Crítica de Young Adult

La jefa de animadoras malnacida también tenía sentimientos. Con esta máxima encara Jason Reitman su cuarta película tras Up in the Air, dejando por confirmar si nos la tenemos que tragar como una nueva muestra de mesianismo que acercará al cine «independiente» un paso más hacia la salvación o si por el contrario certificará la defunción de una etiqueta que o se revaloriza de inmediato o, como decíamos a propósito de Los descendientes, se hace desaparecer para siempre. ¿Indie para las masas? Podría ser; Juno acuñaría, si acaso, el término en su momento. ¿Nuevos conatos de existencialismo de bolsillo? Bueno, también cabría la posibilidad. ¿Simple estilización de unos conceptos sobreutilizados sometidos a un lavado de cara cool? Probablemente.
Porque no es casualidad que Reitman haya vuelto a asociarse a su fetiche con procesador de texto (Diablo Cody ya le escribió Juno) para retornar a una historia que se quiere universal y rompedora al mismo tiempo. Que no queda claro si pretende dar carpetazo a todo o bien lo diametralmente opuesto, explorar/explotar el tópico.
Porque, ya digo, la animadora también tenía sentimientos. Si la clientela de cine independiente americano era en primera instancia (sólo en primera) gente con un cariño especial y personal hacia las figuras poco adaptadas a su hábitat, hacia el nerd en la sombra y el outsider con elevado índice de incomprensión ajena, ahora deberemos de pellizcarnos para creernos que Reitman fija su lente en el contraplano, en lo que hay al otro lado: la chica popular.
Y trata de indagar en sus problemas personales y desequilibrios mentales (por lo visto una vida dedicada al hedonismo y consagrada a la belleza personal pasa factura –la del psiquiatra) colocándola al fondo del pozo sentimental, laboral y creativo. Mavis vive a salto de mata en habitaciones de hotel, es alcohólica, se arranca el pelo a mechones, trabaja de negro para un antiguo éxito de ventas literario en forma de serial adolescente, está desinspirada artísticamente y para colmo descubre que su ex de toda la vida la ha invitado a conocer a su bebé recién llegado. Se impone, así, retorno al pueblo, reapertura de las heridas. Pero la susodicha es una persona eminentemente irresponsable, así que lo que debía haber sido una operación de recomposición, ordenación del mobiliario mental y reencuentro de los musos termina convertido en una insensata cruzada por recuperar la vida anterior a la ruptura.
Y he aquí el mayor atractivo y hallazgo de la película. Su protagonista con perpetuo síndrome de colon irritable emocional, con resaca instalada día y noche; postadolescente peterpanesca de treintaylargos que nunca se ha enfrentado con la responsabilidad de la vida adulta y ha ahogado la zozobra emotiva en alcohol, prepotencia y borderío. A este respecto, la vuelta al pueblo, canónico recurso «pez fuera del agua» representará una colisión entre su presente y su pasado, entre lo que es, lo que fue y lo que siguen siendo los otros.
Oh, y no quepa duda, aquí si se pilla, pilla todo el mundo. Porque Young Adult versa sobre las frustraciones y los objetivos de vida no cumplidos. Y por ende, el de Cody y Reitman es un cuento ante todo sobre la dignidad. La que hay que buscar o la que hay que recuperar, aunque sea aceptando las propias limitaciones y comprendiendo que la mierda ocurre; la dignidad que hay que buscar cuando la vida no corresponde a la idea que se había hecho uno de la misma. De modo que hay una cierta luz al final del tunel, sí, pero el discurso en el fondo termina siendo bastante despiadado: todos, los que lo aparentan, los que no, los que deberían estar viviendo vidas felices y los que luchan por ellas marcados por el pasado; todos, la pija infumable y los hillbillies provincianos, son seres eminentemente insatisfechos.
Pero Diablo Cody no es una guionista infalible, y mucho menos una alquimista del sentimiento humano: poco de lo que sale de su fértil cabeza destila genuina novedad, auténtico sentido del descubrimiento y la aventura. Es simplemente (y ya es bastante) una mañosa reformuladora de conceptos familiares con un sexto sentido para adaptarlos a una sensibilidad postmoderna. Y como producto 100% Cody, Young Adult ofrece punzantes diálogos, momentos de genuina mala leche y un tono general en ocasiones alejado de la más conservadora corrección política: apunta y dispara el gag negro o el chascarrillo sulfúreo a cada esquina. Pero también mueve a sus personajes no mucho más allá del arquetipo y desarrolla sus situaciones de manera excesivamente esquematizada. El resultado es un argumento previsible con un recorrido sentimental demasiado obvio que desemboca en la esperable coda emocional; momentos con una emotividad demasiado evidente, imbuidos de un dramatismo ya tratado en infinidad de ocasiones desde el ámbito televisivo. En otras palabras, Young Adult sería un estupendo punto de partida para una dramedia catódica de horario nocturno en la network de turno.

