con cada proyecto, gracias a productos anteriores tan gratificantes como la saga Rec, Romasanta o Cuento de Navidad, dentro de la serie Películas para no dormir. Y no podía ser menos con su último filme, Verónica, basada en el famoso Expediente Vallecas de comienzos de los años 90, en el cual varios agentes de policía fueron testigos de diversos fenómenos paranormales dentro de una casa normal y corriente tras una llamada de aviso, hecho que constataron en el necesario informe policial. Toda una mina para Íker Jiménez y su tupé.
Sin llegar a la importancia de la primera Rec, a la seriedad de El segundo nombre o a la diversión ilimitada de Rec 3, Verónica logra mantenernos pegados a la butaca del cine durante sus 94 minutos de duración, gracias a unos sustos made in Expediente Warren, de la que bebe en más de una ocasión: una familia vapuleada por un terror desconocido, ambientación en otra época, las apariciones, la importancia de la música y las subidas de volumen…, pero se siente como una obra nuestra, por lo que nos puede provocar mayor tensión, al percibir estos sucesos como más cercanos.
Su eficacia también se basa en su estupendo elenco protagonista, y es que resulta muy difícil contar con un grupo de niñ@s tan salados y
buenos intérpretes (la protagonista que da título a al cinta y sus tres hermanos pequeños, siempre creíbles y divertidos). Con muchas reminiscencias del cine de casas encantadas de los 70 o de la obra de John Carpenter, Verónica tiene entidad y sin ser una obra maestra del género, ya que a veces peca de ingenuidad, sustos fáciles o de contar con una fotografía pobre, es un producto muy disfrutable para este caluroso mes de agosto.
Ojalá muchas más películas así dentro de nuestro cine.
Valoración de La Casa
En pocas palabras
El cine de terror español se va apagando poco a poco, pero Paco Plaza se desmarca de la tendencia con un título con el que disfruta doblemente: con una ambientación inapelable, y cuatro sustos la mar de dignos.