Crítica de Wrong

Wrong

La destrucción de todo. La redefinición de un género. El paso siguiente. Quentin Dupieux. Rubber. Wrong. Segunda película en el casillero del cineasta, y nueva ruptura de límites. De todos. De la película, de su filmografía, del séptimo arte. Antes fue una rueda asesina, ahora un hombre que pierde a su perro por un universo desconcertante. Vecinos que no se entienden entre sí. Jardineros franceses levanta-novias. Árboles que cambian de forma. Organizaciones secretas animalistas megaorganizadas. William Fichtner. Lluvia que no se entera de dónde está. Mal. Esas son las aguas por las que navega un film que va a su bola, al que no le importa nada ni nadie. Un film que investiga estilos, que salta de género en género; que hace reír mientras se ríe de ti. Que parece que va de muchas cosas pero en verdad no va de nada; donde uno nunca sabe qué está viendo exactamente. Un nuevo reto, una nueva película inclasificable y divisora de opiniones. Revulsiva, metatodo. Tan sólo hay una forma de definirla como accesible, y es comparándola con la dichosa rueda de Rubber. Por lo demás, la historia es la misma: producción cinematográfica inexplicable, abanderada del post-humor (así la llaman), y generadora tanto de deserciones a media proyección como de aplausos al final. Wrong es un chiste, pero no uno cualquiera: es “los Aristócratas” hecho celuloide. Y quien no sepa de qué va la cosa, que se prepare para pasar los 90 peores minutos de su vida. Mal.

Valores cinematográficos, no acaban de quedar claros. Indie tirando a vulgarcillo a nivel visual, irregular a nivel interpretativo. La banda sonora se desmarca, sí, es puro jolgorio; juega con el espectador desde el primer instante, le da las primeras pistas del absurdo que está por presenciar. Eso siempre que no valga como pista el ver a un par de bomberos tan panchos, leyendo un periódico, hablando entre ellos, de espaldas a un agresivo incendio que tienen a escasos metros. Mal. Primer plano de un despertador: de las 7:59, pasa a las 7:60. Mal. Se despierta Jack Plotnick y descubre que su perro no está. Y entonces empieza una aventura lynchiana con personajes estrambóticos (además de todo lo que acompaña al personaje, que no desvelaremos aquí, William Fichtner lleva coleta. Coleta finolis. Mal). Una búsqueda por un pueblo bizarro. Un recorrido por las filias y fobias más extravagantes. Un árbol de navidad en medio del jardín en pleno verano. Y también, una suerte de recorrido por las interioridades del dueño del perro extraviado (quién sabe, lo mismo todo ello no es sino el mapa de la mente del protagonista), con la chica que no entiende que no es su pareja, del mismo modo que él no entiende que ya no trabaja en esa empresa a la que acude cada día más puntual que nadie para sentarse en su mesa empapada.

Durante el viaje van saliendo misterios de la nada… y que más que probablemente acaben conduciendo a la nada. Pero que mientras tanto siguen componiendo este lienzo esperpéntico, tan incomprensible como embriagador. Y es que seguramente ninguno de los espectadores que se ría durante la proyección acabará de tener del todo claro por qué se ríe (más allá del impacto inicial del gag, claro está); ni mucho menos, el que se quede aplaudiendo al final sabrá a qué le aplaude. Es lo que ocurrió en el festival de Sitges. Es lo que ocurrió con Rubber. Es lo que tiene Quentin Dupieux. Cine salvaje, cine revolucionario. Y ojo, mensaje para sibaritas: puestos a dárnoslas de exigentes, en relación a su debut, decepciona. Mal.
7/10

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En diciembre de 2006 me dio por arrancar mi vida online por vía de un blog: lacasadeloshorrores. Empezó como blog de cine de terror, pero poco a poco se fue abriendo a otros géneros, formatos y autores. Más de una década después, por aquí seguimos, porque al final, ver películas y series es lo que mejor sé hacer (jeh) y me gusta hablar de ello. Como normalmente se tiende a hablar más de fútbol o de prensa rosa, necesito mantener en activo esta web para seguir dando rienda suelta a mis opiniones. Esperando recibir feedback, claro. Una película: Jurassic Park Una serie: Perdidos

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Comentarios

  1. Ganas. No he visto "Rubber" y empezaré por ahí. Todo lo que describes me apetece y me queda claro por dónde flaquea. Pero es de estas que a mí me hacen gracias o sea que yo me apunto.

  2. empieza por Rubber, sí. Es la más… iba a decir extraña, pero no. Curiosa? Tampoco… de hecho, empiea por Rubber porque es la primera, sólo eso, jeje!

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