 

 

Especialmente ahora que el trasvase entre los dos principales ámbitos audiovisuales es tan evidente. A uno no le costaría imaginarse a Reitman a los mandos de semejante piloto y el resultado sería, eso sí, estupendo. Porque, no quepa duda, estamos ante un director relevante que con esta película alcanza una especie de templanza, un equilibrio intermedio cercano a la maduración aun sin renunciar a sus ramalazos juveniles. De modo que logra salvar la papeleta escapando de su propio engolamiento indie y consigue imprimir frescura, buenas ideas y recursos enriquecedores, además de un tono visual fresco y dinámico sin la imperiosa necesidad de violentar el plano a cada momento.
Reitman es uno de los dos polos candentes del juguete Young Adult, que recibe su réplica con fuerza de similar magnitud desde el otro: la arrolladora interpretación de una Charlize Theron que logra encontrar el punto justo entre el patetismo, la mordacidad, la inocencia y la mala leche. Que consigue concentrar en pequeños gestos, en sutiles tics y miradas y en la temperatura general de sus emociones todos esos años de animadora bitchy que ahora intenta conservar la compostura en ese reencuentro sísmico con el pasado.
Se lo deben mutuamente. La película es de ellos y sólo de ellos y cada uno debería agradecerle al otro el regalo. Y a nosotros nos toca celebrar una película, si no indiscutiblemente buena, por lo menos más que aceptable.
6’5/10
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Xavi Roldan empezó la aventura casahorrorífica al poco de que el blog tuviera vida. Su primera crítica fue de una película de Almodóvar. Y de ahí, empezó a generar especiales (Series Geek, Fantaterror español, cine gruesome...), a reseñar películas en profundidad... en definitiva, a darle a La casa el toque de excelencia que un licenciado en materia, con mil y un proyectos profesionales y personales vinculados a la escritura de guiones, puede otorgar. Una película: Cuentos de Tokio Una serie: Seinfeld

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Comentarios

  1. Pensaba que pasaría de esta, pero el cariño que le tengo a Charlize Theron (no sé exactamente porqué, pero se lo tengo) y el 6,5 la hacen candidata al cine de mi casa.
    Yo no he visto "Juno", nunca me ha apetecido, pero "United States of Tara" estaba muy bien (aunque la dejé al final de la 1ª). Veremos esta…

  2. Se ve muy bien.

    Yo hoy he descubierto una minichorraíca Cody que ha catapultado considerablemente mi mecaebienismo hacia ella: "Red Band Trailer". Una webserie de entrevistas que se puede ver por youtube. Y yo, con mil de trabajo, he gastado (que no perdido) 45' minutos de mi vida viendo tres epis.
    Monos.

    [also: antes no, ahora sí, la Cody me pone (¿habrá significado eso que la peli haya subido de 6 a 6'5? vamooooos, que soy un profesional…)]

  3. Muy mala espina me daba esta película, el trailer no me despertó nada, y en comparación con los dos anteriores trabajos de Reitman que me encantan…tenia miedo con esta. Charlize Theron es buena baza y secundada por Patrick Wilson mejor…pero me siento como si no me va a sorprender en nada…no se por cual decidirme este viernes.

  4. Fácil, Barr: "Cuenta atrás"
    Si es que llega a por allí donde vives tú.
    Si no, "Infierno blanco".

  5. ¿y la mujer de negro? es la que mas me llama por ahora…me encanta la fotografía y el director de Eden Lake me tira mucho mucho.

  6. Pues "La mujer de negro" es casi la única de cara al viernes que no habré visto…

  7. Me parece la mas floja de sus 3 ultimas películas (Gracias por fumar no la he visto).

    Reitman tira mucho de sus vicios,el recargado de las casas con mil adornos en las paredes, todas las escenas en el salón de belleza recuerdan muchísimo a las de Clooney y su maleta. También nos volvemos a encontrar con un personaje principal egocentrista superior a toda persona anterior en su vida, y con pocos lazos familiares.

    Charlize Theron se sale…me va a costar tenerle cariño otra vez, pero su personaje es tan surrealista…muy Diablo Cody.

    En definitiva muy de acuerdo con tu nota, esta bien…pero no esta al nivel de sus trabajos anteriores.

  8. Sí, para también es la más floja de las tres (de hecho, creo que Xavi ha sido incluso un pelín benevolente… o será que verla después de Shame no ayudó xD)… Pero sí, CHarlize Theron se sale. Como de costumbre, por otra parte…

  9. Nah, tíos, que un 6'5 es una chuchurrez de nota…

    A mí Reitman como realizador sí me mola. Creía que no, pero veo que me equivocaba. Ahora podría estarme equivocando sobre esto, en cuyo caso estaría equivocado en estar equivocado. Y eso significaría que tendría toda la razón.
    Boom, en cualquier caso gano yo y me debéis respeto como a un Dios

    o algo

    ¿de qué estábamos hablando?

  10. Reitman como director? Si, no está mal. Ah, espera, ¿es el mismo de las chorradas esas de la forma de trabajar de la cassette en el interior del coche de una tía? Ah, entonces no, no mola nada. Fin.

    O quizás esté equivocado….

  11. Pero si Reitman es de los pocos que todavia se curra los titulos de credito. Para mi sigue molando…esto ha sido un bache (que no es tan mala).

  12. hombre, a ver, currarse los títulos… de las últimas pelis que he visto: Millennium tiene titulacos, Un gato en París ni te cuento (son una pasada) y Shame… eh… esto…. si salían títulos no pude verlos. Los tapaba un miembro del tamaño de un camión. Aj, quizás tengas razón y queden pocos…

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