Crítica de Villa Amalia
A veces se da la circunstancia feliz de que el trabajo de un o una intérprete termina embelleciendo y haciendo buena una película aparentemente más bien endeble. En otras ocasiones ocurre a la inversa, que una película es tan buena que llega a mejorar una actuación que de por sí habría sido mediocre. Pero claro, ya es lo más cuando un actor se apodera de una película ya en estado de gracia, dándose una de aquellas excepcionales situaciones en que ambos, intérprete y película, se hacen inseparables enriqueciéndose mutuamente.
Justo esto es lo que pasa en «Villa Amalia». Que un estupendo punto de partida, el de la aventura de una mujer a la fuga que ideó el escritor Pascal Quignard, se apodera de la actriz protagonista, una maravillosa -pues menuda sorpresa- Isabelle Huppert.
Así, la francesa termina transmutada en Ann, una mujer de mediana edad que, tras descubrir que su marido (Xavier Beauvois) le es infiel, y casi a la vez rescatar una amistad perdida en la memoria de su infancia (Jean-Hugues Anglade), decide dar puerta a todo y largarse de su propia vida. Y con esas estamos en «Villa Amalia», en el auténtico proceso de desvinculación de la propia identidad. Ann descubre que las vías principales también tienen senderos alternativos, y que puede mandar a la mierda a un marido por el que apenas siente ya nada y a una vida rica en monotonía. Y no sólo. Descubre que tomar las riendas depende de ella misma, y que puede ser capaz de terminar con una carrera musical que se preveía exitosa, de despojarse de sus pertenencias materiales, cortar las líneas telefónicas, invisibilizarse de su entorno inmediato y, finalmente, borrarse del mapa. Irse a Dios sabe dónde para nunca más ser encontrada. Porque sí. Porque ella lo vale.
Ser otra persona. Un proceso que requiere de su tiempo, y que el realizador, Benoît Jacquot, transmite con una sabiduría admirable. Su opción es permitir que el propio ritmo de los hechos tome el control. ¿Que hay que dejar que la realidad transpire? Jacquot evita toda prisa y planifica con parsimonia, con aire corriendo entre los planos. ¿Que los acontecimientos se precipitan? Pues se cortan las escenas, aunque se prevea un momento climático (Ann, en el interior de su coche, a punto de «explotar» definitivamente), se tira de la elipsis temporal, siempre tan elegante cuando se sabe utilizar, o bien se planifica una secuencia de montaje tan atropellada como bien planificada.
Lo he contado un poco al revés. Porque la vida de Ann se precipita en espirales descendentes durante la primera mitad de la película. Es ahí cuando Jacquot juega más con los ritmos, con las rupturas, e incluso con un cierto extrañamiento: en medio de una realización serena, sobria y a baja voz, de vez en cuando se nos cuela alguna secuencia que, música mediante, invita -vale, sólo «invita»- al espectador a pensar en una especie de thriller. Al fin y al cabo, lo de Ann es una «fuga imposible» ¿no?
Pero con la segunda parte de la película llega un momento en que Ann logra desprenderse de su última atadura y tomar un tren a-donde-sea. A final, «donde-sea» es una isla perdida de Italia, viviendo al lado de una anciana autodenominada Amalia. Allí la libertad toma forma de espectaculares vistas desde acantilados, puestas de sol en soledad y grillos nocturnos. El ritmo se pone moroso, contemplativo, y la planificación más explicativa, adecuándose a la realidad de unos paisajes de esos que han estado ahí aproximadamente desde siempre.
En ese punto, la historia toma una dimensión mucho más sensorial, buscando la evocación por la belleza del paisaje o por el sonido de la brisa, como en aquellos «pequeños placeres» de los que hablaba Philippe Delerm, con la sensación de independencia casi juvenil que transmitía Jiro Taniguchi en «El caminante».
Y es justo en esos parajes donde Ann consuma su definitivo renacimiento. Pierde la consciencia en medio del mar y es rescatada de las aguas por una pareja de jóvenes italianos. Que no se nos muestre en ningún momento la cara de él presagia un último giro en la búsqueda interior de Ann de esa nueva persona, que tampoco quisiera reventaros.
Al final nada resulta ser tan radical (sigo sin entrar en detalles), y de todo se puede terminar extrayendo una visión algo agria, no tengo yo muy claro si muestra de solidaridad del director hacia su personaje y la definitiva independencia de la mujer, así, en general. Sea como sea, un objetivo aún tristemente lejano.
