Lo mejor de diciembre/enero
Una selección casera. Destacamos lo mejor de los meses festivos de entre todo lo que hemos visto, leído y jugado, a razón de un título por categoría. Ha habido más y casi tan bueno pero, a nuestro juicio, nada mejor en los últimos 60 días que estas cinco perlas:
La mejor película de diciembre/enero: Aftersun, de Charlotte Wells
Pequeña bomba emocional de poder devastador, el debut de la realizadora británica parece cualquier cosa menos, eso, una primera película: su capacidad evocadora, su sólido dominio de los tiempos y las texturas (pasado y presente se toman forma física mediante la imagen cinematográfica y el video doméstico) y sobre todo, su temple reflexivo hacen de esta una película de infinita madurez. Lo cuál no capa la emoción del conjunto: semejante arsenal emotivo está puesto al servicio de la más desarmante intimidad en la construcción de la película más triste y profunda de la temporada. De varias temporadas.
La mejor serie de diciembre/enero: Exterior noche (RAI)
El fluido vaivén creativo que comunica los terrenos televisivos con los cinematográficos en una mutua contaminación cada vez mayor nos regala pequeños milagros como este. El director Marco Bellocchio reincide en el sonado secuestro de Aldo Moro (ya centró su mirada en las Brigadas Rojas hace dos décadas para Buenos días, noche) y arma un absorbente thriller político con vocación histórica y forma de sofisticado puzzle narrativo. Un drama social tenso y poliédrico que no teme a hundir las manos en el barro para extraer pepitas de brillante radiografía de una época.
El mejor libro de diciembre/enero: Un lugar para Mungo, de Douglas Stuart (Random House)
Pues efectivamente lo de La historia de Shuggie Bain no fue un triunfo aislado: parece que Douglas Stuart aún tiene mucha guerra literaria que dar. Y a pesar de compartir algunos puntos de partida, Un lugar para Mungo supone una satisfactoria evolución respecto a aquel celebrado debut. Porque si bien ya ofrecía un retrato muy poco nostálgico de un Glasgow perdido en el tiempo (el de los años 80), daba relevancia a una conflictiva relación maternofilial y relataba como un protagonista adolescente gestionaba las fricciones entre su sexualidad y una sociedad homófoba aquí entra mucha más luz. Un lugar para Mungo es una novela dura, pero también más optimista y vitalista. Y más sutil. Otra cara de una misma moneda que, sin embargo, consigue mantener frescura y originalidad mientras conserva el empuje y la fuerza narrativa de su predecesora.
El mejor cómic de diciembre/enero: La espera, de Keum Suk Gendry-Kim (Reservoir Gráfica)
No han dejado desde Reservoir Books que nos rehagamos del shock emocional que nos supuso Hierba, la anterior bomba emocional de Keum Suk Gendry-Kim. En La espera, la autora coreana aborda un tema quizá algo menos tremebundo, pero su acercamiento es igual de necesario y emocionante: la recuperación de la memoria histórica homenajeando a miles de familias (entre ellas la de su propia madre) que se vieron cercenadas por el paso de la frontera Norte/Sur tras la guerra de Corea. Las constantes gráficas (ese trazo en blanco y negro entre delicado y salvaje) se mantienen. La capacidad para resonar, también.
Lee nuestra reseña de La espera
El mejor videojuego de diciembre/enero: Hi-Fi Rush (PC, familia XBox)
Si nos quedamos el año pasado montados en el ritmo, Hi-Fi Rush -publicado por Tango Gameworks por sorpresa- aprovecha el momentum de Metal: Hellsinger traduciendo a códigos hack and slash lo que aquel llevaba hacia el terreno del shooter: un combate rítmico que incrusta al jugador en un extasiante limbo de la sinestesia. Dicho de otra manera, si el género siempre ha sublimado las bofetadas en coreografías aquí el concepto es casi 1:1. Se pega, mucho. Se baila, también. Y se mueve la cabeza infecciosamente. Todo al ritmo de la música y al son de un apartado artístico cartoon que nos rescata el saborcillo de Sunset Overdrive y refresca con gracia la herencia visual de Jet Set Radio.