Crítica de Youth in Revolt
Bien, pues a nadie le sorprenderá ya que haya vuelto, una vez más, por los mismos derroteros.
Pero esta vez atención, que viene de Michael Cera 2.0, de «hago lo mismo, pero lo llevo un paso más allá». Y como si de un actor de «Friends» se tratara, decide dar carpetazo a su imagen de bonachón inocente en vivo y en directo. Porque en «Youth in Revolt» interpreta a un pobre panoli que ha decidido dejar de serlo. Que las mujeres saben muy bien lo que quieren, y eso es un tipo duro, sofisticado pero desidioso e indolente. Sector femenino, no le culpéis, la adolescencia es que es muy mala.
Total, que viendo como su nueva chica y primera posibilidad de lograr no morir virgen (francófila, admiradora de Jean-Paul Belmondo y «Al final de la escapada», muy chic ella) se va desvaneciendo buscando un novio con más pelo en pecho, Nick Twisp decide crearse una personalidad paralela, un afrancesado François Dillinger, irónico, duro y con tendencia al dramatismo afectado. Pero que sabe agarrar al toro por los cuernos y poner cartas en el asunto. Asunto cuyas consecuencias tiene que pagar al final Nick, claro está.
Historieta efervescente con potencial cómico pero que lleva escrito con luces de neón las palabras «potencialmente intrascendente». Y así es. «Youth in Revolt» se sabe un pasatiempo que no va a cambiar la vida a nadie, y que tampoco va a lograr un retrato de adolescencia especialmente afilado, así que lo único que se le pide es que nos haga pasar el rato, y que este sea lo más bueno posible.
Pues no, no lo logra. Sí resulta hora y media simpática de revoloteos juveniles, pero no consigue desmarcarse en ningún momento de la miríada de productos similares que aparecen como champiñones. Vamos, que no aporta ningún plus: ni es especialmente cachonda, ni sus personajes resultan demasiado estimulantes (a excepción del propio Cera, esperad y os lo cuento) ni su tendencia al ocasional desmadre resulta suficientemente salvaje. Vamos que es un poco de todo (empezando por una comedia sexual «con clase», pero también una de enredos crecientes, una stoner comedy y un retrato de familia disfuncional), pero al final no es mucho de nada.
Ni tampoco su realización es nada del otro jueves. El director Miguel Arteta («The Good Girl») se esfuerza por darle a todo la consabida pátina indie intentando esquivar el saco «otra estúpida comedia americana». Así que ala, a echar mano del Manual Sundance; capítulo 1, epígrafe primero: dirija con suavidad, sin estridencias, pero con «estilo»; utilice canciones de pop amable de aire alternativo; mida las dosis de humor escatológico (decántese preferentemente por el onanismo); empatice con sus personajes y sea cruel con ellos sólo lo imprescindible; si puede, cuele secuencias animadas, preferiblemente realizadas en stop-motion; intente colar referentes culturales del estilo Ozu, Fellini o Serge Gainsbourg. Etcétera. Claro, lo cumple todo.
Pero para más inri, el resultado final, de tan prudente, de tan conservador a la hora de tomar riesgos y de aportar ideas nuevas, resulta mustio, apagado, mecánico. Soso. Y es una pena, porque lo cierto es que el producto podría tener una parte oscura de lo más chunga: la cosa apunta maneras negras en algún que otro recodo, momentos de planes torcidos que cristalizan en un final más incómodo de lo esperado.
Punto donde entra Michael Cera y su doble personaje. Que Nick es lo suyo, ya lo sabemos. A su corta edad se ha hecho un hartón de interpretar a ese mismo personaje. Pero su otro yo en «Youth in Revolt» es harina de otro costal, y el auténtico protagonista.
Absoluto cabronazo egoísta, cigarrillo perpetuo, gesto impertérrito y bigotillo irritante, François Dillinger se convierte en el mejor papel de Cera en su carrera a la vez que en el motor de las mejores secuencias de la película. Que son básicamente todos y cada uno de los percales en los que se mete el desgraciado de Nick.
Así, Dillinger representa el idiota que todos los hombres llevamos dentro, el imbécil que cree entender «a las mujeres» cuando realmente no se entiende a sí mismo ni a sus propios complejos. Bien sobre el papel, pero su personaje podría ir a más, llegar hasta el fondo, protagonizar una escalada de barbaridades antológica, y no. Eso sí, no podemos negarle el acierto, de los gordos, a Cera.