Me permito una sugerencia final: a quien le apetezca, puede dar continuación temática a «Villa Amalia» haciéndose con «Lúlú, mujer desnuda», aventura en tres partes en formato cómic escrita por Étienne Davodeau que, hacedme caso, es una maravilla. Más o menos como esta nuestra «Villa Amalia», vamos.
8’5/10
Villa Amalia es un engendro infumable: ineficaz desde el punto de vista narrativo, sin asomo de plausibilidad… pretendidamente humano pero irremediablemente artificioso. Una película que cae en el absurdo y que deja al espectador perplejo ante tanta falta de pericia. Un bodrio con todas las letras.
Estoy totalmente de acuerdo, qué dinero más mal invertido.
No es feminista, no transmite nada más que odio a la protagonista, es una película vacía que por no tener no tiene ni buena fotografía.
Patraña insoportable. No transmite nada. (Bueno si, da pena). El tiempo fluye como un río que no se detiene. Es algo muy valioso. No lo perdais viendo este engendro de película.
Isabel Hupert estupenda como siempre, desde aquel personaje en "la Encajera" cuando no tendría más de veinte añitos, hasta las películas más recientes. Lamentable que los anteriores "opinantes" hayan perdido una hora y media de su apasionante vida.
JAJAJA, una alegría comprobar que no todo el mundo se ha vuelto loco. O por lo menos que hay alguien que aún es capaz de apreciar una película aunque no cuente grandes aventuras despatarrantes ni derroche montones de pasta en explosiones y persecuciones.
Un saludo y anímate a pasar más por aquí ;)
La vi ayer, una obra de arte. Exquisita. Cine de verdad.
Lo dicho. Que me alegro que aún haya gente que no reduce la experiencia cinematográfica a "meabuuuuurrooooo" o "qué pena, tengo siete euros menos en la cartera"
Saludos!
Me pareció una destreza narrativa llevada a la pantalla… Y justamente en este mérito reside la propia debilidad del film… Creo que un poco más de agilida le hubiera dado a lpelícula el equilibrio justo y necesario para superar la intemporalidad en las secuencias fílmicas…
Aquileana ;)
Uy, no sé si acabo de seguirte… crees que más agilidad narrativa (es decir, un poco más de ritmo -?-) hubiera logrado que el guión fuera más efectivo? Es decir, menos contemplación y más acciones?
Es eso…?
Saludos! :D
Olivier encontré una belleza de película que hace años esperaba … para mi no merece análisis porque la vi desde mi espíritu … si analizo alguna peli es porque me desconcentra y le veo las pifias
Bueno, hay tantas maneras de ver una película como personas en el mundo…
De todos modos a mí nunca me gusta, para bien o para mal, apagar el sentido crítico.
Pero ya digo, cada uno valora el cine a su manera…
Saludos y gracias por pasarte!
Me encantó la película. Se me hizo sumamante humana (Ann me recordó a mi madre, en cierto periodo de nuestras vidas), narrativamente impecable y, sobre todo, sobria y elegante.
La fotografía es realmente exquisita, y de los paisajes ni hablar. Isabelle Huppert, excelsa como siempre (y eso que le agarré algo de miedo después de Ma mère), nos muestra un personaje atribulado en toda su dimensión humana, sin caer en "heroicismos" ni empatías facilistas.
Tremendo acierto. Ha sido un gustazo encontrar un espacio donde comentarla a minutos de haberla visto :)
Hombre, gracias por tus agradables palabras! ;)
Ya sabes, comentar películas es casi lo único que sabemos hacer (bien? mal? que sabemos hacer), así que déjate caer más por aquí!
Un abrazo!
Acabo de salir del cine de verla en versión original. Por si no lo habéis hecho así, os lo recomiendo, con esta y con todas las películas.
Al llegar a casa he buscado algo más y estoy muy contenta de haberme dado cuenta de esos detalles que destacas en tu crítica.
Me gustan las películas que no todo el mundo puede soportar.
Muchas gracias.
Gracias a ti por participar, Bosquesilvestre!
La verdad es que nosotros abogamos por la versión original SIEMPRE. Llega un punto cuando has visto mucha VO en que ya no puedes tragar la versión doblada. Por muy buenos que sean los profesionales del doblaje de este país (lo son), la versión doblada como concepto no deja de ser una aberración, una anomalía, una salvajada mutiladora de la obra en cuestión.
Me alegro de que te haya gustado la película… Y a ver si te dejas caer más por aquí!! ;)
Un saludo