Lo mejor de abril, 2023
Una selección casera. Destacamos lo mejor del mes de entre todo lo que hemos visto, leído y jugado, a razón de un título por categoría. Ha habido más y casi tan bueno pero, a nuestro juicio, nada mejor en los últimos 30 días que estas cinco perlas:
La mejor película de abril: Suzume, de Makoto Shinkai
Las propuestas de Makoto Shinkai, top tier en el panorama anime actual, suelen gustar de masajearnos meninges, córneas y corazón por igual. No se queda atrás en el muestrario de placeres esta Suzume, suerte de road movie fantástica con elementos de historia de maduración, comedia romántica, demonios y mommy issues. Una aventura emocionante y visualmente poderosa que sabe enfrentar con respeto y capacidad sugestiva uno de los mayores traumas nacionales del Japón reciente motivados por el recuerdo de la devastadora actividad sísmica que dejó casi 20.000 muertos en 2011.
La mejor serie de abril: Rain Dogs – Miniserie (HBO Max)
Se ha dejado las entrañas Cash Carraway en su autoficción seriada, durísimo y a ratos muy divertido retrato de la vida cuasicallejera cuando se es madre y se tienen pocos recursos. Costello, la alter ego -magnética Daisy May Cooper-, sobrevive del hurto, la prostitución de proximidad y el amor de una hija mientras lidia, con la entereza, el carisma punk y la fuerza de una locomotora, con todo aquel que se le cruce, incluido un colega terminal y un caradura semiburgués grillado, emo, tierno y violento. Descarnada, sucia y stylish de algún modo, Rain Dogs dinamita prejuicios y nos rocía en toda la cara un escupitajo de moralidad contra las cuerdas.
El mejor libro de abril: Ficcionario americano, de Dubravka Ugrešić (Impedimenta)
La vieja Dubravka nos dejó huérfanos morales en marzo. Su fallecimiento supuso una auténtica desgracia editorial teniendo en cuenta que la suya era una de las voces más esenciales de la literatura de la Europa del este contemporánea. Por eso se lee con aún mayor devoción este no-diario de vivencias publicado originalmente en 1993, al inicio de una Guerra de los Balcanes que dejó a la croata con una patria rota. Es una colección de miniensayos originados en el nomadismo y con un denominador común, colocar en el centro de la platina del microscopio la sociedad estadounidense actual. El menú de distopía que cocina Ugrešić contiene los ingredientes habituales: la obsesion por la felicidad que dan las cosas fugaces, el turbocapitalismo, la búsqueda de una mitología propia basada en la cultura popular, a la que se le ha conferido una cualidad mítica. Pero su pluma resulta tan mordaz, sarcástica y afinada en su capacidad analítica como siempre estuvo. Se fue ella, pero sus textos se quedan.
El mejor cómic de abril: El museo, de Jorge Carrión y Sagar (Norma Editorial)
Planteado como un homenaje al barcelonés Museu Nacional d’Art, o quizá como un catálogo en formato cómic, El museo es una nueva ruptura de los lenguajes pictóricos que hermana, una vez más, galería con librería y pared con estantería. Un ensayo de creación que pulveriza la preconcepción cerrada respecto a lo que debe ser un museo: una casa donde la obra envejece entre algodones, circunscrita sólo a una época y un tipo de receptor. Aquí se diluye toda barrera temporal y social y se habla del arte como un reflejo de su época y de la nuestra, como una ventana accesible a cualquiera, desde historiadores y eruditos hasta espectadores casuales. Y hace partícipe del acto artístico (que no es sólo la creación sino también la experimentación) a artistas pero también a vigilantes de museo, a mecenas y nobles pudientes y a turistas casuales. Un experimento vivo y apasionante.
El mejor videojuego de abril: Dredge (PC, familia PlayStation, familia XBox, Switch)
Mitad juego de pesca de pulsión zen y vibras mayormente relajantes, mitad todo lo contrario. Dredge combina los minijuegos marítimos, la navegación tranquilita y la exploración minuciosa de la solidaridad entre personas necesitadas con una historia y ambientación oscurísimas, propias del Lovecraft más acuático. El horror que nos sobrepasa, la locura que nos hace sucumbir a sus abismos insondables, las criaturas más allá de la biología conocida, todo eso está en un potente indie que si bien no es perfecto -termina siendo algo mecánico- sí exhibe una seguridad en si mismo y una personalidad francamente irresistibles.