Crítica de You Don’t Nomi
Un documental puede ser bueno de muchas maneras, pero en mi opinión lo es especialmente cuando saca al espectador de sus trece. Lo cual no significa que deba forzar la máquina para hacerle cambiar de opinión, pero sí que, al menos, se la cuestione. Sea del tema que sea y con independencia de su relevancia, pues en el caso de You Don’t Nomi, ya me diréis si no hay mayor intrascendencia: el documental de Jeffrey McHale quiere que, al final, nos planteemos si Showgirls es la mierda que la mayoría pensamos que es, o si por el contrario se trata de una genialidad camp cuyo culto, gestado muchos años después de su estreno en 1995, está totalmente justificado. Pues vale.
Hete aquí que, sin embargo, la película va mucho más allá de reseñar positivamente la de Verhoeven desde la subjetividad de su responsable y, a la postre, acaba suponiendo un documento fenomenal sobre toda la carrera del cineasta holandés. You Don’t Nomi encuentra infinidad de paralelismos entre Showgirls y Delicias turcas, pero también Desafío total o Starship Troopers (y lo hace, además, con una serie de recursos visuales geniales). Encasqueta el musical de las strippers en un teórico discurso global de la carrera de Verhoeven, y parece tener sentido. ¿Será verdad que hay que volver a verla? Pero esto sería ir más allá, y acabo de decir que va mucho más allá.
Y es que el documental se atreve a decir no solamente que Showgirls está cargada de brillantes pasajes cinematográficos, sino que, directamente, se adelantó a su época. Y con ello, a lo tonto, el documental acaba diseccionando los 90 y los dos miles, en busca indicios que confirmen su valía como ensalzamiento de liberación femenina, rotura de moldes, y destrucción de clichés… con independencia de lo encorsetado de sus personajes (paródicos en la mayoría de ocasiones, como recordaréis -o no).
Así que tenemos un documental que parte de un título en concreto, para hacer un estudio sobre toda la filmografía de un cineasta. Que además, repasa un par de décadas de historia. Y que se plantea algunas cuestiones sociales. Iría faltando el factor humano, pero nada más lejos. You Don’t Nomi nos señala con el dedo por la manera en que nos cargamos la película, como nos cargamos cualquier cosa cuando, la mayoría, pensamos que no ha salido bien. Es fácil, y más a día de hoy, dar una opinión cargada de desprecio. Ignoramos consecuencias como las de echar al traste la carrera de una actriz, por ejemplo: después de Salvados por la campana, Elizabeth Berkley arriesgó y ¿falló? ¿O fuimos nosotros, que la hundimos sin miramiento? De hecho, el documental se plantea incluso si su interpretación es tan mala como creemos.
Ah, pero como decía el anuncio, el ser humano es extraordinario. Con el tiempo, tiramos de donde dijo digo y hemos acabado convirtiendo a Showgirls en una película de culto mítica, tanto como The Room o The Rocky Horror Picture Show. Un fenómeno del que You Don’t Nomi jamás se olvida por mucho que hable de más cosas. Y es que en esencia, lo que quería hacer desde un principio era indagar en los orígenes del culto, para cuestionarnos nuestras ideas; algo que consigue y de qué manera. En algo menos de 90 minutos, este documental hace un monográfico sobre Verhoeven, una masterclass sobre el cine y la sociedad de los últimos 30 años, descubre un par de historias personales, y te hace entrar ganas de volver a ver una de las películas eróticas más antieróticas del cine, un entretenimiento que es aburridísimo, un thriller perspicaz que es sumamente idiota. O no. ¿Es Showgirls una obra maestra adelantada a su tiempo? ¿Debería volver a verla? Maldita sea, bien jugado, You Don’t Nomi. Bien jugado…
Trailer de You Don’t Nomi
Reseña de You Don't Nomi
Por qué recomendamos que veas You Don't Nomi
Un documental sobre una película, sobre un director, sobre una generación y sobre un fenómeno de aquellos que hacen creer en la magia del séptimo arte. Defenestrada en su día, adorada en la actualidad, Showgirls es un caso de estudio. Y You Don’t Nomi saca matrícula.