A su alrededor el resto del reparto pone caras (Steve Buscemi, Ray Liotta, Zach Galifianakis, Justin Long) y oficio (Jean Smart, M. Emmet Walsh, Mary Kay Place), estando todos ellos correctos y poco más.
Una lástima. «Youth in Revolt» cuenta con unas credenciales estimulantes (el libro de C. D. Payne del que parte, su reparto) que finalmente terminan en una comedia correctilla, que no molesta, mata el rato pero resulta decididamente desaprovechada y desganada. Muy mediana cuando podía haber sido muy mucho.
Así, no.
5/10
Ay… mira que me mola el Michael Cera pero es que "Arrested" y "Supersalidos" son difíciles de superar, cada una en lo suyo.
Pero no pidas peras escatológicas al olmo correctísimo que supone Miguel Arteta, cuando con haber visto nada más que una obra suya puedes hacerte una idea de por donde van los tiros. Y los tiros van, efectivamente, por donde indicas al estilo indie.
No será que con el curriculum de Michael Cera cuando le ves aparecer esperas que le pasen todas aquellas cosas que tan buenos momentos y tantas risas nos sacaron?
Algo como lo que le pasó al Sr. Carrey con su Truman (o cómo el payaso se hizo actor).
Quizá la cosa hubiera cambiado si Judd Apatow hubiera estado de por medio.
Al menos habría habido chistes con risas efectivas.
Yo he desistido en encontrar nuevas "Arrested" y "Supersalidos". Cosas así sólo se dan una vez por generación ("Supersalidos" es el "Desmadre a la americana" del Siglo XXI; tiempo al tiempo).
Y sí, probablemente el problema de la película sea su misma virtud: Cera. De él esperamos un gran proyecto, un producto por encima de la media y al final la cosa queda muy por debajo de las expectativas. Y eso que el chaval está estupendo…
En cuanto a lo de Carrey… jum… no sé si termino de seguirte. Cuidadín con lo que dices, porque por esta Casa "el del cable" es una figura cercana a un semidios… jejeje ;)
Y finalmente en lo de Apatow… pues no sé yo… es que creo que estoy pasando por una crisis al respecto. No sé, como que últimamente me siento un poco decepcionado por ese cierto conservadurismo y esa previsibilidad sentimental que gasta frente a otras cosas genuinamente descerebradas. Vamos, que últimamente casi prefiero un "Jacuzzi al pasado", con su sana gilipollez endémica y su tendencia a la comedia por la comedia que la acartonada afectación de la segunda mitad de "Funny People"…
(Ben Stiller es tema aparte, eso sí)
No sé, ¿es grave?
Naaaaaaah…. hay momentos en la vida en los que creo que un cierto tipo de cintas encajan mejor con uno mismo que otras. Así que de grave nada. El tema de Apatow es que lo tengo situado como lo que era Oedekerk en los 90, salvando las distancias.
Eso sí, al Stiller lo tengo bien situado porque "Zoolander" sí que es uno de esos personajes Dios (alguna otra cosa se salva por ahí).
Y sobre Carrey… aaaay… creo que he sido malinterpretado ya que sí, "el del cable" (Ben Stiller otra vez), ha sido venerado por mí desde que era un chavalín y, quince años después, sigo esperando con ilusión como si del periodo vacacional se tratase otra "Dos tontos", "La Máscara" o cualquiera de aquellas comedias que un día le alzaron como el nuevo rey de la comedia.
Mientras espero tengo la vista puesta en dos claros objetivos:
Jack Black y Steve Carell.
Es grave?
Llegados a este punto, me hago una única pregunta ¿eres yo?
En serio, vamos a entendernos MUY bien…
jeje
¡Más saludos!
Me alegro de haber encontrado esta web y que, para colmo, coincidamos.
Que Dios os bendiga (y a Jessica Rabbit)… ;)
Bendiga. ESPECIALMENTE a Jessica Rabbit (¿qué le va a hacer ella si la dibujaron así?)
Ala, a seguir despachando opiniones, que son muy bienvenidas!
Salut!