Reseña de Escucha, hermosa Márcia, de Marcello Quintanilha (Astiberri)
Escuta, formosa Márcia. Tristes ais do teu pastor. São ais que a dar-lhe ensinou o tirano Deus Amor. Eu nem suspirar sabia antes de te conhecer. Mais depois que vi teus olhos sei suspirar, sei morrer.
“Escuta, formosa Márcia” – Anónimo
Como anónima es Márcia. La Márcia de Quintanilha. Madre, enfermera curtida en mil batallas hospitalarias y habitante en un barrio de favelas en Rio. Vive con su hija Jacqueline, actitud adolescente en un cuerpo adulto, y con su pareja Aluísio, buen hombre pero un tipo más bien pusilánime y amodorrado. Hace lo que puede, Márcia, por mantener unida -y por mantener, a secas-, a su pequeña familia. También por conservar cierta honradez y dignidad, por lo menos hasta que en su vida se interpone lo criminal. Una banda que absorbe a Jacqueline y la convierte en mula para sus trapicheos. Jacqueline terminará con la mierda hasta las orejas y será Márcia quien deba ponerse los guantes de látex y hundirse hasta los codos para tratar de sacarla de ahí.
La última obra del autor brasileño, -premio gordo en el último Angoulême- funciona a varios niveles. Primero como retrato costumbrista de una zona en la que la rutina y la monotonía se dan de tortazos con los inconvenientes propios de las zonas deprimidas. El crimen campa a sus anchas y la violencia se convierte en moneda de cambio. Pequeñas bandas (mal) organizadas mantienen viva la llama del miedo sin siquiera recibir retribuciones, sin visibilizar un futuro propio, víctimas ellos también del crimen que viene de más arriba. La podredumbre institucional y las necesidades políticas que se expresan de la manera más efectiva de la que disponen: corrupción de las fuerzas de seguridad y extorsión. En semejante contexto las familias buscan su felicidad y la encuentran cuando pueden. Cuando hay trabajo, cuando hay amistades y cuando todo eso de lo que hablaba no interfiere en exceso en la cotidianidad del día a día. En este sentido la mirada del autor es severa, dura y directa, pero guarda espacio para el optimismo y muestra un enorme respeto por la clase trabajadora.
Segundo, Escucha, hermosa Márcia opera en un estrato de melodrama familiar. Las dinámicas entre sus tres personajes principales, Márcia, Jacqueline y Aluísio están descritas con exquisitez y complejidad psicológica. Los resortes que disparan sus acciones están controlados por lo racional pero también por lo visceral. Por el amor maternofilial, por la responsabilidad y por la frustración de un presente sin futuro. Particularmente el personaje de Márcia aparece representado con torrencial fuerza dramática y emocional, mostrado con honestidad desarmante y con una fuerza descomunal expresada en pequeños momentos. En gestos decisivos y en decisiones tan mundanas como cruciales. Quintanilha ejerce aquí de (aparente) cronista humilde que deja que sus personajes y las circunstancias que los rodean tomen el control de la situación: fruto de su minuciosa exploración interna de los personajes y de su profundo conocimiento del entorno logra que todo lo que ocurre en la obra resulte espontáneo, natural y absolutamente veraz.
Y tercero, la obra resulta en una experiencia visual de la que, pasados los días, cuesta recomponerse. Su combinación de colores contrastados en un tono más bien apagado, una paleta en la que predominan el verde, el azul, el amarillo, el salmón y el morado, la acercan a una especie de enfoque pop que, de alguna manera, ejerce de contrapunto triste de la visión tradicional -y muy cliché- de esa estética brasileña del subconsciente popular, tan carnavalesca y colorida. El trazo, por su lado, es nervioso pero minimalista y a menudo desaparece para dejar espacio a los contornos que delimitan los colores. Ambos aspectos contribuyen a cimentar una especie de paradoja en la que, como en el Orfeo negro de Camus, lo colorista ejerce de poderoso vehículo para lo realista. Para la tristeza disfrazada de alegría. Pero también para un desaliento que guarda un resquicio de esperanza.
Booktrailer de Escucha, hermosa Márcia
Escucha, hermosa Márcia: amor de madre y crimen en las favelas
Por qué leer Escucha, hermosa Márcia
Madre luchadora, mujer trabajadora en las favelas de Rio, representante de un heroísmo cotidiano muy maternal. La Márcia de Marcello Quintanilha es un magnético núcleo sobre el que orbitan un montón de elementos en perfecta sincronía, los de una historia sencilla en narrativa pero compleja en alegorías sociales y demoledora en lo emocional.